“Tacomoqueremo”
Willy González, el músico que renovó al folklore desde las frecuencias más bajas, nos cuenta cómo el amor por la pesca y otras actividades al aire libre lo llevaron a dejar la ciudad para radicarse definitivamente en el campo y conectarse de manera más intensa con la inspiración musical y sus emociones más profundas. En él se conjugan armoniosamente el arte y la naturaleza y de esa integración surgen claras y equilibradas expresiones conceptuales. Con ustedes Willy González y todo lo bueno y lindo que tiene para contar.
Después de asegurarse que el celular está apagado, comienza a preparar (meticulosamente) el mate, lo que nos habilita a iniciar el reportaje
AL: ¿Te vinculás a la naturaleza con alguna actividad deportiva?
WG: Me encanta caminar, se lo considere o no una actividad deportiva; no en cualquier ámbito sino en el campo o en la playa, para mí es una imprescindible actividad terapéutica. Por ejemplo, en la playa disfruto caminando largos trechos que, en algunos casos, llegan a ser de 30 ó 40 km. Es una costumbre que me quedó de viajar tanto por nuestro país y visitar playas muy extensas, como por ejemplo Reta, un balneario poco conocido y muy extenso en el partido de Tres Arroyos, donde salgo a caminar a la tarde con el sol arriba y vuelvo cuando ya se pone, acompañado por el fantástico espectáculo del atardecer frente al mar. Esta es para mí una actividad muy placentera.
También me gusta andar en bicicleta por el campo, disfruto mucho haciéndolo, entiendo que esta sí es una actividad deportiva (…risas!) y después me gusta hacer yoga dentro de ese entorno natural, debajo de los árboles. Siempre hago ejercicios que beneficien a mi columna, prestando atención a mis cervicales y lumbares, así como a mis dorsales, intentando que el yoga me ayude tanto a recuperarme de las exigencias físicas y posturales a las que me obliga la ejecución de mi instrumento como a retrasar las inexorables consecuencias del paso del tiempo (…más risas y un guiño cómplice!). También me encanta acampar y pescar. Con el correr de los años he ido descubriendo que la naturaleza es para mi fundamental, no podría volver a vivir en la ciudad; el campo y este tipo de actividades me llenan de vida y me dan… paz!
AL: ¿Cómo es tu relación con la pesca?
Mientras va articulando la respuesta, no deja de prestar atención al mate, sacudiéndolo para eliminar el exceso de polvo, acomodando la yerba en un rincón de la calabaza para que no se lave rápidamente y dándole un toquecito de agua fría para que no se queme…un verdadero experto!
WG: Bueno, podemos empezar de chiquitito con mi primera gran anécdota…la que me marcó, porque yo creo que son los estímulos de la infancia los que nos van formando, como decía Piaget… el niño es padre del hombre.
Me acuerdo que habíamos ido de viaje con mis viejos, lo cual era bastante habitual porque juntos recorrimos, visitando distintas provincias, casi toda la Argentina. Recuerdo particularmente un viaje a Bariloche – en ese momento yo tendría 6 ó 7 años – porque mi viejo estaba muy enganchado con la pesca y era “mosquero”. Viste que la pesca con mosca es muy exigente técnicamente. Requiere saber lanzar, recoger, buen timing para hacer volar la línea sólo con su peso y la carga de la caña, por lo que es muy diferente a la pesca con señuelo o carnada donde hay un peso que te permite lanzar y sacar nylon del reel. El Fly Cast es pura técnica.
En ese momento nosotros estábamos acampando a orillas del Lago Gutiérrez y así lo hicimos durante 10 días. Todas las mañanas – religiosamente – mi viejo se preparaba su cafecito y se iba a castear al río con una gran pasión pero sin obtener éxito. No sacaba nada el tipo y la frustración era muy grande. Sobre el final de nuestra estadía, unos amigos nos invitaron a dar un paseo en lancha por el lago y allí fui con mis hermanos – que son mayores – en medio de una gran excitación. Imaginate lo enloquecidos que estábamos por poder participar de esa aventura. Como yo era el más chico mucha bola no me daban, estaban más enganchados con mis hermanos, hasta que uno de los muchachos – creo que ellos podrían tener alrededor de 20 años – me ofrece la posibilidad de pescar. Estaban haciendo trolling y yo nunca había tocado una caña, además pensá cuál podría ser mi tamaño a esa edad, apenas si superaba el metro, la cuestión es que le dije:” bueno, dale! “. Me dieron la caña y a los 3 minutos picó una trucha de muy buen tamaño que supongo sería de 2ó3 kg. Qué alegría tenía, no lo podía creer, no son nada fáciles de pescar! Recuerdo, que al llegar al muelle salí corriendo con el pescado en las manos, gritándole a mi viejo: “Papá…papá, mirá lo que pesqueeé!!! “ y mi pobre viejo, sumido en su frustración de 10 días de improductivo casteo con el hombro dolorido y callos en las manos, me respondió con un gesto de alegría, orgullo e hidalga resignación … (…risas!).
