Navarro y Junín: Una lejana arquitectura de pulperías testigos de sucesos históricos y gastronomía criolla
Las dos ciudades se presentan como dos grandes anfitriones del turismo bonaerense. Con manjares clásicos en sus versiones criollas, los almacenes proponen una viaje por doscientos años de historia en paisajes campestres.
24 de octubre de 2023. Un viaje en el tiempo hacia destinos turísticos bonaerenses que fueron escenarios de batallas, leyendas e inmigraciones. Nos sumergimos en un recorrido con relatos de voces sabias y sabores inolvidables.
Navarro y Junín, en la provincia de Buenos Aires, proponen vivenciar experiencias de antaño.
Un almacén, doscientos años de historia
Hacia 1828, la Batalla de Navarro formó parte de las guerras civiles argentinas entre unitarios y federales. En esta tierra, las fuerzas del general Juan Lavalle derrocaron a las milicias del coronel Manuel Dorrego, entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, quien fue fusilado durante este mismo suceso.
El distrito también integró una ruta gauchesca, hoy leyenda popular. Juan Moreira, el gaucho de las pampas bonaerenses, una mezcla de guardaespaldas, batallador, misterioso, guitarrista y político del siglo XIX, fue referente del pago.
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Almacenes y pulperías, testigos de estos hechos, funcionaban como postas de diligencia para servicios de transporte con correspondencia, encomiendas y pasajeros.
El almacén de ramos generales La Protegida tiene las huellas de aquel pasado, con un patio familiar, habitaciones de la vivienda original y colecciones de todos los rubros: comestibles, bebidas, juguetes, librería, bazar y documentos de más de medio siglo.
“Son cosas que están muy ligadas a mis sentimientos. Representan la vida de mi pueblo. Yo ayudo a conservar y exhibir objetos para que cada visitante lo interprete y lo viva con sus propias emociones”, aseguró Raúl Lambert, propietario del emprendimiento.
El sitio no tiene un orden museográfico. Los artículos con los que convivieron los navarrenses del siglo XIX están ¨naturalmente plantados en las estanterías”.
Allí se pueden degustar exquisitos manjares que se ajustan al espíritu del lugar. “No es un restaurante convencional, es un espacio donde se disfruta de las comidas de época, como las de olla y empanadas caseras que son nuestras especialidades”, afirmó Lambert.
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“Nuestro almacén tiene la intención de revalorizar la historia local, de homenajear a los vecinos pioneros, a quienes a lo largo de 200 años hicieron este pueblo. La muestra representa sus vidas y a las personajes que marcaron nuestra historia pueblerina, la historia de la provincia de Buenos Aires y de la República Argentina”, remarcó.
La Protegida se convirtió en un emblema para la comunidad y el turismo. Referencia de las luchas y esfuerzos del pueblo. “Rescatamos las aventuras de un vecino de Navarro, se llamó Juan Moreira. Fue un personaje mítico y legendario a nivel nacional. También, el trágico fusilamiento de Manuel Dorrego”, recordó.
Este fin de semana, el municipio celebra la primera edición de la Fiesta del Tambero con música, gastronomía, charlas técnicas, premiaciones y espectáculos artísticos. El viernes 27, sábado 28 y domingo 29, desde las 10:00, habrá cursos de elaboración de quesos y Expo Granja, catas, concursos, clínicas, encuentro de productores, rondas de negocios y espectáculos musicales.
Pasan las generaciones. siguen las tradiciones italianas
Entre el extenso Río Salado e innumerables espejos de aguas, como las lagunas de Gómez, Mar Chiquita y El Carpincho, se encuentra el municipio de Junín. Por los caminos de Los Navegantes de Los Pescadores las y los visitantes se deslumbrarán con inmensos espacios verdes para descansar, disfrutar del aire libre, pescar y desarrollar actividades náuticas.
La ciudad cabecera combina construcciones antiguas del siglo XIX con modernas edificaciones. Cerca de allí, la localidad de Agustín Roca cobra protagonismo con el almacén de ramos generales La Casona de Roca, donde se pueden degustar los mejores fiambres caseros y revivir el legado de los inmigrantes Picchi, quienes llegaron a la zona en 1880 desde el norte de Italia.
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Esta tradición familiar, transmitida por generaciones, comenzó su historia con los primeros fríos, cuando se preparaba la masa para el salame junto con un gustoso vino tinto. Además de salar la pata, se la dejaba reposar varios meses hasta que se transformara en un excelente jamón.
“Recibí de los maestros, de mis antepasados hasta mi viejo, un talento profundamente generoso. Decidí acompañarlos en estas costumbres y recetas. Hoy sin dudas me convertí en su discípulo”, aseguró Gustavo “el Chango” Picchi, quien elabora estos manjares junto a su familia.
Sus sentimientos por vivenciar las costumbres italianas -como si el tiempo no hubiese pasado- trasladan a las y los comensales a experimentar la calidez de un almuerzo o cena perfecta.
“Recibimos a las visitas con una mesa de toda nuestra producción: panificación regional, paté de cerdo, empanadas de carne al horno, tabla de fiambres y queso, pastas rellenas caseras, carnes asadas, cerdo y cortes vacunos acompañados por una ensalada con hojas verdes de nuestra propia huerta”, detalló.
Además, para coronar estas delicias, ofrecen flan casero con crema o dulce de leche y postre borracho. En invierno sirven mini pastelitos con café.
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