Avistaje de delfines, snorkel con lobos marinos y caminatas entre pingüinos en Puerto Madryn
Un destino para disfrutar de la naturaleza a pleno y de la fauna marina en la costa de Chubut.
Danza con lobos en Chubut. Con la promesa de hacer snorkel con lobos marinos en su hábitat, los viajeros suben a la lancha a las siete de la mañana, con los trajes de neoprene súper adheridos a sus cuerpos.
La excursión embarcada sale temprano por las mareas y porque a esa hora no molesta el viento, para dirigirse con rumbo al Área Natural Protegida Punta Loma. Se trata de uno de los escenarios naturales de privilegio que se pueden visitar cerca de Puerto Madryn.
En el noreste de la costa chubutense hay tanta diversidad de aves y mamíferos durante todo el año que en Madryn entregan un calendario de fauna. Por eso, aunque a lo largo de diciembre termina la famosa temporada de ballenas -que empieza en junio-, le da paso sin pausa a la esperada llegada de los delfines.
Así es Madryn. Durante todo el verano hay un festival de especies en la región: las orcas vienen a la orilla a cazar crías de lobos y elefantes marinos, los pingüinos de Magallanes se reproducen en Punta Tombo y en San Lorenzo, los elefantes marinos y toninas overas se observan en los paseos embarcados, y los lobos marinos nadan e interactúan con quienes practican buceo y snorkel en las aguas cristalinas. Estas dos actividades se realizan todo el año pero se disfrutan más cuando hace calor.
Vienen visitantes de todo el mundo a ver la fauna de Chubut en estos meses, con Puerto Madryn funcionando como la puerta de entrada a la Península Valdés, un Área Natural Protegida (ANP) que fue declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1999.
Encuentro con lobos
El sol, blanco e incipiente, calienta con tibieza desde el horizonte marino cuando parte la lancha a la mañana, mientras que el primer contacto con el mar sirve para comprobar si se tomó la decisión correcta a la hora de elegir usar un traje húmedo o uno seco para hacer snorkel con los lobos marinos.
Si bien traje el seco es un poco más caro y rígido, no deja pasar nada de agua ni de frío, al punto que todos se sorprenden cuando los que se inclinaron por esta opción se sacan el traje al final del tour y descubren que la ropa que se dejaron puesta debajo de la funda de neoprene está totalmente seca.
Un dato clave:la temperatura media del mar en diciembre ronda los 15°C y, si se elige el traje correcto para uno -en este caso fue el seco-, toda la experiencia consiste solo en disfrutar del paisaje y los animales.
Después de navegar unos 25 minutos hasta Punta Loma -a unos 15 km de la ciudad-, se divisan decenas y decenas de lobos y cormoranes sobre las rocas sedimentarias.
“Con unos 600 lobos marinos, esta es una colonia permanente o anual. Es decir, tiene animales todo el año. Y además, acá los lobos no tienen depredadores naturales. Entonces, se los puede ver jugando en las aguas transparentes”, dice Jonny, el guía que trae un erizo y una estrella de mar en miniatura desde el fondo del mar, después de explicar cómo usar la máscara y las patas de rana.
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Curiosos y divertidos, los lobitos nadan por abajo del grupo de turistas, juegan entre ellos y se animan a saltar alrededor de la gente.
Son unos 45 minutos de permanencia en el agua inolvidables porque este snorkel no se parece a ninguna experiencia similar. Por eso, Benjamín (12), oriundo de Rada Tilly y de vacaciones con los padres, les pidió repetir la excursión que habían hecho en el verano pasado.
Además de ayudar en todo momento con un salvavidas a quienes estuvieran cansados, el guía aporta siempre consejos útiles y cuenta con una paciencia infinita. Como si fuera poco, Jonny también les va sacando fotos a los participantes, tanto arriba como abajo del agua.
Otra forma de nadar con lobos marinos es mediante el buceo, un deporte muy común. Es que Puerto Madryn fue declarada como la Capital Nacional del Buceo, al tratarse de un golfo de aguas calmas y con gran visibilidad, que permite disfrutar de la variada fauna marina.
Por eso, cada año se realizan distintos eventos relacionados con la actividad subacuática, entre los que se destaca el Vía Crucis Submarino de Semana Santa.