AL: O sea que a la pesca entraste de la mano de tu padre y ¿quién te hizo incursionar en la música?.
WG: Allí fue mi hermano quien curiosamente me incorporó en su banda tocando rock sinfónico pero, no los voy a aburrir con mi historia musical, prefiero contarles otra anécdota de pesca. Mirá me estoy acordando de una que involucra a mi hijo Santiago; resulta que el novio de mi vieja empezó a decirle …”¡Ché Santi, tenemos que ir a pescar!” frase que repitió permanentemente a lo largo de 2 años. Cada vez que aparecía una fecha celebratoria: cumpleaños, Navidad, Reyes, volvía a insistir …”¡Ché Santi, tenemos que ir a pescar!”. Hasta que un día, en mi rol de padre, le digo a mi hijo…”Santi, si te gusta la pesca, te compro un equipito”…ante la respuesta afirmativa, actué en consecuencia y la verdad es que le compré un lindo equipo, buena caña, buen reel…¡ hice una pequeña inversión! (risas) Cuando lo vi a Antonio, novio de mi vieja y autor de las promesas, le dije…” bueno Antonio, Santi ya tiene la caña” y su respuesta fue…”¿Y? …¡ Yo no tengo la menor idea de cómo se pesca!”…así que me tuve que hacer cargo de la situación y llevarlo yo a pescar (nuevamente…risas!)En esta oportunidad la cosa no empezó bien porque fuimos a Necochea, a un lugar de muchas piedras desparejas con los consecuentes enganches lo cual nos hizo perder varias líneas. Allí me di cuenta que había algunos ámbitos piscatorios que no dominaba muy bien pero, por suerte, pudimos cambiar de ubicación y dejar de perder líneas así como lograr capturar algunos “salvadores” bagrecitos que nos alegraron el retorno a casa.¡No sabés lo contento que íbamos caminando por la playa con nuestro anillo de alambre lleno de pescados!
AL: Esa imagen me dispara la siguiente pregunta, porque volver a casa con algunas piezas, implica limpiarlas y prepararlas y para eso te tiene que gustar …¿ A vos, te gusta el pescado?
WG: Me encanta! Me parece una de las comidas más sabrosas. No solamente el pescado, sino también los frutos de mar. Disfruto de la paella, del pulpo a la gallega, del ceviche. Mirá del ceviche soy tan fana que hasta lo se hacer de dos formas: a la peruana y a la panameña. Sí, me encanta el pescado, no sólo pescarlo… ¡sino también cocinarlo y comerlo!- Acomoda un poco el mate y seguimos charlando… –
AL: Al principio cuando me contaste la anécdota de tu viejo me hablabas de la técnica de la pesca con mosca, del timing, del vuelo de la línea, de saber depositar la mosca y recoger adecuadamente. Conjunto de acciones armónicas y coordinadas que me llevan a preguntarte ¿La pesca y la música tienen algo en común?
WG: Sí, te contesto esta pregunta y después permitime que te cuente otra anécdota de pesca.
AL: Dale, trato hecho!
WG: Sí, para mi hay algo en común que pasa, en gran medida, por el silencio. Así lo veo yo. En mi música utilizo mucho el silencio. El silencio es lo que le da contraste y relieve a lo que uno quiere destacar. El silencio en sí ya tiene una música. Y la pesca tiene grandes momentos de silencio donde toman relevancia nuestros propios y más profundos pensamientos. Eso es lo hermoso de pescar. Creo que en muchos tipos de pesca, estamos allí en contacto con la naturaleza y sólo mirando el horizonte. Sin hacer nada. Es como una licencia para no hacer nada. Y eso es lindo y bueno… el hacer “nadismo”. El viejo ocio de los griegos. Algo que nuestra sociedad hoy no permite demasiado porque siempre tenemos que estar produciendo algo. Creo que eso, tan saludable, tienen en común la pesca y la música.
