El descubrimiento realizado por científicos argentinos
- Detectaron que bucean junto con sus crias hacia grandes profundidades en busca de alimento, algo que se desconocía.
- La investigación del Conicet.
21 de julio de 2024. Una investigación del Conicet reveló un sorprendente hábito, que hasta ahora se desconocía, de las ballenas francas australes a la hora de alimentarse en Península Valdés, en la costa de la provincia de Chubut.
La manera de comportarse de la ballena franca austral (Eubalaena australis) es motivo de investigación permanente para los científicos especializados en biología marina, y en esta ocasión, un grupo de especialistas del Conicet logró revelar nuevos e importantes datos en Península Valdés. El estudio fue publicado en Scientific Reports.
“Hasta el momento, a través de investigaciones previas, sabíamos que las ballenas francas australes en Península Valdés se alimentaban por filtración superficial y subsuperficial (a menos de 10 metros de profundidad) de zooplancton, principalmente de copépodos calanoideos», explicó Valeria D´Agostino, doctora en Biología e investigadora del Conicet en el Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (Cesimar).
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La investigación logró detectar que las ballenas no solo se alimentan en aguas superficiales sino que bucean hacia zonas muy profundas en busca de alimentos.
«Durante los muestreos observábamos también que individuos juveniles o hembras adultas realizaban buceos prolongados (con un tiempo máximo registrado de 24 minutos en una hembra adulta) y al emerger tenían lodo en la cabeza«, agregó D´Agostino.
La bióloga contó que el fenómeno también había sido observado “por capitanes y guías de avistaje” quienes habían informado sobre este comportamiento.
“Estos registros sugerían que las ballenas podrían estar alimentándose mediante buceo cerca del fondo, algo similar a lo que se ha documentado en la ballena franca del norte”, completó la científica del Conicet.
La investigación en Chubut
D’Agostino, Mariana Degrati, Mariano Coscarella y Ariadna Nocera, también especialistas del Conicet en el Cesimar, y en colaboración con National Geographic Exploration Technology Lab y National Geographic Pristine Seas Expeditions, colocaron ocho cámaras de video (Crittercams) en el lomo de individuos adultos y juveniles mediante una ventosa para conocer el comportamiento de las ballenas durante estos prolongados buceos
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“El análisis de los datos de las Crittercams confirmó que las ballenas se alimentan mediante buceo en el Golfo Nuevo”, detalló D’Agostino.
“Un hallazgo importante es que las crías bucean a la misma profundidad que sus madres e individuos juveniles, dado que fueron observadas en los videos cerca del fondo junto a sus madres”, agregó.
“Este estudio demuestra por primera vez que, en el Golfo Nuevo, las ballenas francas australes se alimentan mediante buceo de presas de alta calidad que se agrupan cerca del fondo debido a la estrategia de migración vertical diurna del zooplancton”, concluyó la científica.
En la investigación, los especialistas tomaron muestras de tres individuos juveniles y de siete hembras adultas junto con sus crías.
Si bien una hembra y un juvenil permanecieron en la superficie, el resto de los individuos bucearon a profundidades entre 75 y 115 metros.
Además, en tres de los siete pares madre-cría monitoreados, observaron a las crías nadando junto a sus madres cerca del fondo, alcanzando profundidades entre 73 y 100 metros.
Ballenas que sorprenden a los científicos
“Los datos sobre la inmersión y el buceo de las ballenas nos sorprendieron considerablemente. A través de este estudio, descubrimos que las ballenas, incluyendo las crías, bucean a profundidades mayores que las reportadas anteriormente para esta especie en el Golfo Nuevo ”, expresa la investigadora.
Este estudio pone de manifiesto la importancia de Península Valdés como un área de usos múltiples para la ballena franca austral, y no solo como un área de cría y reproducción, como se conoce mundialmente.
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“Conocer estos datos tiene varias aplicaciones importantes. En primer lugar, permite una gestión más precisa y efectiva de las áreas marinas protegidas, asegurando que se conserven no sólo las especies carismáticas como los mamíferos marinos, sino también todos los componentes del ecosistema, incluyendo aquellos en la base de las redes alimentarias”, consideró D’Agostino.
“Además -explicó-, esta información puede ser utilizada para desarrollar políticas de conservación que consideren la disponibilidad de presas y la salud del ecosistema en general. Esto es crucial para mantener la biodiversidad y la sostenibilidad del hábitat marino en Península Valdés, contribuyendo a la preservación a largo plazo de la ballena franca austral y otras especies dependientes del mismo entorno”.
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