Finlandia vuelve a autorizar la caza de lobos para paliar daños.
Tiempo atrás Aire Libre publicaba la problemática de la caza indiscriminada de búfalos en el Brasil por falta de normativas que la regulen. Finlandia exhibe otro ejemplo de que la aplicación de reglamentos de caza sustentable, son los que protegerán a las especies.
Los cazadores pueden matar hasta un quinto de los lobos de Finlandia desde este sábado por decisión de las autoridades, una medida que levanta el completo rechazo entre los ecologistas.
Bajo presión de los ganaderos y de los habitantes de las zonas rurales, las autoridades dieron su visto bueno a la caza de 46 lobos grises de los 250 estimados. El objetivo es disuadir la caza furtiva a la que recurren algunos agricultores para proteger sus reses de la amenaza de los predadores. A cada región se le ha asignado una cuota y sólo pueden participar los cazadores con la licencia requerida.
“Queremos llevar a cabo esta experiencia (para ver) si constituye una solución al conflicto en torno al lobo”, explicó Sauli Harkonen, un responsable de la agencia filandesa de la fauna salvaje. En 2013, cuando la caza llevada prohibida seis años, unos habitantes de Perho, un municipio rural del oeste del país, hartos de la presencia de lobos, decidieron pasar a la acción y mataron a tres. Doce hombres fueron juzgados por ello y declarados culpables. Entre 2007 y 2015, la caza de lobos se prohibió para preservar a estos mamíferos, después de un forcejeo entre Helsinki y la Comisión Europea.
Según los defensores de las partidas de caza, esta prohibición logró el efecto contrario al esperado, impulsando el furtivismo a gran escala: de entre 250 y 300 ejemplares en 2007 pasaron a entre 120 y 135 en 2013.
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Especie prolífica
Desde entonces las manadas se reprodujeron y en 2015 Finlandia volvió a autorizar la caza, asegurando que analizaría las consecuencias al cabo de dos temporadas. La caza es un tema polémico en un país lleno de bosques, sobre todo en las zonas rurales donde el miedo al lobo sigue siendo a veces irracional. Hay quien cree que peligra la vida de sus hijos pese a que no se ha registrado ningún ataque a seres humanos en la época contemporánea.
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Las asociaciones defensoras de la fauna temen que la caza provoque el empobrecimiento genético de la especie. Según Mari Nyyssölä-Kiisla, directora del programa de defensa del lobo en la Liga finlandesa para la Naturaleza, “la población debería ser al menos dos veces mayor para garantizar su vigor genético”.
La caza reduce la población, pero el lobo es una especie prolífica”, replica Harkonen. Las autoridades aconsejan a los cazadores que se centren en los animales más jóvenes para evitar la dispersión de las manadas. La Liga finlandesa para la Naturaleza teme que se sobreestime el número de cánidos, porque las temperaturas suaves del comienzo del invierno y la ausencia de nieve complicaron el cómputo. La asociación de cazadores lo niega.
La caza no afecta a las zonas de criaderos de renos del norte del país, donde los lobos atacan los rebaños. En ese caso se entregan permisos especiales a los ganaderos por un periodo de 21 días para matar exclusivamente a los animales que hayan atacado a reses. La cacería es una tradición muy anclada en Finlandia, donde los cazadores tienen predilección por las liebres, ciervos, pájaros y alces.
Fuente: EMOL
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