Su cuenca fue fragmentada, represada, desviada y manipulada
Un equipo de filmación se dispuso a volver sobre la expedición de John Wesley Powell en un esfuerzo por conocer el estado presente y futuro de la cuenca del río Colorado, en los Estados Unidos. Cualquier parecido con la realidad de los ríos de nuestro país NO es mera coincidencia.
El río Colorado es un río del suroeste de los Estados Unidos y noroeste de México que fluye en dirección suroeste y sur por los estados de Colorado, Utah, Arizona, Nevada y California, en Estados Unidos, y por Baja California y Sonora, en México, desembocando en el golfo de California o mar de Cortés.
El 24 de mayo de 1869, John Wesley Powell y sus hombres estaban a orillas de Expedition Island en Green River, Wyoming. Observaron cómo sus elegantes botes de madera se mecían con el flujo y reflujo del río Green mientras aceptaban lo que les esperaba. Estaban a punto de embarcarse en un angustioso viaje hacia la última región sin mapear de los Estados Unidos: los profundos cañones y las cuencas aireadas de los ríos Green y Colorado.
Durante milenios, las vías fluviales conectadas hidrológicamente proporcionaron la red de plomería natural que drenaba la cuenca del río Colorado, una cinta transportadora de nutrientes y sedimentos que sentó las bases para diversos ecosistemas, corredores ribereños vibrantes y tierras interconectadas con una biodiversidad asombrosa. Durante 100 días y 1,000 millas, la expedición luchó por sobrevivir para inspeccionar el drenaje.
¿Se ha quedado sin tiempo el río Colorado?
Ciento cincuenta años después de la expedición de Powell, nuestra sociedad se precipita hacia un nuevo desconocido. La expedición de Powell catalizó a una joven nación para avanzar hacia el oeste. A pesar de la advertencia de Powell sobre las limitaciones de los recursos, la cuenca del río Colorado fue fragmentada, represada, desviada y manipulada. Más de 100 represas cortaron la cuenca. El agua que alguna vez estuvo confinada a los límites de las cuencas fue desviada a través de una telaraña de túneles, canales y acueductos.
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Hoy, 40 millones de personas dependen de su agua, mientras que las represas dentro de la cuenca generan 7,178 megavatios de electricidad para satisfacer las insaciables necesidades de energía de un creciente oeste de EE. UU. Nos encontramos con un sistema fluvial que ha perdido todo sentido del equilibrio. Sin embargo, nuestra dependencia de él nunca ha sido mayor.
A pesar de la inmensa importancia del río Colorado, su futuro está en peligro. La cuenca está sobreasignada, y los estudios más recientes sugieren que el cambio ambiental rápido inducido por el hombre (HIRC, por sus siglas en inglés) podría reducir el flujo del río hasta en un 30 por ciento para 2050. Además de esto, el área actualmente está experimentando los peores sequía en la historia registrada. Los desequilibrios de oferta y demanda, el cambio climático, la desigualdad, el envejecimiento de la infraestructura y la aridez amenazan un futuro sostenible en el oeste americano.
Recorriendo El Pasado Para Ver El Futuro
Recreando la expedición de Powel, durante 71 días, el equipo de científicos, artistas, cineastas y miembros tribales atravesó 1,000 millas por la cuenca siguiendo los pasos de Powell. Mucho ha cambiado desde su paso inaugural. Remolcaron los botes a través de los embalses y los transportaron alrededor de las presas. Aún así, los envolvió la verdadera belleza y el poder transformador de los paisajes fluviales dinámicos.
El resultado del trabajo es el largometraje A River Out of Time, dirigido por Cody Perry y Ben Kraushaar. La película es un viaje para brindar al espectador una visión única de la totalidad de la cuenca. Abre diversos comentarios de comunidades históricamente marginadas, expone verdades duras y muestra las maravillas naturales que aún se pueden encontrar en la cuenca del río en la que Powell se lanzó hace más de un siglo. “Nuestra esperanza con Un río fuera del tiempo es compartir una evaluación moderna no solo de dónde se encuentra el río Colorado, sino también del curso al que se dirige” señaló Kraushaar a Paddling Magazine.
Nuestro país no es ajeno a esta problemática. Días pasados un medio del sur señalaba las tensiones por una nueva central hidroeléctrica en la Patagonia argentina. Se refería a la central de Nahueve en Neuquén, que con una capacidad de 4 MW se ha convertido en un gran problema para comunidades de la zona. Construida hace décadas la represa “El Nihuil” clausuró el acceso de ese curso de agua a La Pampa y generó un daño ambiental y económico en esa provincia. Podemos sumar también al complejo hidroeléctrico en el Río Santa Cruz que también son motivo de quejas por el impacto ambiental que provocará. Habrá más energía eléctrica, pero tal vez nos quedemos sin agua.
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