Astronomía al paso y el asombro de las infancias
Visualizar la Luna y las galaxias emociona y sorprende cuando las personas se dejan llevar por estas propuestas que tienen como eje a la profundidad del universo y convidan a vivenciar sensaciones únicas a partir de la observación estelar desde las sierras, el campo, los ríos, las lagunas y las playas bonaerenses.
La necesidad de conectar con la naturaleza en la provincia de Buenos Aires -sobre todo después de la pandemia- y el deseo por conocer los misterios del cielo convirtieron al astroturismo en una actividad que tiene cada vez más aficionados y aficionadas tanto en el público adulto como también adolescente e infantil de distintos municipios.
El Principito y las maravillas el universo
Ayelen Mut y Paz de Castro llevan adelante el taller Aula de Astronomía Trenque Lauquen, y comparten la pasión por esta disciplina y hace dos años gestaron la idea de producir divulgación científica y realizar actividades turísticas.
“Comenzamos dando charlas de astronomía nocturnas para toda la familia y luego nos abocamos a la educación infantil. Además, hicimos cursos virtuales en universidades con profesores geniales como Sebastián Musso, a quien le tenemos una profunda admiración y estima”, contó Paz de Castro.
Musso es periodista, divulgador científico y un gran creador de proyectos educativos y herramientas didácticas, entre sus producciones más destacadas se encuentra el Primer Planetario Acústico para Ciegos y Ambliopes del Mundo.
Todas las semanas, estas mujeres proponen a chicas y chicos sentirse dentro de un cuento como El Principito. A través de experimentos, maquetas, salidas observacionales y juegos didácticos, viajan hacia el maravilloso mundo de la astronomía.
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“También hacemos astroturismo para las infancias, con charla y observación solar -con filtro protector – y lunar”, detalló De Castro.
Con el objetivo de difundir esta disciplina y establecer relaciones con las magnitud que ofrece la observación de los cielos bonaerenses, las coordinadoras del Aula de Astronomía visitan instituciones educativas, públicas y privadas, de manera gratuita, para “darles la oportunidad a todos aquellos que no tienen acceso a un telescopio, o a toda esta información”, señaló Ayelén Mut.
“Cada vez que niños y niñas miran por el telescopio, escuchan las historias de constelaciones o les contás que el sol no tiene fuego, se quedan súper asombrados”, describió Paz, aunque ese sentimiento no es exclusivo de las infancias, también les sucede a las personas adultas y ciegas, quienes sienten un enorme agradecimiento por acercarles el universo en este destino turístico de la provincia de Buenos Aires.
Musso les envió el Astrotest, un kit de piezas impresas en 3D que permite a quienes tienen capacidad visual disminuida reconocer superficies, galaxias, púlsares y la estructura solar a través del tacto.
Ayelén y Paz sostienen que el verano es la mejor época para practicar astroturismo. “La temperatura permite observaciones más prolongadas aunque nadie ha rechazado una buena observación de invierno con un chocolate caliente y el centro galáctico a la vista”, aseguraron.
Júpiter y Saturno al paso
“El auge del astroturismo se da porque las personas están buscando algo nuevo, que no sea cotidiano. Además, la tecnología avanza y disponemos de mejores elementos para ver el cielo”, afirmó Juan Francisco Ceser, profesor de matemática, quien desde hace dos años comenzó con la disciplina en Campos y Estrellas Vedia.
Para Ceser, se trata de una invitación al disfrute, al relax y al encuentro. “No es una clase de astronomía. La idea es pasarla bien, que la gente se relaje, que haya música y puedan compartir una experiencia sobre el cielo con alguna bebida”, expresó.
La propuesta consiste en observar el cielo “al estilo paisaje” donde se identifican los planetas, las galaxias y los cráteres lunares. “En mi caso dispongo de un telescopio pero hay quiénes lo hacen sin dispositivo”, señaló.
Juan Francisco también realiza “astronomía al paso” en fiestas populares y eventos dentro de la provincia de Buenos Aires. “Llevo los telescopios, busco un lugar oscuro, se arma una fila y miramos lo que hay en el cielo en ese momento”, detalló.
En la Expo Queso, Lincoln, que se celebró el mes de noviembre, los y las asistentes además de beber una cerveza artesanal y degustar un pategrás, vivenciaron la inolvidable experiencia de ver a Júpiter y Saturno.
“Los mejores cielos se encuentran en Navarro, el noroeste bonaerense, en Tandil, en Lobos, y en Sierra de la Ventana, Tornquist”, aseguró el matemático.
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