Cazar y proteger

16 Jun 2023 Caza, Informes Sectoriales Deja un comentario

Alrededor de 900 mil personas practican la caza en nuestro país

Equivale nada menos que al 1,9% de nuestra población total. El dato surge de la primera encuesta nacional realizada por la Consultora Julio Aurelio (Aresco) y encargada por AICACYP, la Cámara de la Industria del Aire Libre.

16 de junio de 2023. La caza es ancestral, una actividad que está presente en el desarrollo de todas las culturas y en todas las sociedades desde el inicio de los tiempos. “Fue pues la caza la primera ocupación, el primer trabajo y oficio del hombre”, señalaba Ortega y Gasset en 1942 en su famoso prólogo al libro Veinte años de caza mayor del Conde de Yebes. Prólogo que marca un antes y un después para el cazador de raza. A más de 80 años de aquel prólogo, muchos ponen equivocadamente a la caza en el ojo de una controversia ambientalista y de un conservacionismo mal entendido.

Durante décadas, para los argentinos ir a cazar era una actividad absolutamente habitual, un buen plan que estaba al alcance de cualquiera, y en muchos casos lo sigue siendo, sobre todo en el Interior del país. Incluso los más chicos de la familia, acompañaban la cacería con una escopeta pequeña. Las perdices y las liebres eran lo más común en la mira de un fin de semana en el campo. Por caso un censo cuantificó para 1963 en 600.000 a los cazadores de la Provincia de Buenos Aires, alcanzando al 10% de la población.

La caza en el centro de las miradas. Una nota del Libro del 80° Aniversario de AICACYP que no deberías dejar de leer.

Pero, los tiempos cambiaron. La caza, sobre todo la mayor, ya no es una actividad accesible como antes, y la actividad es mirada de reojo por el público que no la practica. La explosión demográfica y el avance de las áreas cultivadas completan un combo difícil para facilitar el crecimiento de la actividad. Por ello en un esfuerzo que sin dudas será muy valorado por el sector, AICACYP decidió encarar un relevamiento destinado a medir la participación de la ciudadanía en esta actividad.

Así, se encargó a la prestigiosa consultora de opinión pública Julio F. Aurelio (Aresco SA), un estudio que evaluara seriamente y por primera vez, las actividades que realizan los argentinos al aire libre, entre ellas el tiro deportivo de la cual presentamos los resultados más significativos.

La caza deportiva aparece como una actividad que se realiza tradicionalmente y desde hace mucho tiempo: el 82% de los entrevistados lo practica desde hace más de 5 años. Solo un 13,6% manifestó haberse iniciado en el último año, lo que sin lugar a dudas constituye un dato vinculado a las restricciones que se vienen observando en todo el país para la práctica legal de esta actividad.

En materia de armas de caza, si bien predomina la utilización de armas de fuego, vemos que aparece fuerte la utilización de armas de aire comprimida, a pesar de que muchas legislaciones provinciales no las contemplan como tampoco lo hacen con la arquería. Es más muchas normas establecen la obligatoriedad de tener la credencial de legítimo usuario e inclusive hablan de portación.

En cuanto a la frecuencia, es una actividad de práctica más que habitual. Considerando el total de cazadores, el cuadro implica no menos de tres millones de salidas de caza, concentradas en general en cortos espacios de tiempo.

Buenos Aires y La Pampa son las provincias elegidas por los cazadores. Recordemos que la localidad pampeana de Quehué se ha ganado el título de “Capital de la Caza” en Argentina, hasta donde llegan no solo cazadores nacionales sino también de todo el mundo. Y Buenos Aires, que como se ha dicho tuvo alguna vez 600000 cazadores, también es una meca de cazadores de todo el país.

Tal vez no solamente por razones de preferencia, sino también de costos asociados, la caza menor es la más practicada en nuestros campos. Llama la atención que solo un 7,1% practique la caza plaguicida. Tal vez sea, otra vez, por las reglamentaciones que no tienen a la caza como un método eficaz para el control de plagas. Así vemos la problemática irresuelta de jabalíes, guanacos y castores entre otras.

Más allá de que la caza es esencialmente individual, los entrevistados manifestaron realizarlo mayormente con amigos y familia en más del 78%.

A pesar de que los entrevistados consideraron a esta actividad como “cara” o “muy cara” según se podrá observar más adelante el 39,3,1% de los encuestados adquirió estos productos en el último año. Un porcentaje equivalente a más de 350 mil personas que en un 82,2% de los casos adquirieron estos productos en comercios de proximidad.

Y aunque prácticamente todos los entrevistados consideraron que los precios de esos productos eran entre caros y muy caros, tal como se observa en el siguiente gráfico, decide seguir en la actividad. Sin dudas, un dato no menor.