El turismo espacial ha dejado de ser un sueño, un proyecto, una idea de la ciencia ficción
15 de agosto de 2023. Hace unos días, Virgin Galactic, la empresa fundada por el multimillonario británico, Richard Branson, realizó con éxito un vuelo al espacio suborbital, llevando a tres clientes a más de 80 kilómetros por encima de la superficie terrestre. Estas personas compraron un boleto para formar parte del exclusivo grupo de seres humanos que ha ido más allá de la Tierra con fines turísticos. Esto, por supuesto, está comenzando, pero la pregunta de “cuánto cuesta viajar al espacio” ya aparece en el radar de muchos que quieren calcular qué tan probable es cumplir esta ambiciosa meta.
Claramente, el que la humanidad haya llegado a este punto no es cosa de poco tiempo. Desde mediados del siglo pasado, la exploración espacial comenzó a dar importantes frutos que, poco a poco, fueron dando información acerca de cómo responden los seres vivos a las condiciones extraterrestres. En esa historia se cuentan varios éxitos, pero también fracasos.
El tema del turismo espacial lleva casi dos décadas de investigación y desarrollo. Los especialistas advierten a las empresas que están ofertando el servicio sobre los riesgos que puede haber en esa aventura, ya que, en efecto, los hay. Sin embargo, la tecnología y el conocimiento que se tienen hasta hoy permiten que quienes tengan el poder económico suficiente puedan darse el lujo de salir del planeta.
¿Cuánto cuesta viajar al espacio?
Viajar al espacio cuesta, con Virgin Galactic, 450 mil dólares. Esa fue la cantidad que tuvieron que pagar una madre y su hija y el exolímpico Jon Goodwin, los turistas que recientemente fueron al espacio con la empresa en cuestión.
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Como se podía esperar, ir al espacio no es solo cuestión de pagar. Los clientes tienen que someterse a un entrenamiento especial. Para este punto, los interesados debieron haber pagado 150 mil dólares, de los cuales 25 mil no son reembolsables.
La travesía, de aproximadamente 70 minutos, lleva a los turistas hasta las inmediaciones de la debatida línea de Kárman, la frontera entre la atmósfera terrestre y el espacio exterior. Desde ahí, los clientes pueden tener vistas que pocos han disfrutado y experimentar la microgravedad.
Aunque puede parecer atractivo vivir en carne propia la ingravidez o microgravedad, se debe tomar en cuenta que esta produce una relajación muscular que podría causar debilitamiento extremo y desorientación. Frente a circunstancias como estas, las personas que deciden viajar al espacio deben firmar una renuncia de responsabilidades, en la cual reconocen los riesgos y la falta de regulación gubernamental en materia del turismo espacial.
La carrera por el turismo espacial
Aunque Virgin Galactic es la empresa que dio de qué hablar recientemente, otras compañías tienen el mismo objetivo. De hecho, SpaceX, de Elon Musk, llevó, en septiembre de 2021, a la primera tripulación totalmente civil al borde del espacio. En esa ocasión, los turistas pasaron los límites suborbitales, alcanzando hasta 563 kilómetros.
Jeff Bezos, fundador de Amazon, con Blue Origin también ha entrado a la carrera. De hecho, fue un joven de 18 años quien pagó a esta empresa, por primera vez, un boleto para viajar al espacio. El precio fue de 28 millones de dólares por un vuelo de 11 minutos.
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