Pescaba en un lago de Oklahoma y batió un récord al encontrarse con un pez “alienígena” y parecido a un “monstruo”
El pescador no podía creer su hallazgo, lo primero que hizo después de la “batalla épica” fue arrodillarse y dar las gracias por su hazaña.
Mayo de 2023. Un hombre logró capturar un pez “alienígena” que batió el récord estatal y posiblemente el mundial. De acuerdo con los expertos, con su contribución ayudó a evitar una “catástrofe” medioambiental. El hallazgo se registró en el Grand Lake o’ the Cherokees, en el estado de Oklahoma, cuando el pescador sintió que una especie de gran tamaño había mordido su anzuelo.
Bryan Baker logró encontrar una gran carpa cabezona, con 11 millones de huevos en su interior y catalogada como especie invasora. Si esta desovaba, amenazaba con devastar el ecosistema del lago. “Supe enseguida que era algo distinto a lo que me había encontrado antes”, afirmo el pescador en declaraciones citadas por The Mirror. “Es el pez más poderoso que he tenido en mi tanza”.
Para Baker, que ha tenido una prolífica carrera en la pesca, los encuentros con especies de gran tamaño son parte de su rutina. Sin embargo, nada se compara a este último hallazgo. “Era irreal, como atar el sedal a un todoterreno y dejar que avanzara, e intentar frenarlo, casi imposible”, agregó. Desde la consideración del hombre de 50 años, que dirige el servicio de guías de pesca Spoonbill Wreckers, fue necesaria una “lucha épica” para sacar a este “monstruo”: “Fue una batalla de unos siete minutos hasta que conseguí llevarlo a la superficie del agua, donde pude agarrarlo y subirlo al bote”.
Cuando por fin logró apreciar la carpa, no daba crédito a lo que veía. Era el hallazgo de su vida: “Me sentí tan aliviado que me arrodillé y le di gracias a Dios; no podía creer que lo hubiera sacado. Estaba abrumado y agotado”. Baker agregó: “Esta es una especie alienígena; vino del este de Asia”.
Este majestuoso animal pesaba más de 53 kilogramos, por lo que batió el récord de 2005, de 40, registrado por la Asociación Internacional de Pesca Deportiva (IGFA).
Una pesca que salvó el ecosistema del lago
El pescador también reconoció que suele recibir diferentes mensajes en los que le agradecen por neutralizar al ejemplar, dado que al ser una especie invasora podría causar estragos en el ecosistema. Sobre qué hizo con su hallazco, contó que conservó los filetes y los cocinó.
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En declaraciones retomadas por el medio citado, Quinton Phelps, profesor de ictiología de la Universidad Estatal de Missouri, afirmó que este era el pez más grande que había visto. “Parecía falso, pero no lo es”. El especialista calculó que tenía hasta 40 años. Basándose en el peso de sus ovarios, también estimó que tenía 11 millones de huevos. Si bien se desconoce cuántos eclosionarían, agregó que incluso con una estimación conservadora podría derivar en 11.000 carpas cabezonas más.
Una especie se considera invasora cuando, al no pertenecer a un ecosistema, acaba con el alimento de los ejemplares de la región. En este caso, la carpa cabezona consume plancton, que es la base de la cadena alimentaria acuática. “Todos los peces dependen de ese recurso en algún momento de su vida. Así que es de imaginar que, a medida que aumente la biomasa de este planctívoro invasor, disminuirá la cantidad de alimento adecuado que utilizan los peces autóctonos”, agregó el profesor, quien vaticinó este efecto como “catastrófico para toda la red alimentaria”.
Por su parte, el Departamento de Conservación de la Fauna y Flora Silvestres de Oklahoma (ODWC, por sus siglas en inglés) detalló la captura en una publicación de Facebook del pasado 12 de mayo. Sin embargo, el pez no será contabilizado por la Asociación Internacional de Pesca Deportiva, ya que fue enganchado en lugar de cebado.
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La ODWC insta a los pescadores a ayudar a la captura de esta especie: “Debido a sus hábitos alimenticios, la carpa cabezona es un competidor directo de nuestros ejemplares, como el pez espátula y el búfalo bocudo, así como de todas las larvas y juveniles de peces y mejillones autóctonos”, escribieron. Por lo tanto, piden no devolverla al agua.
Esta especie se importó a EE.UU. por primera vez en 1973, con el objetivo de eliminar el plancton sobrante en los estanques. No obstante, se presume que escapó tras una inundación. En Hunan, China, es un manjar y su cabeza se sirve partida por la mitad en los platos.
LA NACION
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