Este “tiburón” no caza peces, caza botellas: un depredador de basura que nos ayuda a limpiar los ríos
No solo engulle plásticos, el WasteShark también puede con residuos de biomasa y algas.
En las aguas del río Támesis en Londres acecha un depredador imparable, sobre todo si eres una botella de plástico. La startup Ran Marine, propiedad de Richard Hardiman, está detrás del WasteShark, un robot acuático que tiene como misión principal recoger y destruir los envases de plástico que la gente tira a los ríos. El “tiburón” tiene capacidad para recoger un total de 21.000 botellas de plástico al día, y ya está operando en algunas de las zonas más descuidadas del Támesis.
La idea para crear WasteShark surgió cuando Hardiman observó a dos pescadores en Ciudad del Cabo mientras intentaban recoger envases de plástico desde su bote. El proceso de limpieza en ríos no está automatizado de ninguna manera, y las batidas voluntarias de limpieza hacen uso de redes en la mayor parte de los casos. Para aportar apoyo tecnológico a esos procesos, Hardiman empezó a construir un robot acuático capaz de desplegarse cómodamente en ríos y moverse de forma autónoma sobre el agua. Así nació el primer prototipo de WasteShark
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Para el nombre y campaña de márketing Hardiman se inspiró en los tiburones ballena, un enorme y bellísimo animal que por desgracia hoy engorda la Lista Roja de especies en peligro de extinción. Es el tiburón más grande, y se alimenta de plancton que va recogiendo cuando abre ampliamente su gigantesca boca. WasteShark hace lo mismo, pero en vez de boca tiene un motor succionador y en lugar de plancton, se “alimenta” de plásticos. Su creador lo compara con una Roomba acuática, y la verdad es que es una descripción bastante acertada.
El plástico es su plato favorito, pero puede con mucho más
El robot es completamente eléctrico y también muy silencioso, no tiene impacto alguno sobre la fauna del río. Y ojo, porque aunque la comida favorita del WasteShark es el plástico también puede recoger residuos de biomasa o limpiar zonas con alta concentración de algas. Puede trabajar durante 8 horas de manera ininterrumpida y tiene un alcance de 5 kilómetros.
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Pese a su tamaño reducido, el WasteShark ha demostrado poder recoger y procesar más de 21.000 envases de plástico todos los días, que se traduce en aproximadamente 500kg de residuos. Verlo funcionar ya se está volviendo algo normal para los trabajadores londinenses. El WasteShark está funcionando en zonas como el el Canary Wharf, un muelle industrial en la zona de los Docklands del río Támesis. Esta localización recibe a más de 120.000 trabajadores todos los días, y por desgracia el agua siempre se acaba llenando de envases de plástico, recipientes de café, bolsas… etc. Por suerte, ahora hay un depredador robótico que lucha por mantener las aguas limpias.
Mundo Deportivo
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