Los plásticos ya son el 85% de la basura marina
La basura marina se encuentra en volúmenes cada vez mayores a lo largo de nuestras costas y estuarios, en enormes remolinos de las corrientes mesoceánicas, en islas remotas, en los hielos marinos, en el fondo del océano, desde las regiones polares hasta las fosas más profundas y oscuras, dañando la vida marina y los hábitats a su paso.
En los últimos 70 años, el plástico —un material increíblemente maleable, versátil y duradero— se ha infiltrado en el mercado y todo apunta a que se ha extendido hasta el último rincón de la Tierra. Los plásticos pueden aportar importantes beneficios, desde dispositivos médicos que salvan vidas hasta un almacenamiento seguro y prolongado de alimentos. Sin embargo, los productos que son innecesarios y evitables, especialmente los envases de un solo uso y los artículos desechables, están contaminando nuestro planeta a un ritmo alarmante.
Decenios de crecimiento económico y una dependencia cada vez mayor de los productos de plástico de usar y tirar han provocado que haya un torrente de residuos que se quedan sin gestionar y se vierten en lagos, ríos, entornos costeros y, por último, en el mar, lo que desencadena una oleada de problemas.
From Pollution to Solution: a global assessment of marine litter and plastic pollution (“De la contaminación a la solución: evaluación mundial de la basura marina y la contaminación por plásticos”) muestra que existe una amenaza creciente en todos los ecosistemas, desde el origen hasta el mar. También muestra que, aunque disponemos de los conocimientos técnicos necesarios, para hacer frente a esta creciente crisis hace falta voluntad política y que los gobiernos tomen medidas urgentes.
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Si no se toman medidas urgentes, los 11 millones de toneladas métricas de plástico que se calcula que llegan actualmente al océano cada año se triplicarán en los próximos veinte años. Esto supondría que en 2040 se verterían cada año a los océanos entre 23 y 37 millones de toneladas métricas de plástico. Esto equivale a 50 kilogramos de plástico por metro de costa en todo el globo.
Los daños a la vida marina
La basura marina y la contaminación por plásticos son fenómenos problemáticos por muchas razones. Los plásticos no se biodegradan (no se descomponen de forma natural sin dañar el medio ambiente), sino que se van deshaciendo con el tiempo en fragmentos cada vez más pequeños, conocidos como microplásticos y nanoplásticos, que pueden tener importantes efectos adversos.
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Su impacto en la vida marina va desde daños físicos o químicos a animales individuales hasta efectos más extensos sobre la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas. Se han encontrado trozos de plástico en el sistema digestivo de muchos organismos acuáticos, incluidas todas las especies de tortugas marinas y casi la mitad de las especies de aves y mamíferos marinos estudiados.
- Las tortugas marinas confunden las bolsas de plástico flotantes con medusas, y mueren de hambre lentamente a medida que van llenando el estómago de basura que no pueden digerir.
- Las aves marinas picotean los plásticos porque huelen a comida y parecen comida.
- Los mamíferos marinos, las tortugas de mar y otros animales suelen ahogarse tras quedar atrapados en plásticos perdidos o desechados, como envases o artes de pesca.
- Una de las principales causas de muerte de las ballenas francas del Atlántico Norte, una de las especies de ballena en mayor peligro de extinción del mundo, es el atrapamiento en artes de pesca fantasma.}
Los daños a los humanos
La contaminación marina por basura y plásticos también entraña un riesgo para los seres humanos. La salud ambiental está inextricablemente ligada a la salud humana. La omnipresencia de los microplásticos en nuestro planeta suscita graves preocupaciones acerca de la seguridad de las personas. Las investigaciones más recientes demuestran que las personas inhalan microplásticos a través del aire, los consumen a través de los alimentos y el agua, y hasta los absorben a través de la piel. Se han encontrado microplásticos incluso en nuestros pulmones, hígado, bazo y riñones, y un estudio reciente detectó microplásticos en las placentas de recién nacidos.
Los plásticos y el cambio climático
Los plásticos también son un problema para el clima. No todo el mundo sabe que el plástico se fabrica predominantemente a partir del petróleo, un combustible fósil. Cuanto más plástico fabricamos, más combustible fósil se necesita y más intensificamos la crisis climática, en un bucle continuo de retroalimentación negativa.
Los científicos determinan que la contaminación por plásticos llega hasta el aire que respiramos
Los productos de plástico generan además emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de todo su ciclo de vida. Si no se toman medidas, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la fabricación, el reciclado y la incineración de plásticos podrían representar el 19% del total de emisiones permitidas por el Acuerdo de París en 2040 para limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados.
De la contaminación por plásticos a la solución
Aunque la cantidad de plásticos marinos a la que debemos hacer frente es tan grande que resulta difícil comprender la situación global, la ciencia nos dice que la mayoría de las soluciones que necesitamos ya existen. Numerosas actividades regionales, nacionales y locales están contribuyendo a reducir el vertido de plásticos a los mares, como los convenios sobre mares regionales; las prohibiciones nacionales de los plásticos de un solo uso; los compromisos de las empresas y los gobiernos para reducir, rediseñar y reutilizar los productos de plástico; el incremento del contenido de plástico reciclado en los productos nuevos; las iniciativas de reciclaje diferenciado; y las prohibiciones a los comercios de regalar las bolsas en los municipios.
No hay una única solución. Como ocurre con muchas agresiones ambientales intergeneracionales, se requiere un pensamiento sistémico, innovación y transformación. No obstante, el objetivo es uno solo: reducir el uso de plásticos innecesarios, evitables y problemáticos e impedir que se viertan a nuestros lagos, ríos, humedales, costas y mares. Estamos todos juntos en esto: juntos, podemos —y debemos— resolver el problema de la contaminación por plásticos y la basura marina.
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