Los cambios de hábitos que ayudan a reducir el calentamiento global
El calentamiento global es una realidad que nos afecta día a día y que puede tener graves consecuencias en un futuro a corto plazo. Hay evidencias de que todo el planeta se va calentando más de lo que es habitual e informes que apuntan que en el Ártico esto sucede cuatro veces más rápido que en el resto del mundo. Es responsabilidad de la sociedad ponerse a trabajar para revertir, o por lo menos tratar de frenar, este avance.
Aunque pueda parecer que desde el hogar la actividad de una persona apenas puede tener consecuencias, todo añade un granito de arena. Cada gesto, por pequeño que sea, es importante. Por ese motivo, a continuación, repasaremos una serie de hábitos a realizar día a día, muchos de ellos que ya se llevan a cabo por sentido común, que ayudan y contribuyen en esta lucha mundial.
Uno de los más clásicos es reciclar los restos que generamos. Lo que antes parecía misión imposible, se ha instaurado en muchos hogares como una obligación. Apenas lleva tiempo y su impacto es muy positivo en la lucha contra el cambio climático. Además, también cabe sumarle el término reducir, pues la gente cada vez es más consciente de no consumir productos con gran afectación medioambiental.
Reducir los desplazamientos
Una de las mayores fuentes de contaminación son los desplazamientos en medios de transporte privados. Estos cada vez más van a la baja gracias al trabajo de las nuevas tecnologías. Muchas compañías han implementado el teletrabajo, el hecho de trabajar desde el hogar, con la finalidad de reducir en tiempo, desplazamiento y contaminación. Cuanto mayor acogida tenga esta medida, menos dióxido de carbono habrá en la atmósfera.
Estos avances digitales no solo se han hecho en materia laboral. Incluso las actividades tradicionales de entretenimiento que antes requerían de un desplazamiento físico han migrado a las diferentes pantallas. Estamos hablando, por ejemplo, de opciones de ocio como el poker en plataformas especializadas como PokerStars o el amplio catálogo audiovisual que ofrecen Netflix y sus principales competidoras. Sin desplazarse, todas las opciones en un clic.
En caso de no tener otra opción que moverse, los expertos recomiendan hacerlo con transporte público. En muchas ocasiones, los autos son ocupados por una o dos personas y el impacto que generan es demasiado elevado. Moverse en colectivo, a pie o en bicicleta es más que recomendable; sobre todo si la distancia que uno debe recorrer es corta y el tiempo que debe ocupar, breve.
Más actividades cotidianas
Hay pequeños gestos que cuestan muy poco de realizar y que en muchas ocasiones no se hacen porque apenas caemos en ello. Uno de los habituales y que provoca un ahorro significativo es el hecho de apagar el ordenador y la televisión, así como otros dispositivos que se queden en stand-by. Estos consumen energía aunque estén apagados y desconectarlos de la corriente eléctrica cuando no se están utilizando es muy beneficioso.
Lo mismo sucede con la iluminación de los espacios. Ahora se recomienda usar bombillas sostenibles, sustituyendo los tradicionales halógenos por las famosas luces LED. Se calcula que el ahorro puede ser de un 70% con este pequeño cambio y, además, se gana en duración y resistencia, pues estas aguantan temperaturas extremas y no se sobrecalientan con tanta facilidad
Otro clásico si hablamos de buenos hábitos es reducir el consumo del agua. Se está convirtiendo en un bien escaso y debemos ser conscientes de que no en todos los rincones del mundo tienen la suerte de disponer de ella cuando uno lo necesita. Por ese motivo, ducharse rápidamente en vez de tomar un baño o cerrar el grifo mientras enjabonamos puede suponer un ahorro del 80%. Un pequeño gesto con grandes consecuencias.
Finalmente, un tema muy de moda en los últimos tiempos es regular la temperatura. El precio de la energía es cada vez más alto y se recomienda que, en las estaciones más extremas, la población sea consciente de que crear un microclima en la oficina o el hogar puede tener consecuencias en el medio ambiente y en la factura. Cuanto más eficiente sea el espacio y mejor se distribuya la temperatura, mejor para todos.
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