El ecosistema
Por Carlos Nesci
30 de Noviembre de 2023. Muchos de los dramas de la ecología son producto de la superpoblación humana y sus conductas. Un tema que suele soslayarse por resultar muy incómodo para la mayoría de los principales actores de la sociedad. Se calcula que en el Imperio Romano el planeta albergaba a 250 millones de habitantes.
Hoy estamos en 7.800 millones y se estiman 11.000 millones para el final de este siglo. Cada ecosistema es solo un espacio limitado que no tolera vida más allá de ciertos límites preestablecidos. Si la silenciosa marea humana continúa creciendo en estas proporciones, la lucha por ocupar espacios vacíos, cada vez más reducidos, preanuncia otra de las grandes crisis ecológicas venideras. A esto le llamamos el factor antrópico.
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La principal amenaza de los ecosistemas no es la caza. Ni siquiera el cambio climático, sino la desaparición del hábitat en que viven las especies.
La desaparición del hábitat de las especies ha generado un tremendo impacto negativo sobre la conservación de la fauna. La caza es útil. Les da valor a especies emblemáticas, la gente puede vivir de esa actividad, y al mismo tiempo, se preserva territorio para que haya mucha fauna.
Se sacrifica a unos pocos para que sobreviva la especie.
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No obstante, acaso algún día podríamos aprender algo de la experiencia de los países africanos, que nos llevan años luz en esto y reconocer que, sólo con corrección política no arreglamos la naturaleza, que las creencias basadas en la desinformación y la emoción no le sirven a nadie.
La caza deportiva es parte de una economía compleja. Y hasta la fecha ha demostrado ser el método más eficaz de conservación de las especies en el mundo.
Hoy el hombre urbano, no sabe lo que ocurre con la naturaleza, se informa solo por los medios masivos tradicionales y virtuales y las redes sociales, lo cual se presta a la manipulación e información errónea y distorsionada. Pero, aun así – desde esa ausente realidad – el hombre urbano opina, juzga y presiona aumentando así la confusión generalizada.
Por lo tanto, debemos cazar siendo plenamente conscientes de por qué lo hacemos y asumiendo una conducta responsable para hacerlo correctamente. La prohibición de la caza deportiva no resuelve ningún problema ecológico.
Si permitimos un mundo sin caza, estaremos dando un nuevo paso hacia la extinción de las especies; la gestión cinegética sostenible preserva los ecosistemas, quien así no lo entienda es muy probable que esté desinformado o responda a intereses ajenos a los de la Naturaleza.
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