Argentina está entre los paises de mayor crecimiento de practicantes de este hobby
- En nuestro país alza vuelo la actividad de ‘birdwatching’. Con más de mil especies de aves, Argentina se consolida como un destino atractivo para los aficionados a la observación de pájaros. Se calcula que hay cerca de 40 mil “avistadores” locales.
5 de febrero de 2024. Es una de las actividades de recreación menos difundidas y más saludables. Se la puede cultivar a diario, sin gastar un peso y en cualquier espacio al aire libre. Suma, además, un atractivo costado turístico: se trata del “bird watching”, una práctica que —en el mundo— cuenta co unos 78 millones de fanáticos y aficionados a la observación de aves en sus hábitats naturales. O, como se los conoce coloquialmente en Argentina, “los pajareros”.
Justamente, nuestro país es un destino ideal para los actuales, y futuros, amantes de identificar aves. “Es que de las 10.500 especies hasta hoy clasificadas en todo el mundo, más de mil habitan en alguna de las ecoregiones de la Argentina”, le detalló en entrevista al Diario PERFIL el biólogo Horacio Matarasso, presidente del Comité Internacional de la Feria de Aves de Sudamérica y actual vicepresidente de la Asociación de Guías de Aves Argentinas.
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Además, a diferencia de lo que ocurre en otros países, en nuestro país la geografía y los climas son muy variados, a punto tal que la actividad de “pajareo” se puede realizar durante todas las estaciones del año y en zonas muy diversas y llamativas: desde la selva o los esteros del Iberá hasta embarcados en alta mar, donde se avistan aves marinas que no tocan tierra durante meses.
“Los observadores buscan sitios de alta diversidad ornitológica, donde puedan hallar especies raras. Las selvas son los ambientes más biodiversos y, por ejemplo, el parque Iguazú puede ofrecer el valor agregado de un escenario natural único“, le explicó a ese medio Eduardo Haene, ingeniero agrónomo especializado en conservación de biodiversidad, docente e investigador de la Universidad de Belgrano. Y agregó. “Los extranjeros que llegan a la Argentina para hacer “bird watching”, suelen desembarcar en Buenos Aires y desde acá emprender viajes por muchos paisajes silvestres distintos. En ese sentido, un espacio como el de la reserva de Costanera Sur es una meca para esos turistas”
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Claro que no solo son extranjeros. También entre argentinos es una disciplina en crecimiento. Matarasso recuerda que cuando él se inició en la actividad, el “círculo” de fans “sería, como máximo, de unas 300 personas. Hoy, cuatro décadas más tarde, es un hobby que agrupa a unos 40 mil argentinos que dedican parte de su tiempo libre a salidas de campo en las cuales identifican y fotografían diversos ejemplares, además de asistir a cursos y convenciones con colegas. Es más estos encuentros de grupos de “avistadores” se han vuelto tan multitudinarios que hasta se organizan actividades específicas para los chicos.
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El tema turístico relacionado a los fanáticos de esta actividad no es menor. Según Matarasso, que se dedica a observar y guiar desde hace cuarenta años, “el segmento de viajes del avistamiento de aves crece dentro y fuera del turismo tradicional”, explicó este experto. Y comentó que se calcula que hay “50 mil observadores de aves que ingresan, cada año, a nuestro país. Y se promedia con que tienen un gasto medio de US$ 7 mil por persona.
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