El Tiro Federal cumplió sus 80 años pero quiere muchos más
Apoyada en la trayectoria, su comisión busca nuevas oportunidades: reabrirán la escuela de formación para los más jóvenes, desde los 9 años.
Por Melina Ortiz Campos
Junio 2023. «La disciplina del tiro es atrapante”, dijo convencido Hugo Gentili al hablar sobre el eje de la entidad que conduce desde finales de los ‘90. Ya con el adjetivo habló de su pasión y en una sola palabra condensó los motivos que lo unen al predio de calle Nahuel Huapi al 800, con vista a la barda.
En una zona de Allen que evoca otro tiempo, con sus calles que homenajean a primeros pobladores como Oreste Amaya, José González, Nicolás Tarifa y Gregorio Maza, el Tiro Federal vuelve a hablar de formación, de escuela, de semillero de exponentes. Y con sus 80 años recién cumplidos, sueña con vivir muchos más.
Formalmente la institución comenzó a trabajar en 1943, “en un predio de cinco hectáreas donadas por quien fuera su primer presidente, Diego Piñeiro Pearson”, detalló el sitio especializado en historia local, Proyecto Allen. Su comisión provisoria estuvo integrada por “Francisco Rucci; el escribano Joaquín Pellegrini; el doctor Atilio Aranda, Héctor Brevi, Carlos Boltshauser, Antonio Diazzi, Juan Vázquez; Carmelo Rosi, Eduardo Videla y Ángela Coli”.
El Estatuto se aprobó el 22 de noviembre de ese año y en una asamblea realizada en el Salón Municipal, se sumaron Adalberto Lupi, Anacleto Silvetti, Raúl Botana, Isidoro Maza y Aquiles Lanfré. Sus primeros socios fueron Isaac Darquier, Juan Tarifa, Luis Aragón, Félix Rodolfo González, Roberto Paiva, Antonio Aznarez, el doctor Abraham Vaisman y Marcos Zilvestein.
Se vivía un contexto de guerra en el mundo y, en Argentina, de fuerte movilización política, por eso el lema que todavía exhiben en el ingreso al lugar es “Aquí se aprende a defender a la Patria”. Si bien el vínculo con las prácticas para las fuerzas de seguridad se mantuvo, hoy el “blanco” está puesto en lo deportivo.
Tiros Federales, Historia Argentina. Una nota del libro del 80° Aniversario de AICACYP
Gentili ya practicaba con fusiles, carabinas y pistolas desde los 15 años, pero cuando se lo designó a cargo del “Tiro”, “empezamos a trabajar firme para reactivarlo”, dijo. “Formamos una escuela con la que tuvimos exitosa participación, en distintos torneos nacionales organizados por Aicacyp (Agrupación de Industria y Comercio de Artículos de Caza y Pesca), a cargo de la iniciación deportiva para chicos de ambos sexos, de entre 13 y 19 años». De ese grupo salió un campeón argentino en 2003: Rubens Condoplo.
“En la actualidad la disciplina ha cambiado un poco, sigue habiendo arma larga, pero han desarrollado mucho el arma corta, en las líneas de 15 metros, 25 metros”, explicó Gentile. El equipo que los representa en competencias, con participación nacional e internacional, está integrado por Mario Garnero, Osvaldo Gentili, Nicolás Gogorza y Hugo Gentili. Pero apostando a nuevas oportunidades es que este año reabrirán la escuela de formación para los más jóvenes, desde los 9 años.
Centrada en el manejo de armas neumáticas (aire comprimido), buscará promover los beneficios de la disciplina: la concentración, precisión y buena conducta, con todas las medidas de seguridad. Estiman que la convocatoria se abrirá el mes próximo. Quienes quieran asociarse pueden hacerlo, con sus armas y permisos correspondientes, para usar el predio, que abre los sábados por la tarde.
Si bien el cumpleaños del Tiro Federal allense fue en marzo, el festejo se postergó para que coincida con el 113° aniversario de la ciudad, el pasado mes de mayo. El domingo 21 de ese mes fue el momento para un almuerzo de reencuentro con los socios y allegados. Allí hubo entrega de obsequios y reconocimientos ante más de 100 personas, como el homenaje a los expresidentes Julio Kopprio, Luis Iriarte y Arnaldo Brevi. “Fue un día realmente extraordinario, la gente se fue muy contenta”, dijo Gentili, cuyo nombre, a partir de ahora, identifica a la sala de tiro con carabinas neumáticas.
La copa que el agua se llevó
“Cada trofeo, cada copa, cada medalla, tiene un significado especial”, dijo Hugo, al hablar de las estanterías que recorren toda la pared del salón principal de la sede. Recuerdo de competencias de antaño, de gran prestigio, acompañadas con fotos y registro del paso por el desfile del aniversario local. Las más llamativas, una copa obtenida en Plaza Huincul y dos municiones de cañón originales, que se entregan en Punta Alta, desactivados por la Base Naval.
Pero hay una conquista que se le escapó de las manos a los tiradores, y no fue por puntaje ni por falta de puntería: la propia naturaleza arrasó con el sueño.
“Se la quedaba aquel que la ganaba tres años seguidos o cinco alternados. Al Tiro Federal de Allen le faltaba un año, pero teníamos un equipo impresionante y era casi seguro que la íbamos a conseguir… Sin embargo, una inundación se llevó lo que era el Tiro Federal de Roca”, explicó, activando el asombro. Allí se encontraba el preciado trofeo esperando la entrega. El avance del aluvión, a finales de los ‘60, arrasó con todo, incluída la “Joyita”.
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