Por Gonzalo Galán – Presidente de AICACYP
Cinco son las acepciones que el Diccionario de la Real Academia Española presenta sobre la palabra “monopolio”. Entre ellas “la concesión otorgada por la autoridad competente a una empresa para que esta aproveche con carácter exclusivo alguna industria o comercio” y también “el ejercicio exclusivo de una actividad con el dominio o influencia consiguientes” En nuestro país el Estado recurre frecuentemente a prácticas monopólicas en materia de concesiones. Lo vemos en los aeropuertos, en las comunicaciones, en los servicios públicos. En el ámbito privado el monopolio se da cuando una empresa comienza a abusar de su posición dominante en el mercado, tal el caso de Microsoft y su producto Windows. Pero lo que difícilmente se de es el caso inverso. Que una actividad absolutamente atomizada en cientos de prestadores, se procure monopolizar.
Este es el caso de las prestaciones de los médicos para el otorgamiento de los certificados psicofísicos que exige ANMAC (ex Renar). No hay ninguna necesidad de hacerlo. No hay ninguna necesidad de desconocer la profesionalidad de los que otorgan uno de los requisitos que se exige para obtener la Credencial de Legítimo Usuario. Si lo que se pretendía era identificarlos mejor, solo bastaba con inscribirlos en el Organismo, tal como lo estamos todos los que interactuamos con el mismo. Salvo que lo que se pretenda, sea otra cosa muy distinta.
Ahora bien, construidas las bases del sistema monopólico, aparece todo el proceso de selección del prestatario, único para todo el país. Una afluencia de alrededor de 200.000 usuarios anuales, se planteaba como una buena oportunidad de negocios para la prestadora de servicios de salud que resultara elegida. No fue así. Solo se presentaron 3 oferentes, prácticamente desconocidos y que en algunos casos no resisten la búsqueda de sus antecedentes en Google.
Dos de ellos fueron luego desestimados, por lo que solo quedó uno. Su oferta de precio, que deberá ser afrontada por los legítimos usuarios de armas, fue de $4.500 por ambos exámenes (psíquico y físico). Este precio es seis veces mayor al valor actual de las aptitudes psicofísicas de profesionales independientes. Y más del doble del examen de aptitud psicofísico que el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial exige a los pilotos de la Aviación Civil y Fuerza Aérea Argentina, en instalaciones de excelencia y entre los más rigurosos y exhaustivos del país
Inmediatamente nos viene a la mente la definición de la palabra “Usura”: “Ganancia, fruto, utilidad o aumento que se saca de algo, especialmente cuando es excesivo,” dice la Real Academia.
Al cierre de esta edición la autoridad “competente” adjudicó el servicio. Desde AICACYP esperábamos que primara el sentido común y se desestimara este procedimiento, por el bien de los cientos de miles de ciudadanos que legítimamente tienen un arma de fuego, y por los millones de argentinos que no quieren armas ILEGALES. Pero no, parece que las autoridades responsables en esta material, en lugar de avanzar, están dispuestas a retroceder.
Dada la importancia de este tema invitamos a nuestros lectores a seguir todas las noticias que se vayan produciendo. Entre tanto nos despedimos hasta la próxima y esperamos, como siempre, que hayan disfrutado del material de este nuevo número
© Aire Libre – Abril 2017
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