“Trato de no fallar al atacar, como el dorado”
El Tanque supo vestir las camisetas de Colón, Lanús, Independiente y la Selección Argentina antes de irse a Italia. Actualmente está jugando en Perú. Pero en cada retorno al país, vuelve a su pesquero favorito: Concordia. Allí hizo grandes amigos y puede dar batalla con colosales dorados que le quitan el sueño.
Nota de Wilmar Merino exclusiva para Revista Aire Libre N° 39
Es tímido al principio o para ser más precisos, cauto. Pero a medida que la charla sobre pesca se va estirando, empiezan a fluir anécdotas con amigos, sonrisas y recuerdos de infancia que hablan de una historia paralela a la del ídolo: esa que lo tiene como pescador apasionado desde que tuvo uso de razón.
Guías de la ruta 2 lo recuerdan como avezado pescador de pejerreyes, y hasta supo tener lancha propia de joven, hecho que recuerda con particular afecto porque si bien no era el medio adecuado para moverse en aguas bajas, le permitió grandes momentos compartidos con amigos.
Pesca y amistad, para El Tanque, siempre fueron de la mano. Hoy encuentra su lugar en el mundo para reencontrarse con ambas cosas en Concordia, donde lo esperan afectos y buenos piques de un pez que es como él, un gran luchador: el dorado. Vamos a conocer su historia con la actividad en esta charla que nos dio desde Perú, país en el que se encuentra jugando actualmente integrando el equipo del Club Universitario, conocido como “La Crema”.
– Respecto de tus inicios en la pesca, contanos quién que te presentó este plan por primera vez y cuáles fueron esos primeros escenarios.
-Mis inicios de la pesca se dieron desde que tengo uso de razón. Mi papá falleció cuando tenía yo 17 años, pero desde que tenía 3 o 4 años lo recuerdo pescando. Ibamos a Mar del Plata a pescar junto a mi tío, el verdadero fanático de la pesca que nos incentivó a todos en la familia a abrazar este deporte.
-¿Hubo alguna captura memorable en esos tiempos de tu niñez y adolescencia?
-La captura que más recuerdo de esos años fue una corvina negra que se me prendió y al traerla se me metió debajo de las piedras. Era muy grande, y no queríamos cortar. Pero mi papá no se quería meter a sacarla, porque era medio peligroso. Al final se metió a buscarla porque era realmente una buena. Todos estábamos pendientes y al final salió mi papá después de desenganchar la línea y pudimos sacar esa corvina. Esa imagen de mi papá saliendo de entre las rocas con la corvina me quedó grabada.
-¿Cuándo empezaste a salir solo de pesca sin depender de otros y qué planes hacías entonces?
-Empecé a salir solo cuando me enteré que en Chis Chís había buena pesca de pejerreyes y tarariras, era fácil llegar y alquilaban botes. Empezamos a ir con amigos, después pasé a comprarme una lancha viejísima, con un motor de 35 hp, que cuando nos subíamos cuatro personas ni se movía (risas), pero yo estaba feliz, nos divertíamos mucho.
-Algunos de nuestros entrevistados anteriores, como La Sole o el Chango Spasiuk, nos hablaron de ciertos beneficios terapéuticos de la pesca, como poner la mente en blanco o dejar los problemas a un costado concentrados en una boya o la tensión de una caña. ¿Qué te produce a vos esta actividad?.
-La pesca para mí es súper terapéutica, me relajo, no pienso en nada, apago los teléfonos. Me encanta la naturaleza desde siempre me gusta internarme en la isla, no tener señal. Y entonces me dedico a pasar el momento con mis amigos y disfrutar de la naturaleza
-¿Cómo te informás sobre buenos lugares para ir de pesca, técnicas etc? ¿Tenés referentes o consumís medios especializados?.
-El tema de información de los lugares los voy conociendo mediante amigos. Tengo a mis amigos Mariano Bradanini y a Pope, en Concordia, que me avisan de la altura del río y si está saliendo o no. También me gusta mucho ir más arriba, a Paso de la Patria, a Goya o Esquina, van variando los lugares depende de las ganas que tenga de manejar, por eso elijo mucho Concordia, porque me queda mejor. Pero si voy más arriba ya llevo la carpa y paso más días, pero necesito tiempo y no siempre lo tengo. Pero me gustan muchos las dos propuestas.
– ¿Cuando te toca desarrollar tu carrera en el exterior extrañás volver a pescar en nuestro país o pudiste también hacer planes de pesca en otros países?.
-Cada seis meses venía cuando jugaba en Italia y sobre todo en invierno -que allá las vacaciones son más largas- y me iba a Concordia. En diciembre tengo una semanita nomas y a veces se me hace más difícil encontrar los tiempos. No he pescado en otros países. Cuando estaba en Independiente iba más al pejerrey, extraño esa pesca también. Pero la verdad es que cada vez que vuelvo me tira mucho ir a Concordia.
-La pesca tiene algo maravilloso que es que no necesitamos sacrificar al pez para divertirnos. ¿Vos sos de hacer pesca y devolución o te gusta -siempre y cuando lo permitan las leyes, vedas, etc- llevarte algún pescado con fines gastronómicos?.
-Hago pesca deportiva, es muy raro que sacrifique, salvo que algún amigo quiera ese día comer algún pescado a la parrilla y saquemos algo que se pueda sacrificar dentro de los reglamentos. Pero te diré que casi toda mi pesca es deportiva. Me gusta mucho devolver las piezas al agua.
-Te han apodado como futbolista “El Tanque” y también “El toro”. ¿Con qué pez crees que podrías emparentarte por tus características como jugador?.
-Como futbolista me puedo asimilar a un dorado que ataca la presa y no perdona. Trato de parecerme al dorado a la hora de patear al arco, trato de no perdonar cuando tengo el arco entre ceja y ceja. Hay que ser efectivo como el dorado cuando ataca la carnada.
-Y en Concordia, tu pesquero preferido: ¿Cómo fue dar pelea con buenos dorados?.
-En Concordia las peleas con los dorados son espectaculares, tanto con los grandes como con los chicos. Cuando son doradillos son súper divertidos porque son voraces y tirás y sacás. Los grandes hay que lucharlos, pero todos son experiencias únicas. Pescar en correderas, en remolinos es hermoso.
-¿Pudiste compartir o seguir compartiendo este hobby tuyo con algún otro futbolista?
Cuando estaba en Colón, todos los jueves después de entrenar salíamos a pescar por el río Ubajay de Santa Fe. He salido con Iván Moreno, con Tombolini, con el “Pocho” Lavezzi y con Diego Braghieri.
¿Practicás otros deportes outdoor como pescar, hacer trekking, montañismo, campamentismo etc?
Me gusta cazar, pero no hablo del tema.
-¿Que sueños pudiste concretar con la pesca y que sueños pendientes tenés con la pesca?.
-Respecto de los sueños que pude concretar con la pesca, el mayor fue sacar un dorado de casi 25 kilos. El río estaba bajo, el dorado nos llevaba contra las piedras y me demandó 40 minutos poder sacarlo. Fue impresionante tenerlo en mis brazos, realmente fue un sueño cumplido. ¡Por supuesto lo devolví!. Esos hermosos ejemplares tienen que seguir reproduciendo y así van a poder disfrutar de la pesca nuestros hijos. Un sueño pendiente con la pesca deportiva es poder pescar un pez espada. Espero que se de en algún momento.
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