Una mujer pone fin a su matrimonio por la adicción a la pesca de su marido
Ocurrió en China, pero podría replicarse en cualquier lugar del mundo, ¿no?
Hay muchas razones para ponerle fin a un matrimonio. Pero «adicción a la pesca» es realmente una de las más insólitas. Una mujer china se divorció recientemente de su marido, con el que llevaba 10 años, por su adicción a la pesca, afición que a menudo anteponía a su familia.
Según una demanda de divorcio presentada ante el Tribunal Popular del condado de Juye, en la provincia de Shandong, la mujer, apellidada Zhang, alegó que estaba harta de la adicción a la pesca de su marido. Ella afirmaba ocuparse de todas las tareas domésticas y de sus dos hijos, mientras él se sentaba en el sofá a mirar su smartphone y salía a pescar con sus amigos después de cenar todas las noches. Tras pedirle repetidamente que pasara más tiempo con ella y los niños que con sus amigos de pesca, Zhang decidió que el divorcio era la única opción viable.
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«Me levanto antes de las 6 de la mañana todas las mañanas para preparar el desayuno. Mando a los dos niños al colegio antes de ir a trabajar. Todos los días soy yo quien lava los platos, limpia nuestra casa, recoge a los niños del colegio y les ayuda con los deberes. Estoy agotada», explicó Zhang en su declaración judicial.
«Pero mi marido se levanta después de que yo prepare el desayuno y, después del trabajo, se queda tumbado en el sofá jugando con el móvil», añadió la mujer. «Después de cenar, sale directamente a pescar, y a menudo se pasa toda la noche pescando».
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Harto de las quejas de su mujer, el hombre, apellidado Sun, accedió a disolver su matrimonio (probablemente porque eso significaba aún más tiempo para pescar). Tras fracasar los intentos de mediación entre los cónyuges, el juez aprobó la demanda de divorcio, pero no sin antes llamar a Sun, que se había olvidado de una reciente audiencia y se había ido a pescar.
«Pescar no es malo, pero hay un límite para todo. Una vez que te casas, tienes que asumir la responsabilidad de ser marido o mujer, y padre o madre. No antepongas la pesca a la familia», regañó el juez Fu Honglian a Sun, que no parecía muy afectado.
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