De cuando no hay manejo de la biodiversidad.
Productores ganaderos quisieron ahuyentar al animal y terminaron provocando un incendio forestal.
La noticia publicada por el portal Somos Jujuy dio cuenta que productores ganaderos de una zona rural a pocos kilómetros de San Salvador de Jujuy prendieron fuego pastizales para ahuyentar a un puma y terminaron incendiando 200 hectáreas de vegetación.
El hecho se registró el último domingo en un lugar ubicado entre comunidad de San Bernardo y Laguna de Tesorero a 2500 metros sobre el nivel del mar y tuvo que intervenir la Brigada de Incendios Forestales.
“Supuestamente algún productor la de la zona prendió fuego porque un puma merodeaba cerca de sus animales. Eso hizo que se quemen 200 hectáreas de pastizales”, explicó Ezequiel Morales, director de la Brigada de Incendios Forestales. Y agregó “Los animales no tienen la culpa, la biodiversidad de la zona se afecta por el fuego. El pasto no reverdece y pierde sus propiedades nutritivas y tarda mucho más en crecer”.
Si bien no es frecuente que los pumas ataquen a los humanos, como atacan al ganado, la noticia pudo haber sido otra pues llegar a la conclusión de que los seres humanos puedan ser felices y estos animales puedan tener su hábitat continúa siendo una batalla que no tiene respuestas fáciles.
Nada justifica el incendio, pero tampoco los ganaderos hubieran podido cazarlo, pues en el territorio de la provincia de Jujuy está prohibida la caza, tenencia, tránsito o aprovechamiento de los animales silvestres, según lo estipula el art. 7 de su Ley de Caza N° 3014/73.
Similares problemas hay en otras provincias y con otras especies. Por ello se cumple el axioma de que “Prohibir entonces sigue siendo más fácil que efectivo”. Prohibir la caza es negar una de las soluciones a la realidad de que los seres humanos cada vez estamos más y más cerca de las áreas donde los animales viven.
Días atrás publicamos leíamos que Botsuana después de solo 5 años levantaba la prohibición de caza de elefantes pues habían comenzado a introducirse en asentamientos humanos, destruyendo cultivos y matando gente. Prohibir tampoco fue la solución.
Por ello creemos que las provincias se deben entonces una discusión más amplia, más integradas pues los límites territoriales del hombre no son conocidos por las especies (Salta y Jujuy tienen distintas reglas) y fundamentalmente con menos hipocrecía y menos miedo a las redes sociales, para encarar seria y definitivamente estos temas del manejo de la biodiversidad.
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