Tres destinos para viajar hacia una experiencia sustentable
Chascomús, General Belgrano y San Pedro tres opciones bonaerenses para escaparse, desconectar el celular y convivir de manera amigable con la naturaleza.
Comer una naranja tomada directamente del árbol, ver el nacimiento de un ternero o comer barritas de nueces pecán recién recolectadas, son algunas de las propuestas inolvidables de los hospedajes sustentables para quienes buscan descanso en paisajes naturales imponentes.
Desconexión total en Chascomús
A 77 kilómetros de La Plata y a 120 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A) se encuentra La Grulla -IG: @complejolagrulla-, un complejo turístico de cinco hectáreas que promueve el vínculo amigable con el medio ambiente.
“Incorporamos la perspectiva sustentable desde el principio de la construcción”, contó Lorena Nonaka, propietaria del lugar.
Las cabañas dispuestas en la orientación clave que permite aprovechar al máximo la luz natural, poseen termotanques solares, biodigestores y paredes con aislación isotérmica para hacer un uso responsable de la energía.
En el restaurante del complejo funciona una instancia de reciclaje de botellas, los desechos orgánicos se depositan en la tierra y el descarte de aceite vegetal se reutiliza convertido en biodiesel.
La parquización deslumbra con árboles centenarios de diferentes especies, entre ellos frutales; un jardín japonés con cascada y peces de colores; la granja educativa con animales y aves de varios tipos. El espacio incluye una sala de juegos, una pileta con solarium y estaciones de descanso para vivir una excelente tarde al aire libre.
El restó ofrece exquisitos platos de cocina internacional y tradicional; y en el patio cervecero se pueden degustar fiambres ahumados alemanes con una espumante cerveza tirada.
“De cierta manera, inducimos a quienes nos visitan a la desconexión total, ya que solo hay wifi en las áreas comunes”, se desafió Lorena y agregó: “El desafío más grande es concientizar a las personas sobre la importancia de los cambios de hábitos”.
La energía de lo natural en General Belgrano
Desde hace una década, los docentes Pablo Bagatto y Roxana de Menditte, están al frente de la posada de campo PuilQuen -IG: @puilquen– cuya consigna principal es volver a lo simple: a la naturaleza.
“La idea surgió a partir de nuestro recorrido porque siempre hemos estado en contacto con la permacultura y el reciclado”, explicó Pablo quien junto a Roxana llevan adelante también una asociación civil que trabaja en educación ambiental, agroecología y actividades recreativas.
A cinco minutos de las Termas del Salado y con una extensión de doce hectáreas, los alojamientos de PuilQuen están amoblados con palets, un colector solar casero y una caja verde funciona como una heladera sin electricidad. El manual verde guía a los huéspedes sobre cómo utilizar de manera responsable la energía.
Allí se pueden realizar visitas guiadas a la huerta orgánica y cosechar verduras con sus propias manos.
El lugar cuenta con la primera ecoludoteca de la Provincia edificada con chapas de tetrapack, ladrillos reconvertidos (easy brick) y madera surgida del polietileno.
La granja es el sitio preferido del público infantil: observan diferentes tipos de animales y aprenden sobre biodiversidad y energías renovables. “Han visto nacer terneritos y empollar gallinas”, recordó Bagatto.
El momento de las guitarreadas alrededor de un fogón en la noche oscura y profunda del campo bonaerense tienen una magia inexplicable.
“Puilquen rescata la experiencia vivencial y con el tiempo recibimos cada vez más turistas a los que les interesa el cuidado por el medio ambiente”, afirmó remarcó.
San Pedro: cabalgatas, dulces caseros y contacto completo con la naturaleza
En la localidad de Gobernador Castro, partido de San Pedro, se encuentra el Establecimiento Esperanza, un campo que se extiende por dieciséis hectáreas de tranquilidad rural destinado al agroturismo.
La salamandra con gajos de leña secos calefacciona los ambientes, las construcciones se cubren con pintura blanca, las botellas de vidrio se reutilizan, se separan los residuos y el agua se templa con termotanques solares.
Cabañas, dormis o ecosuites edificados con troncos macizos, vidrios dobles y equipamiento ecológico son las opciones perfectas para una estadía relajada.
“Tenemos 2.500 árboles de distintas especies, entre ellos frutales: higos, membrillos, quinotos, manzana, peras, ciruelos, nueces pecán -con las hacen barritas caseras-, y naranjas que se exprimen para el desayuno”, detalló Alejandro Engler, propietario del hospedaje.
En la cocina se elaboran platos regionales a partir de las frutas y verduras que crecen allí porque el objetivo es “bajar el impacto de la huella de carbono”, y en el patio funcionan canchas de fútbol, vóley y tenis; piscinas, vestuarios y solarium. También posee sala de juegos, confitería con deck de madera y salón auditorio.
Recorrer el predio montando a caballo es una de las actividades preferidas de los visitantes, principalmente para quienes lo hacen por primera vez. “Hay familias que vienen siempre y también han empezado a visitarnos las nuevas generaciones”, contó Engler.
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