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La IA continúa integrándose en diversos aspectos de nuestra vida diaria, y la seguridad vial no es la excepción.
9 de abril de 2025. La tecnología de los semáforos ha recibido muy pocas actualizaciones desde los primeros ejemplares que se instalaron en Londres, en 1868. Naturalmente, algunas cosas han cambiado desde aquellos modelos que usaban gas para encender las luces rojas y verdes.
Sin embargo, a más de 150 años del origen de este invento, la lógica de su funcionamiento es casi la misma. Ahora, nos enteramos de una innovación prometedora para esos dispositivos imprescindibles en las ciudades. ¿La clave? La incorporación de Inteligencia Artificial.
¿Qué son los semáforos inteligentes?
Son mucho más que simples luces que regulan el tráfico. Usan tecnologías como sensores, inteligencia artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT) para adaptarse en tiempo real a las necesidades del tránsito. Esto significa que pueden ajustar sus ciclos según el volumen de vehículos, prevenir accidentes y hasta reducir la contaminación ambiental.
Tecnologías clave:
- Sensores avanzados: Detectan la cantidad de vehículos, su velocidad e incluso las condiciones climáticas.
- Inteligencia Artificial (IA): Analiza los datos para ajustar los tiempos de las luces de manera eficiente.
- Conectividad IoT: Permite que se comuniquen con otros sistemas, como cámaras de vigilancia o redes de transporte público.
Beneficios de los semáforos inteligentes
Estos sistemas traen consigo una serie de ventajas que impactan positivamente en nuestra calidad de vida:
- Tránsito más fluido: Ajustan los tiempos de espera según el volumen de vehículos, reduciendo atascos.
- Mayor seguridad: Detectan y responden ante situaciones de riesgo, como peatones cruzando fuera de lugar o vehículos que exceden la velocidad.
- Menos contaminación: Reducen las emisiones al evitar que los vehículos permanezcan mucho tiempo parados.
- Ahorro de energía: Incorporan luces LED, más eficientes y duraderas que las tradicionales.

¿Cómo funcionan?
Los semáforos inteligentes están siempre “pensando”. Recogen información constantemente y toman decisiones en tiempo real para mejorar el tráfico y la seguridad.
- Adaptación automática: Cambian los ciclos de luz según el tráfico, el clima o incidentes como accidentes.
- Detección de infracciones: Usan cámaras y sensores para identificar conductores que rompen las reglas, como pasarse un semáforo en rojo.
- Interconexión urbana: Colaboran con otros sistemas, como el transporte público, para coordinar mejor el flujo vehicular.
Por ejemplo, en una avenida congestionada, un semáforo puede alargar la luz verde para despejar los vehículos acumulados, reduciendo los tiempos de espera.
Haciendo las ciudades más inclusivas
Los semáforos inteligentes también están diseñados para ser accesibles a todos. En este sentido, tecnologías como los Passblue y los semáforos acústicos son fundamentales.
- Passblue: Emiten señales sonoras sincronizadas con el semáforo, ayudando a personas con discapacidad visual a cruzar de forma segura.
- Semáforos acústicos: Diseñados específicamente para facilitar el cruce de personas ciegas o con baja visión.
El proyecto Green Light
Google Argentina anunció en octubre pasado la incorporación de la Ciudad de Buenos Aires al proyecto Green Light, que favorece la movilidad sostenible en las grandes urbes utilizando Inteligencia Artificial y las tendencias de Google Maps para entender los patrones del tránsito y elaborar recomendaciones para la programación de semáforos con el objetivo de mejorar la circulación y la movilidad urbana.
La luz verde ya está disponible en más de 70 intersecciones en 13 ciudades de 4 continentes, desde Haifa (Israel) hasta Bangalore (India) y Hamburgo (Alemania). En estas intersecciones, se puede ahorrar combustible y reducir las emisiones en hasta 30 millones de viajes mensuales.
Buenos Aires es una de las ciudades con más semáforos del mundo. Tiene más de 14000 intersecciones semaforizadas que aún esperan por tener esta tecnología.
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