Emiliano Sordi caza chanchos con dogos en la Argentina y Estados Unidos: Allá le agradecen y acá algunos no entienden que brinda un servicio público
4 de septiembre de 2024. El riocuartense Emiliano Sordi es conocido públicamente como luchador profesional de artes marciales mixtas. Compitió en eventos internacionales como Bellator, X-Fight MMA, Arena beach y en 2019 se consagró campeón mundial en la compañía Professional Fighters League.
Semanas atrás fue coronado como campeón semicompleto de la FFC 79 en la ciudad de Buenos Aires al derrotar al mexicano Hugo Lezama por TKO en el primer round.
Pero la lucha no es la única pasión de Emiliano, quien, criado en una comunidad rural, todas las semanas sale a cazar con amigos tanto en la Argentina como en EE.UU.
“Mi familia ha tenido campo, pero en la época en la cual el negocio agropecuario estaba en crisis (en los ’90) dejó la actividad”, comentó Emiliano a Bichos de Campo.
“Mi papá, que ahora esta jubilado, es tornero y siempre tuvo relación con el agro y la maquinaria agrícola. Mi papá trabajó mucho en el campo y yo siempre lo acompañaba. Además tengo muchos amigos y familiares que siguen en la actividad y son apasionados de la caza y la pesca”, añadió.
-¿Como te iniciaste en la caza mayor?
-De chico en las camionetas con los adultos y luego, a medida que fui creciendo, fui tomando protagonismo. Hoy tenemos un grupo grande de amigos que son muy buenos cazadores. Yo vivo un poco en EE.UU. y un poco en la Argentina y en ambos países me dedico a la caza: por lo menos dos veces por semanas estoy cazando.
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-¿También en EE.UU.?
–Sí, tanto allá como acá tengo perros dogos con los que cazo. En EE.UU. existe una mayor libertad de la que hay en la Argentina y, aunque parezca increíble a muchos argentinos, en EE.UU. estoy contratado para cazar en el condado en el que resido, que es West Point (Florida). En los campos de golf o en parques públicos, los chanchos salvajes son una plaga; también he llegado a cazar dentro de barrios privados, donde en el patio privado de grandes mansiones he agarrado algunos chanchos.
– En West Point te contratan para brindar un servicio público, que es el control de plagas. ¿Y te pagan por eso?
– La empresa contratante sí recibe honorarios. La relación surgió porque esa empresa tiene su línea de perros de caza mayor, los Catahoula, y en redes sociales se comenzó a debatir que esa raza era mejor que el Dogo Argentino y en un momento dijimos “hagamos un desafío” entre ambas razas y se lo gané, entonces el propietario de la empresa me ofreció cazar para él.
-Para cazar chanchos
– No solamente chanchos, ellos también cazan iguanas, cocodrilos y hasta ciervos. Así que arreglamos que yo no voy a recibir honorarios, pero cuando tenga disponibilidad de tiempo, quiero tener la oportunidad de salir a cazar, dado que la mayor parte de mi tiempo lo dedico a entrenar.
– Lo hacés como hobby, pero estás habilitado legalmente para hacer la actividad como deporte. ¿Te llevaste los dogos para EE.UU?
– Sí, los perros son originarios de la Argentina. El chancho de allá es completamente diferente al de acá, así que en EE.UU. algunas veces cazó con un solo perro. Son más pequeños y tienen patas muy cortas; es como un chancho doméstico que se asilvestró; no tiene nada que ver con un jabalí, que pueden llegar a pesar 200 a 250 kilos.
– ¿De dónde son los dogos?
– Del criadero La Cocha, que es el criadero de dogos más grande del mundo. El dogo es un perro para caza mayor reconocido en muchas naciones del mundo. Acá en EE.UU. se está poniendo de moda por su funcionalidad y versatilidad; son empleados por los grupos de SWAT para reducir personas. Pero también se emplean como lazarillos. Yo tengo dos en mi casa en Florida; antes vivían en el campo en la Argentina, pero cuando llegaron a Florida y probaron el aire acondicionado, no quieren salir de la casa; los tengo adentro para que no lloren. Son perros muy sociables, siempre y cuando se domestiquen bien; no es un perro para cualquiera.
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– ¿El deporte de la caza representa un desafío físico o puede hacerlo cualquiera que sepa disparar?
– Es complicado. Cazamos de arriba o de abajo; de arriba es con los perros en la camioneta, que van olfateando el rastro de los jabalíes y pueden detectarlos a unos 2000 metros aproximadamente; entonces hay que considerar esa distancia más lo que puede correr luego el chancho, que puede correr 100 metros y plantearse a pelear, pero también nos ha pasado que ha corrido hasta 3000 metros en la sierra, lo que implica a veces una hora de corrida constante. En el equipo siempre tiene que haber corredores bien preparados, aunque también están los gorditos que hacen el asado, que es parte del folklore.
– O sea es imposible salir a cazar estos animales sin una buena preparación física.
-Olvidate. El último que agarramos días atrás debemos haber corrido unos 2000 metros en la sierra; cuesta arriba, abajo, con quebradas, pasar arroyos; es un desafío tanto para nosotros como para los perros.
-En EE.UU. entienden que se trata de plagas y está legislado al respecto. ¿Con qué te encontrás en la Argentina cuando mostrás la actividad en redes sociales?
-A veces te toman como un delincuente porque tenemos muchos opinólogos de departamento que la única tierra que conocen es la de las macetas que tienen en las ventanas. Me he encontrado con comentarios como “si los chanchos les rompen los cultivos, que los vuelvan a sembrar las cantidad de veces que haga falta”. Algunos cazadores se tienen que esconder como si fueran delincuentes, cuando están haciendo una actividad social; la gente no tiene noción de la plaga que representan los jabalíes. Una piara de chanchos puede destruir 100 hectáreas de maíz en una noche. El daño que hacen es enorme. En EE.UU. hemos agarrado chanchos en patios de casas y en la Argentina no falta mucho para que pase eso. En algunas regiones argentinas los jabalíes ya se cruzan en las rutas y han provocado accidentes de tránsito. Es una plaga que es necesario controlar. No se trata de dejar la cuestión liberada, porque debe estar regulada. Tiene que ser, como en EE.UU., un actividad regulada, con perros que tengan determinadas características, con GPS para que no se pierdan, debe usarse chalecos, etcétera. El problema de la Argentina es que muchas veces las leyes las hacen personas que no son idóneas en los temas. En la última cacería que hicimos contamos 103 chanchos en una sola piara, a los que hay que sumar los que no vimos. Las piaras son enormes y se reproducen de manera acelerada.
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-¿Qué hacen con los jabalíes?
-Comemos todo: no dejamos nunca un pedazo de carne tirado. Los costillares los comemos asados entre amigos, con los lomos se pueden hacer bifes y con el resto hacemos chorizos, a los que se les hace siempre el análisis de triquinosis. Siempre compartimos con amigos.
-¿Cuáles son tus próximos desafíos deportivos?
-Estamos viendo si cerramos una pelea para fines de septiembre o primera semana de octubre y además meter una peles más antes de fines de este año.
Bichos de campo
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