Acordaron avanzar en el Plan de Desarme Voluntario
El ministro de Seguridad de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, se reunió con el director de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac), Eugenio Cozzi. El objetivo fue evaluar el trabajo conjunto que se viene realizando y avanzar en el Plan de Desarme Voluntario, con el que se busca reducir el circulante de armas en la provincia y prevenir los efectos de la violencia armada.
Al respecto, Pullaro expresó que “en la lucha contra el delito es imprescindible un mayor control de las armas y combatir todos los circuitos ilegales“.
Luego, agregó que “con Anmac intercambiamos información, trabajamos en conjunto en la destrucción de armas de fuego e impulsamos políticas de prevención, concientización y desarme voluntario involucrando a los gobiernos locales e instituciones intermedias“.
Por su parte, Cozzi aseguró que “toda política criminal para combatir a la delincuencia requiere desarticular los lugares donde se comercializa ilegalmente armamento. Desde Anmac estamos atacando el mercado negro en todo el país”, concluyó.
También participaron del encuentro el secretario de Control de las Fuerzas de Seguridad provinciales, David Reniero, el director de Control de Armas de la provincia, Lucas Covacic, y el director nacional de Planificación de la ANMaC, Federico Sottile.
Fuente: Prensa Gobierno Santa Fe
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Raul Horcada
En verdad no comprendo esta tozudez de tratar de desarmar a los legítimos usuarios, cuando lo verdaderamente peligroso, son las armas en manos de delincuentes que van a utilizarlas para robar y/o matar.
Teniendo en cuenta que el arma perse no implica ningún peligro, me cuesta trabajo comprender la lógica que llevan adelante con el desarme a los LU.
Con este mismo criterio, deberían prohibir los cuchillos tramontina, las palas anchas y/o de punta, los automóviles, las garrafas de gas o los braseros, todos ellos MATAN o pueden matar deberíamos decir, y aquí está el nudo gordiano de la situación, es según quién y como lo maneje, no por decisión de estas estas cosas que nombré, y esto es debido a que son solo eso, cosas inanimadas que no tienen voluntad propia.
Poqué razón no se empeña tanta enjundia y tozudez en desarticular el mercado negro de armas o se agudiza la pena efectiva para los que portan armas ilegalmente, y se legisla taxativamente sobre la legítima defensa, sin dejarla a criterio de los “abolicionistas” que protegen los derechos humanos del delincuente en lugar del de las víctimas.