La sencilla maniobra que salva vidas
- Esta técnica de seguridad recibe su nombre porque es originaria de Países Bajos, donde se utiliza para proteger a los ciclistas y a los ocupantes del vehículo.
15 de marzo de 2024. En un esfuerzo por mejorar la convivencia en las vías y prevenir accidentes, la apertura holandesa emerge como una técnica de seguridad vial que está ganando reconocimiento internacionalmente. Esta práctica, diseñada para proteger a ciclistas y motociclistas, consiste en un método simple pero efectivo que involucra la manera en que los conductores de vehículos abren sus puertas al estacionarse.
La técnica se basa en el uso de la mano opuesta a la puerta que se va a abrir. Este acto obliga al conductor a girar el torso y mirar hacia atrás, aumentando su conciencia sobre el tráfico que se aproxima por el lado en el que se abrirá la puerta.
Originada en los Países Bajos, una nación con una profunda cultura ciclista y políticas vanguardistas de tráfico que priorizan la seguridad de los ciclistas, la apertura holandesa busca abordar un problema específico: el «dooring». Este término se refiere a los accidentes que ocurren cuando un ciclista o motociclista colisiona con una puerta de vehículo que se abre repentinamente en su camino, un riesgo considerable en zonas urbanas densamente pobladas.
Un fascinante video de corta duración sobre por qué la distribución del peso es tan relevante para los remolques.
Adoptar la apertura holandesa no solo refleja una mayor conciencia sobre la seguridad de los usuarios vulnerables de la carretera, sino que también destaca la importancia de adaptar comportamientos cotidianos para coexistir pacíficamente en el espacio compartido de las vías. Organizaciones de seguridad vial y colectivos ciclistas alrededor del mundo promueven esta práctica como parte de un esfuerzo más amplio para reducir los accidentes y fomentar el respeto mutuo entre conductores y ciclistas.
A medida que más países y ciudades adoptan la apertura holandesa, se refuerza el mensaje de que la seguridad vial es una responsabilidad compartida. Esta técnica sencilla pero poderosa simboliza un paso adelante hacia la creación de entornos viales más seguros y armónicos para todos.
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