La Directora de la ANMAC (Ex RENAR) señaló que les preocupa el robo de armas en depósitos judiciales y policiales.
La funcionaria que estuvo en Mendoza verificando en qué situación se encuentra el control de armas en la provincia, fue entrevistada en el estudio de MDZ Radio en el programa “Hacete cargo”. A continuación la transcripción de la entrevista.
-¿Vinieron a coordinar trabajos con Mendoza?
-Sí, estuvimos reunidos con el presidente de la Suprema Corte y con el responsable del manejo de los depósitos judiciales, también con el Ministro de Seguridad, para coordinar esfuerzos. Sabemos que en cada una de sus carteras están avanzando en inventarios y ordenando sus propios depósitos y queremos coordinar con ellos para tener la misma información, cruzar nuestras bases de datos y avanzar hacia procesos de destrucción para cumplir el objetivo de reducir la cantidad de armas circulando.
-En algún momento dijiste que en el Renar había un caos importante y mucho faltante de documentación. ¿Eso se repite en las provincias?
-Sí, tiene que ver con distintos desórdenes. Nuestro desorden tenía que ver con lo administrativo, tenemos un procedimiento cuasi administrativo muy arcaico. Tenemos poco informatizado y estamos trabajando en el expediente digital. Las delegaciones del ANMAC repiten ese esquema de mucho papel y mucho trámite.
-¿Los programas de entrega voluntaria de armas siguen funcionando? ¿Cómo marchan?
-Funcionó hasta diciembre de 2015 y ahora está en la Cámara de Diputadas lista para salir la media sanción que lo prorroga por dos años más. Es decir, que la ciudadanía podrá seguir entregando voluntariamente y en forma anónima las armas que se encuentren en su poder y nosotros nos encargaremos del registro, traslado y destrucción.
-¿Ha sido efectivo?
-Sí, de hecho el programa fue tan exitoso que lo premió Naciones Unidas, por eso la intención es repetirlo. También buscamos hacerle ciertas modificaciones que tienen que ver con cuestiones regionales. Estamos tratando de que los programas de entrega voluntaria futura tenga que ver con el trabajo que realizan municipios y gobiernos provinciales en términos multidisciplinarios.
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-Varias veces hubo atracos y golpes a depósitos judiciales de armas, ¿para qué guardamos las armas? ¿Eso tiene que ver con la celeridad de los procesos judiciales que nos ayuden a destruirlas más rápido para que no estén expuestas al robo?
-Justamente la celeridad de las causas tiene que ver con que muchas veces hay que tenerlas al resguardo hasta que se resuelva la situación procesal de la persona. Lo que ocurre es que varía en las provincias y en los Poderes Judiciales las condiciones de seguridad en la que se resguardan. Una de las tareas que nosotros queremos iniciar es meternos en la filtración de lo que es el arma que va del mercado legal al ilegal. Lo que más nos preocupa es el robo hormiga, es decir que son armas que están en depósitos judiciales y policiales con muy pocas normas de seguridad, pero que además tampoco se sabe qué cantidad de armas hay. Por eso es que hicimos el trabajo de inventarios, que implica saber cuántas armas tengo y en qué condiciones.
-¿Ya se sabe si faltan muchas?
-Eso recién se sabrá cuando crucemos los datos nacionales con los provinciales y también es probable que no se sepa en algunos casos. Lo que también vale mencionar es que hasta hace 20 años atrás no había una obligación de registrar las armas, por lo que hay un gran porcentaje de armas que nunca tuvieron una situación registral. También tenemos el ingreso de muchas armas a partir de la intervención de grupos criminales organizados que exceden a la Argentina. No es novedad para nosotros que tenemos el narcotráfico actuando en nuestro país y eso es armas que provienen de distintos países para sostener la logística del contrabando y la trata de personas. Todas esas armas son las que nosotros apuntamos a tratar de destruirla rápidamente para dejar de generar esos focos de robo hormiga.
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-¿El riesgo del robo y el costo de sostener ese arma en un depósito es más oneroso que, en caso de una equivocación, se pida perdón y se reponga?
-Sí, por supuesto. Los depósitos judiciales sirven para otros elementos además de armas. Por eso más que los costos del depósito nos interesan las medidas de seguridad. El ANMAC tiene un depósito con medidas de seguridad de última generación en la localidad de San Martín, entonces estamos tratando de trasladarles una especie de manual sobre las medidas de seguridad que se utilizan en este tipo de depósitos, aquí y en todo el mundo, para repetirlo.
-¿También puede haber fuga de armas en destrucciones que se dicen que son destrucciones y que finalmente no llega ese arma a ser destruida?
-Sí, claro, y eso es justamente algo que estamos revisando. Ha habido uno o dos casos de armas que figuran en actas destruidas que luego aparecieron en otro delito, que es de la única manera que uno tiene realmente de saber si se fugó de una destrucción. A una destrucción van alrededor de 20 mil a 50 mil armas. Puede ser un accidente, que se traspapele. De todos modos, aún no encontramos un número significativo que nos indiquen que hay un plan de fuga de las armas. Sobre todo porque las armas del plan de entrega voluntaria tiene que ver más que nada con armas que estaban en manos de la familia hace mucho tiempo que las que están en manos de los delincuentes.
-¿La industria armamentística no puede o no quiere desarrollar mecanismos tecnológicos que haga más rastreables las armas?
-Se están muchas discusiones al respecto. En general, la mayoría de las grandes fabricantes ya han acordado los números de serie, la modalidad de grabados, los lugares y comparten esa información con INTERPOL y otras agencias. No es tanto una cuestión de los productores, sino que tiene que ver con los controles nacionales. Cuando hablamos de tráficos de armas, si esas armas provienen de un fabricante que cumple con las reglas el problema se tiene cuando traspasa la frontera el control que realiza cada uno de los gobiernos sobre el destino final. Es decir, entra legalmente pero no llega donde tiene que llegar. Esa es la problemática que tiene hoy el mundo en general. El arma no es un elemento perecedero, puede durar décadas. Hay muchos conflictos armados en el mundo, entonces hay mucha arma en circulación sin número de serie, que se trafican a través de estos mecanismos.
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-¿Te llamaron de la Justicia por el triple crimen? Lanatta dice que tenía mucha cercanía con el Renar.
-Lanatta nunca estuvo en la nómina de empleados formales. El legajo físico de Cristian y Martín Lanatta fueron entregados a la Justicia.
-¿Qué hacía Lanatta en el Renar? ¿Ayudaba a conseguir permisos de portación a gente que podía saltear el trayecto habitual?
-El comentario es que tenía vinculaciones informales y se iba con un trámite bajo el brazo y trataba de acelerar ese trámite.
-¿El 007 le llamaban?
-Coincidía con el 007, que es un trámite que está destinado a funcionarios y a jueces. Se usaba ese mecanismo legal para pasar rápidamente un trámite sin tener la condición de funcionario que requería ese mecanismo. Entonces, Lanatta ejercía ese canal informal para usar ese mecanismo legal para personas que no cumplían los requisitos.
-¿En el Renar hay alguna vinculación entre Lanatta, Aníbal Fernández y Meiszner?
-No desde el punto de vista formal. Sabemos que Meiszner fue director durante 6 años y que durante esos 6 años el ex ministro Fernández también fue titular de la cartera de la que dependía el Renar. Pero una vinculación directa a partir de documentación no existía.
Fuente: Mendoza on line
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