Entre los delfines
“Donde vean muchas aves juntas sobre el agua eso quiere decir que ahí hay delfines: siempre comen los restos de los pescados que ellos van dejando”. Las palabras de Carlos, el guía de la excursión partió a media mañana del muelle de Madryn, resultan fundamentales para los pasajeros. A la vez, anuncia que ha quedado oficialmente inaugurada la temporada de avistaje de los delfines oscuros que, junto con los comunes, son las estrellas del verano.
Sin temor a la lancha, los delfines saltan por doquier. Y pese a la gran cantidad que registran los celulares de los turistas, se les advierte que en cada grupo de alimentación de estos animales se ve solamente el 25% del número que hay en realidad. El cálculo resulta apabullante.
Según explica el guía, estos cetáceos acá comen anchoítas, cornalitos y calamar.
La embarcación llega a Punta Loma primero, así se observan los lobos marinos desde distintas perspectivas. Y luego va hasta Playa Paraná, uno de los puntos preferidos por los dueños de motorhomes para instalarse. El lugar es famoso porque frente a esas costas se encuentra el barco pesquero hundido “Folías”, repleto de cormoranes negros y rockeros.
Como los Cruceros Ecológicos, numerosas embarcaciones zarpan desde el puerto entre diciembre y abril para ir tras los delfines oscuros. “Es una experiencia totalmente diferente en las aguas del Golfo Nuevo.
Porque estos mamíferos suelen verse reunidos en grupos de 8 a 15 ejemplares, se acercan mucho a las lanchas y les permiten a los pasajeros gozar de uno de los espectáculos naturales más bellos en la zona”, cuenta el guía, antes de de agregar:“Es uno de los pequeños cetáceos más abundantes en el Mar Argentino, especialmente en la Patagonia. Son animales gregarios y altamente sociales”.
Se trata de un espectáculo natural ideal para vivir en familia. En las salidas hay que tener en cuenta el clima y los vientos, con la idea de generar una experiencia placentera para los navegantes durante unas 3 horas.
Temporada de pingüinos
La colonia más antigua está en Punta Tombo, a 180 km al sur de Puerto Madryn, y es una de las mayores reservas continentales de pingüinos de Magallanes. Aunque son súper hábiles en el mar, estas aves deben salir del agua para poner sus huevos y criar a los pichones en la primera etapa de sus vidas.
La reserva tiene un centro de interpretación que desarrolla sus principales características, junto con descripciones y réplicas en tamaño natural de la rica fauna del lugar.
Para recorrer el predio y ver a los animales hay que recorrer un sendero que tiene algunos tramos de madera y otros de piedras pequeñas. El recorrido se prolonga por 3 kilómetros entre la ida y la vuelta, con carteles que ordenan “Ceda el paso” junto a la foto de un pingüino.
Por eso, cada vez que ellos suben a las pasarelas hay que frenar la marcha hasta que crucen y se refugien en sus nidos, que en esta época todavía tienen algún huevo, mientras cobijan a los pichones, oscuros y gritones, acurrucados junto a sus madres.
En realidad, los pingüinos de Magallanes empiezan a llegar en los primeros días de septiembre. Los machos eligen el nido que dejaron el año anterior y lo van acicalando para recibir a las hembras: en su mayoría, también prefieren el mismo sitio para poner los huevos. En septiembre y octubre se dan los cortejos y las cópulas, hasta que los primeros pichones nacen en noviembre.
Durante todo el verano los adultos invierten tiempo y energías en alimentar a sus pichones, que para mediados de marzo ya están listos para ingresar al mar por primera vez y buscarse su propio alimento.
Hasta mediados de abril se pueden ver en sus colonias y, a partir de ese momento, migran hacia el norte en busca de comida. Sin embargo, el viaje es bastante corto: en agosto siguiente deben volver al lugar en donde nacieron para volver a comenzar con el ciclo reproductivo, asegurando la permanencia de la especie.
Dentro de la Península Valdés, también se observan cientos de miles de ejemplares en las pingüineras, tanto en el mirador de Punta Cantor, en Caleta Valdés o entrando a la colonia de Punta Norte desde la Estancia San Lorenzo. A su vez, la colonia más nueva está en Punta Ninfas, con acceso a través de la Estancia El Pedral.
