Y mejor si es en familia o con amigos
13 de agosto de 2024. Las distintas especies de trucha y salmón que hoy en día es posible encontrar en la Patagonia, fueron todas introducidas desde el Hemisferio Norte a principios del siglo XX. Si bien se sembraron muchas otras especies de las que actualmente se encuentran en los ambientes patagónicos, estas no prosperaron y desaparecieron.
Sin duda que más allá de la certeza o el desatino de estas introducciones, la pesca continental deportiva en la Patagonia nunca hubiera llegado a tener las dimensiones que tiene actualmente de no ser por sus salmónidos silvestres.
La importancia económica que tiene esta actividad recreativa por sí sola, es comparable a los deportes invernales, el montañismo y otros rubros turísticos en los que toda una familia puede acceder y participar de forma activa.
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En los últimos años ha sido notable el interés que han demostrado por este recurso organizaciones no gubernamentales, municipios y cámaras de comercio. La participación activa de estas organizaciones e instituciones no es tradicional ni casual. Ha nacido a raíz de una creciente cantidad de visitantes nacionales y extranjeros en busca de las excelentes condiciones que presenta nuestra región para la práctica de esta actividad.
Sumado a ésto la importancia de potenciar una industria no contaminante y en pleno desarrollo mundial, ha hecho pensar a estas organizaciones en una muy buena alternativa con respecto al desarrollo de las economías regionales en la Patagonia.
Desde pequeños
No menos importante es el valor social y cultural de esta actividad. En la mayoría de los pescadores el inicio de su experiencia de pesca ocurre en la infancia, cuando un padre u otro familiar lleva por primera vez a un niño a pescar.
En algunos casos ese momento sellará el comienzo de toda una vida de pescador y en otros solo quedará como una experiencia más que recordar de su niñez. De cualquier manera esa experiencia está llena de valores y enseñanzas que van más allá del hecho de capturar un pez.
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En primer lugar despierta en nosotros un fuerte instinto natural de atrapar nuestro propio alimento, un comportamiento ancestral e innato que nos acompaña desde hace millones de años. Pero al mismo tiempo y gracias a la evolución de los equipos y señuelos utilizados en la pesca de truchas, nos permite capturar al pez de manera efectiva y con el menor daño posible, con el objeto de poder devolverlo al agua luego de haber disfrutado todo el proceso de captura y de esa manera preservar las especies y mantener la sustentabilidad de la actividad.
Ese momento central de la captura y liberación de un pez está también rodeado de otros elementos importantes que explican la importancia y atracción que la pesca genera. En una salida de pesca familiar se comparten y se transmiten valores relacionados con el respeto al ambiente y el aprender a disfrutar de la naturaleza que nos rodea, maravillarse con bosques milenarios, estar en contacto con lagos y ríos cristalinos y hasta observar e identificar aves y fauna en general.
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Se generan condiciones únicas para compartir experiencias anteriores y se enseñan conocimientos adquiridos en situaciones pasadas, sean estas transmitidas por alguno de los miembros del grupo o en el mejor de los casos por un guía profesional que los acompaña.
Por último, la pesca es una de las pocas actividades turísticas y recreativas en las que no existen límites de edad ni condición física, además de tener la posibilidad de practicarla a pié, en bote a remo o lancha con motor. En general se ofrecen además una gran variedad de servicios adicionales que pueden mejorar aún más la experiencia.
Hasta podría decirse que salir de pesca es la excusa perfecta para disfrutar un día memorable al aire libre con familia y amigos.
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