Un estudio de la Universidad de Oxford ha descubierto que un pequeño pez tropical tiene la capacidad de distinguir a las personas.
Esta habilidad es sumamente escasa en el mundo animal debido a la complejidad del rostro humano por sus atributos específicos, pues hasta el momento sólo caballos, perros y algunos pájaros podían conseguirlo.
Estos animales poseen un neocórtex, una parte del cerebro que está a cargo del procesamiento visual. La mayoría de ellos han sido domesticados y, según el estudio, “han experimentado una presión evolutiva para reconocer a sus cuidadores”.
En el experimento, el pez arquero fue capaz de disparar agua a una pantalla donde aparecían dos personas, pero él debía identificar a una de ellas en específico. Cada vez que el pez lo lograba, recibía alimento como recompensa.
El pez logró disparar agua a un rostro conocido correctamente el 81% de las veces en que se le realizó la prueba. En cada prueba el pez debió identificar el rostro humano entre 44 rostros desconocidos.
Cuando las imágenes fueron cambiadas a blanco y negro, el pez acertó en un 86%.
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