La fábrica cordobesa que la hizo produce 70.000 unidades anuales
- La empresa cuenta con un equipo de competición de 50 ciclistas, entre ellos cinco corredores de mountain bike que pertenecen a la Selección Argentina.
Por Gabriela Origlia – LA NACION
12 de agosto de 2024. La imagen de la primera medalla de oro argentina en las Olimpíadas de París, la de José “Maligno” Torres suspendido en el aire con su bicicleta, con los colores nacionales, dio vuelta al mundo. Esa bicicleta salió de una fábrica instalada en la Avenida Circunvalación de la ciudad de Córdoba, que emplea a 60 personas y nació hace 70 años en un garaje.
Carlos Karabitian padre empezó en los ‘50 con su bicicletería en un garaje. “Reparaba bicis -cuenta su hijo, también llamado Carlos, a LA NACION-. Nací ahí en 1957 y, desde que me acuerdo, me dedico a esto”. Él, contador, y su hermano licenciado en Administración de Empresas, están a cargo de la fábrica, que llegó a producir 130.000 unidades anuales. Este año estiman hacer unas 70.000.
Fabrican bicicletas de media y alta gama, no de acero común. Todas son de aluminio y carbono y todos los componentes son importados. En Córdoba se hace el diseño, la elección de materiales y colores y el marketing. La empresa cuenta con un equipo de competición de 50 ciclistas, entre ellos cinco corredores de mountain bike que pertenecen a la Selección Argentina. “Lamentablemente no calificaron para las Olimpíadas”, dice Carlos Karatibitian, que a sus 67 años disfruta del ciclismo “recreativo”.
Aquí tenés más información de la bici del Maligno Torres
Arreglo de bicicletas e importación fueron las tareas que desarrollaron hasta que, a inicios de este siglo, empezaron a producir. El empresario define el mercado como “muy bueno, muy noble”. Repasa que desde 2010, aunque registró altibajos, fue en crecimiento. “La pospandemia implicó un salto muy fuerte -añade-. La bicicleta, históricamente en épocas de depresión, se usa, y en los ciclos de expansión también”.
Los precios de las unidades que fabrican van entre los $500.000 y los $6.000.000. “Llantas, cuadro, caños de asiento, manubrio, todo en fibra de carbono. Pesan entre seis y siete kilos, las hay con doble suspensión (delantera y trasera) e incluso con cambios electrónicos. La sofisticación es creciente”, cuenta.
Carlos Karabitian registró la marca Venzo -sinónimo de calidad a nivel mundial- primero en la Argentina y después la cedió a una empresa de Taiwán “para que la usaran internacionalmente”. El contrato es por 50 años.
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“En general todos nuestros corredores aportan sus ideas a los desarrollos”, apunta. “La bicicleta del Maligno está hecha de cromoly, un tipo de acero muy liviano. El caño no tiene costura, es de una sola pieza, después se sueldan en las uniones. Es fuerte y liviana, no puede tener carbono porque no es resistente a los saltos. Toda está adaptada al cuerpo del deportista, las medidas del manubrio, el largo del cuadro, el asiento. Es una Kech Atlat desarrollada por Venzo para freestyle, que cuesta alrededor de $1,5 millones”, describe.
El Maligno se integró al equipo de competición de la empresa a comienzos de 2022. “Fue el piloto de prueba del nuevo desarrollo para freestyle”, dice Karabitian. La bicicleta del ganador del Oro se pintó poco antes del viaje a París con los colores de la bandera argentina. El empresario la define como “la Fórmula 1 de las bicis de freestyle, tope de gama”.
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