A 160 km de Puerto Madryn, la reserva natural Estancia San Lorenzo alberga en sus costas una colonia de más de 600.000 pingüinos de Magallanes que se visitan desde septiembre hasta el 31 de marzo de cada año.
Dedicada también a la producción de lana merino australiana, los visitantes pueden observar durante la primavera las distintas actividades vinculadas con la explotación ganadera, como la esquila y el encierre de la hacienda con perros ovejeros.
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Por estos días, el galpón de esquila sirve como comedor, centro de interpretación y mini-shop -se pueden comprar productos regionales y recuerdos del lugar-, además de los fósiles marinos que afloran en los acantilados y los cañadones que desaguan al mar. Dado que en la Estancia también se explotó la lobería, entre 1917 y 1953, los visitantes pueden conocer la vieja factoría de lobos marinos. Aunque por supuesto, la actividad central consiste en visitar la impactante colonia de pingüinos.
Avistaje de estrellas
“No perdamos el derecho a la luz de las estrellas”, repite una y otra vez Nani, guía de turismo y emprendedora en Astroturismo en Puerto Madryn.
Con cita previa -el cupo es limitado y hay que estar antes de que oscurezca-, la gente llega a la Estancia San Guillermo. Se trata de un establecimiento pionero en la zona dedicado al ecoturismo, donde Nani espera a todos con mucha energía e historias para contar. Luego de una charla introductoria en el galpón de esquila, va guiando a grandes y chicos hasta un círculo de sillas playeras al aire libre. Y con una luz señala a la estrella más brillante del cielo:Sirio.
“La idea es que se lleven una experiencia única a través del cielo patagónico, observándolo y disfrutándolo a simple vista. Vamos a aprender sobre las estrellas, a hablar sobre mitología y la cosmovisión de otros pueblos, agregando información de la vida rural, los tehuelches y hasta los galeses”. Y entre telescopios y cafés, la noche se esfuma, como este viaje, marcado por una gran conexión con la naturaleza.
MINIGUÍA
Cómo llegar. Hay vuelos a Puerto Madryn con Aerolíneas Argentinas, Flybondi y LADE, y también varias frecuencias a Trelew, a 65 km de Madryn. Cuestan desde $ 25.000, según la época del año y la antelación.
Dónde alojarse. La habitación doble en un hotel 4 estrellas cuesta desde $ 25.000 hasta $ 46.000 en base doble; en un 3 estrellas, desde $ 12.500; una cabaña, desde $ 11.500. La parcela en un camping, desde $ 1.500 para 2 personas.
Paseos y excursiones
- Con agencias de viajes locales, la excursión a Punta Tombo cuesta $ 19.500 para los adultos y $ 13.500 para los menores.
- La entrada a Punta Tombo y/o para los turistas que van por su cuenta, $ 2.300 para extranjeros, $ 900 para residentes en el país y $ 500 para menores de 6 a 11 años y jubilados.
- La excursión a Península Valdés, $ 19.500 y $ 13.500 menores. La entrada al ANP, $ 2.800 para extranjeros, $ 1.300 para argentinos y $ 600 para menores.
- Excursiones al Área Natural Protegida de Punta Loma o Doradillo, $ 8.500; menores, $ 6.000. La entrada a estos dos lugares no tiene costo.
Actividades
- Paseos náuticos, desde $ 20.000 y los menores de 4 a 12 años pagan la mitad.
- Buceo de bautismo, $ 23.400; buceo Brevet, $ 32.500. Buceo con lobos marinos, $ 42.000.
- Snorkel con lobos marinos, $ 30.000.
- Mountain bike, entre $ 4.500 y $ 9.000 (alquiler full day).
- Kayak: de $ 3.000 a $ 4.000 es el precio del alquiler por hora, y $ de 6.000 a $ 7.800 de la excursión.
- Windsurf: curso de 6 clases, $ 27.000.
- Navegación con avistaje de delfines, $ 14.500 los mayores y $ 7.500 los menores.
- Visita al Eco centro: La entrada general cuesta $ 2.800 para mayores y $ 2.000 para menores. Para los argentinos, $ 1.200 y los menores y jubilados, $ 600.
- Avistaje de estrellas en Estancia San Guillermo en el verano (resto del año, en El Doradillo), $ 6.000 y $ 5.100 para menores de 6 a 11 (Patagonia Sky).
Dónde informarse: madryn.travel
CLARIN VIAJES
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