Los pescadores nómadas de Indonesia que pescan a 15 metros de profundidad se ven obligados a abandonar el mar
30 de julio de 2024 (AFP). Los pescadores nómadas indonesios de la tribu Bajau, capaces de bucear hasta 15 metros de profundidad a pulmón, están abandonando las aguas turquesas para ganarse la vida en tierra firme, víctimas de la pesca exagerada y el cambio climático.
“Cambiamos de oficio. Somos pescadores que trabajan en una granja“, confía Sofyan Sabi, miembro de esta comunidad que navega en aguas de la Célebes (Sulawesi, centro) desde hace siglos. “La agricultura da mejores ingresos pues puedo plantar muchos productos“, agrega este hombre de 39 años que cultiva maíz y bananas.
Los Bajau llevan una vida nómada al ritmo de las olas en sus barcos de techo de paja, entre Indonesia, Malasia y Filipinas.
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Desde la infancia, aprenden a zambullirse entre 10 y 15 metros de profundidad para pescar peces o pulpos que pueden negociarse hasta en 500.000 rupias la pieza (unos US$30).
Los científicos atribuyen su capacidad para zambullirse por mucho tiempo y a gran profundidad a una probable mutación genética que habría aumentado el tamaño de su bazo, posibilitando a su sangre guardar más oxígeno.
Pero para centenares de Bajau del pequeño pueblo insular construido sobre palos de Pulau Papan, el modo de vida único de sus ancestros desapareció prácticamente.
“A veces, no ganamos nada yendo al mar“, dice Sofyan a AFP.
La reserva de peces
La sobrepesca comercial y el alza de las temperaturas convirtieron las capturas en el mar cada vez más imprevisibles, revela Wengki Ariando, investigador de la Universidad Chulalongkorn de Bangkok (Tailandia), para quien los Bajau “están confrontados a una disminución de los recursos marinos“.
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Con el alza de las temperaturas, los hábitos de migración de los peces cambian, los corales se blanquean y la cadena alimentaria se modifica.
El resultado es que las reservas de peces en las aguas indonesias bajaron 500.000 toneladas en cinco años, pasando de 12,5 millones de toneladas en 2017 a 12 millones en 2022, según el ministerio de Pesca.
“Las reservas de peces disminuyen porque mucha gente las captura”, se lamenta Arfin, pescador de 52 años que, como muchos indonesios, solo lleva un nombre.
Cambiar de oficio
Los Bajau comenzaron a instalarse en la pintoresca isla de Pulau Papan hace tres generaciones, dice Davlin Ambotang, que vive ahí.
“Consideraban esta isla como propicia para la construcción de casas, cuando se instalaron allí. Ya no son nómadas”, dice.
Hasta ahora apátridas, los Bajau se establecieron poco a poco en pueblos parecidos, con la esperanza de obtener el reconocimiento de las autoridades.
“Los Bajau cambiaron sus medios de subsistencia porque para ser aceptados como pueblo en Indonesia, deben ser sedentarios”, agregó Ariando.
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