Buscan armas que estaban en custodia del Ministerio Público Fiscal
El hecho sucedió en Junín, Provincia de Buenos Aires, y pasan los días sin que la Justicia informe lo que está sucediendo.
El pasado 18 de enero trascendió que se había registrado el faltante de alrededor de 20 armas que deberían haber estado bajo custodia de la Fiscalía General. A partir de entonces se dio inicio a una investigación y el avance de la misma tendría relación con allanamientos recientemente efectivizados, entre ellos el realizado en la Up Nº 49 de Junín, específicamente en el casino de Oficiales, y en domicilios particulares.
La orden judicial se cumplió con personal de la Policía Federal que llegó al lugar cerca de las 5 de la mañana de ayer jueves. Según indica el portal Junín24, “otra información que confirma que “algo” no funcionó como debiera, es que las armas de fuego siempre habían estado a resguardo en el edificio que ocupa el Palacio de Tribunales en la esquina de las calles Bmé. Mitre y Mayor López hasta que se habilitó el ex Hospital San José para funcionamiento de las fiscalías. Si bien no pudo ser confirmado, se habría producido el secuestro de municiones y teléfonos celulares que serían sometidos a pericias.”
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Hay quienes sostienen que la investigación por la falta de armas de fuego se habría iniciado a partir del momento en el que los legítimos usuarios se acercaron a la fiscalía a reclamar las que les habían secuestrado en distintos procedimientos, aportando la documentación actualizada que demostraba la pertenencia. Y es posible que así haya sido, iniciándose, tal vez, un sumario interno.
Pero toma cada vez más fuerza la versión que señala que habrían sido dos funcionarios del Poder Judicial quienes radicaran una denuncia a partir de la cual se supone, se inició una causa penal que estaría instruyendo uno de los fiscales del Departamento Judicial Junín y que la autorización para realizar los allanamientos no haya recaído en uno de los Juzgados de garantías sino en otro magistrado que integran el Tribunal Criminal Oral 1.
La pregunta que surge a partir de este hecho en Junín es ¿Cuántos casos similares hay en el resto de los edificios judiciales y policiales de todo el país y aún no se conocen?
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Eugenio Rivademar
La pregunta es, a que banda de maleantes/chicos malos, amigos del gobierno fueron a parar.
MANUEL ORUE
Para mí la pregunta es 1) Desaparecieron, bien, se está investigando, bien. ¿Perdidas, sustraídas o vendidas por funcionarios venales (delincuentes)? 2) Tengo en mi memoria el recuerdo de aquellos delincuentes (tan ignorantes los pobres) que detenidos cuando estaban cometiendo un ilícito, tenían en su poder armas que hab ían sido entregadas por ciudadanos en un depósito del ANMAC con el correspondiente registro de inventario efectuado ¿Será este el mismo caso? 3) Por lo que leo no habría intervenido un juez de garantías. Entonces ¿quedará suspendida la investigación y el juicio a los responsables por un error técnico? o ¿Se olvidará de todo la justicia y finalmente todo se irá a los tachos? . Como se comprenderá, son muchas las dudas y casi ninguna certeza. Al respecto, he aprendido durante mi estancia en el colegio secundario (educación democrática I, II y III) que los integrantes del poder judicial, al igual que los funcionarios elegidos en general, solamente son honorables o venales. Lo que yo piense es privativo personal de mi libertad individual de pensamiento. Pero mientras transcurre el tiempo y pasa esto yo me siento atosigado por cada vez más exigencias que me afectan a mí como legítimo usuario individual mientras los amigos del hampa y del delito cada vez tienen más facilidades para llevar a cabo sus atrocidades contra una ciudadanía que se enmarca correctamente dentro de la ley (es decir, se atiene mansamente a ella) y a mis 73 años me empieza a atormentar la cada vez más cercana convicción que alguna vez alguien dijo: “los chorros son chorros cuando y porque les conviene, si no es así se llaman a retiro, porque el sagrado axioma de la justicia es corregir al corregible, atemorizar al que no es corregible pero sí atemorizable y aislar de la sociedad a aquellos que no son ni corregibles ni atemorizables”