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La ciudad chilena se ubica a casi 2.500 metros sobre el nivel del mar, en el borde norte del Salar de Atacama, a unos 500 km de San Salvador de Jujuy.
5 de marzo de 2025. San Pedro de Atacama emerge en uno de los tantos oasis que deben su origen a las lluvias que produce el “invierno altiplánico” en el Desierto de Atacama, el más árido del mundo. Por eso, es posible presenciar vegetación realmente exuberante, formada por chañares, algarrobos y pimientos.
La zona fue el centro de desarrollo de la cultura licanantay (atacameña) y posteriormente un punto de avanzada para los incas. Los restos arqueológicos que se encontraron de las antiguas culturas están en el Museo Arqueológico Padre Le Paige, en el Pukará de Quitor y en la Aldea de Tulor ubicada en la Reserva Nacional Los Flamencos.
En los alrededores, se pueden ver impresionantes paisajes y formaciones rocosas propias de la actividad volcánica y del viento. Pero más allá de lugares impresionantes como el Valle de la Luna o los Géisers del Tatio, San Pedro de Atacama se ha convertido en un ícono del turismo chileno gracias a su perfecta mezcla entre el desarrollo del turismo astronómico y esa aura sustentable, ecológica, pero con un dejo de sofisticación que ofrecen diversos tipos de alojamientos.
El glamping
Todo empezó en 2015, cuando una pareja con amplia experiencia en el sector turístico decidió incursionar en el rubro hotelero en San Pedro de Atacama, dando vida a “Altos de Quitor”.
Ubicado a 2.5 km del centro, cerca del Pukará de Quitor, el Valle de Marte y el Valle de Katarpe, el establecimiento cuenta con 15 habitaciones tipo yurtas mongolianas y un área de camping equipada con ocho carpas térmicas, cada una provista de colchones y ropa de cama de alta gama para garantizar una estadía confortable.

Altos de Quitor que es uno de los 10 mejores glamping de Chile según Booking, ha implementado diversas iniciativas ecológicas en sus instalaciones. Cuenta con un sistema fotovoltaico para el abastecimiento energético, promueve la reutilización de materiales, transformando envases de vidrio en mesas y zonas de uso común, como quinchos y dispone de un sistema de reutilización de aguas destinado al riego de áreas verdes.
Una experiencia astronómica
En San Pedro de Atacama, cada noche, los turistas tienen la oportunidad de participar en tours astronómicos organizados en colaboración con Atacama Deep Sky, una experiencia única que les permite observar el cielo despejado del desierto. “Mas de 300 noches despejadas al año, cielos muy secos, sin humedad y poca contaminación lumínica, permiten que la luz pase nítidamente”, dice su director Marcos Reyes.
“Los tours se divide en tres etapas: charla astronómica apoyada con diapositivas y videos. Además, se incluye un coctel con snacks dulces y salados y bebestibles, jugos, pisco sour, agua, La segunda etapa, consiste en observación del cielo a ojo desnudo con apoyo de punteros laser para observar constelaciones, planetas y estrellas luminosas. Posteriormente, observación con los telescopios para ver en detalle planetas, cúmulos, nebulosas y galaxias. Finalmente, nos desplazamos al costado del Valle de Marte para la sesión fotográfica”, dice Marcos Reyes.
La tecnología es uno de los aspectos importantes a la hora de disfrutar de la inmensidad del universo desde San Pedro de Atacama. “Contamos con 3 telescopios dobsonianos de alta gama de 16 pulgadas de diámetro, punteros laser verdes para identificar objetos, y filtros lunares. Hacemos tours bien estructurados con grupos de no más de 10 personas por telescopio y un guía (bilingüe) por cada grupo”, dice el director de Atacama Deep Sky.
“La verdadera magia está en cómo estos conocimientos despiertan asombro y curiosidad en quienes los experimentan”, concluye Marcos Reyes.
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