La nutria gigante regresa a los esteros de Iberá.
En junio de 2018 nacieron dos nuevos cachorros de jaguar en el nuevo Parque Nacional Iberá, en el norte de Argentina, un hito en los esfuerzos por devolver esta especie a la región después de décadas de ausencia. Ahora, nuevas medidas se están tomando para reintroducir a la nutria gigante (Pteronura brasiliensis) en los humedales de Iberá.
Después de un período prolongado en cuarentena, Alondra, un ejemplar de ocho años del zoológico de Budapest, en Hungría, fue incorporada a su medio natural de forma controlada. Su recinto, de 800 metros cuadrados, está ubicado en la isla de San Alonso, en la provincia de Corrientes, e incluye un área terrestre y otra acuática.
Esto forma parte de un ambicioso proyecto de restauración impulsado por Conservation Land Trust de Argentina, una fundación de Tompkins Conservation, en asociación con la provincia de Corrientes y con la colaboración de diversas entidades nacionales.
La caza ilegal, el cambio en el uso de la tierra y la construcción de represas a gran escala contribuyeron a la extinción local de la nutria gigante a mediados del siglo XX. A nivel global, la especie está en peligro de extinción. Su carácter elusivo la ha convertido en una atracción turística importante en lugares como el Pantanal de Brasil.
Con un cuerpo que puede medir hasta 1,8 metros de largo, la nutria gigante es el mamífero acuático más grande de esta zona de Suramérica y es la nutria más larga del mundo. Está caracterizada por su cola plana y su garganta blanca, y por lo general está activa durante las horas del día.
Las nutrias gigantes son territoriales, se alimentan principalmente con peces y viven en grupos familiares de hasta 15 individuos. El proyecto de restauración tiene planes a largo plazo para que una población saludable de nutrias gigantes pueda restablecerse en Argentina.
Según Kristine Tompkins, presidenta de Tompkins Conservation y Embajadora de Áreas Protegidas de ONU Medio Ambiente, la llegada de nutrias gigantes es un paso importante en los esfuerzos para devolver a los humedales de Iberá su riqueza natural.
“Estamos creando un modelo de restauración que se puede replicar en otros lugares del mundo”, dijo Tompkins.
“Todo nuestro trabajo se centra en estrategias para combatir la actual crisis de extinción, desde la creación de parques nacionales hasta la recuperación de aquellas especies que han desaparecido”, añadió.
El Parque Nacional Iberá colinda con un área protegida mucho más grande, el Parque Provincial Iberá, de 553.000 hectáreas. En conjunto, ambas áreas protegidas conforman el parque natural más grande de Argentina, que alberga uno de los mayores humedales de agua dulce de América del Sur.
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