AL: Lo prometido es deuda vamos a tu 3ra. y última anécdota!
WG: Jajajá, dale te prometo que es la última!Hacé ya un tiempo, organizamos una salida de machos con mis hijos. Una escapada a Colón para disfrutar juntos. Mi propuesta al estilo Robinson Crusoe fue …” Bueno, nos vamos de campamento, así que vamos a valernos por nosotros mismos” y fui e hice una serie de compras de cosas frescas y sanas pero muy frugales, nada de fiambres ni conservas, salvo algunas latas de atún. Claro ese tipo de alimentación es muy sana pero no rinde mucho y puede no ser suficiente para un niño y un adolescente en plena edad del desarrollo. La cuestión es que cuando llegamos nos encontramos con una Ciudad de Colón a full, los campings atestados y gente por todos lados, un entorno que no coincidía para nada con nuestro plan. Entonces conectamos con un ñato que estaba a la vera del río y cuyo servicio consistía en llevarte a una isla desierta con playa, un bosquecito y nada más. Por supuesto que el servicio incluía el retorno pero te iba a buscar tres días después. Bueno, llegados al lugar armamos la carpa y comenzamos a disfrutar hasta que después de la primera comida comienzo a darme cuenta que los víveres no nos iba a alcanzar…¡ estábamos en problemas! Entonces hicimos un conciliábulo familiar y decidimos pescar para saciar el hambre y yo les dije:… “chicos, más vale que pesquemos porque sino la vamos a pasar realmente mal!”. Nos tiramos con mi hijo mayor y luego de varios intentos fallidos él fue el héroe de la jornada, tal como yo lo había sido en el Lago Gutiérrez. La historia se repetía después de varias décadas. Encarnando con una de las últimas morenas que nos quedaban, mi hijo sacó un hermoso dorado como de 4 kilos que preparamos con gran dedicación y comimos por la noche con total fruición. Los chicos jamás olvidarán esta experiencia porque era el segundo día y ya el nivel de ragú era intenso. Esa noche, a la luz de la luna y en la playa de arena blanca, nos dimos un festín inolvidable con el dorado a la parrilla – por suerte entre las pocas cosas que teníamos había limones y sal – jajajá!!!
AL: Buenísimo, al mejor estilo Robinson Crusoe. Aquí había clarísimas razones para sacrificarlo y comerlo pero ¿que pensás de la pesca con devolución?
WG: Me parece fundamental que el ser humano tome conciencia de que no puede depredar ilimitadamente. Creo que uno debería sacar sólo lo que puede comer y siempre que el animal esté en condiciones de brindar ese beneficio. Esto es, debe tratarse de un ejemplar adulto que no está en período de apareamiento o reproducción y muchísimo menos en peligro de extinción. La otra circunstancia que entiendo injustificable es sacrificarlo si no sirve para comer. Me parece fundamental que el hombre entienda esto porque si no nos damos cuenta que el agua es mucho más importante que la plata y que el pez es un habitante más de este planeta, como lo somos nosotros, creo que nos encaminamos hacia la destrucción total. De ninguna manera deberían tolerarse los excesos de gente que pesca o caza transgrediendo las leyes o disposiciones que los organismos de control establecen. Me violenta que se produzcan desmanes en la caza y en la pesca, saca lo peor de mi. Por otro lado y retomando tu pregunta, te digo que es tan lindo y emocionante pescar como devolver. Y devolver implica hacerlo con responsabilidad, tratando al pez con cuidado, depositándolo en el agua en lugar de revolearlo brutalmente por la borda de la lancha.- Aquí ya cortamos con el mate, le agradecí el último y lo felicité por lo bueno que estaba a lo que me respondió que el mate es una de sus pasiones y que los colecciona
–AL: Siento un alto voltaje emocional en tus palabras y eso me lleva a preguntarte ¿Qué elementos del aire libre te inspiran para componer?
WG: Mirá yo te puedo describir una situación de la que se deduce, elocuentemente, qué significa para mí el aire libre. Una vez hice un largo viaje hasta Iguazú y fui a visitar el Parque Nacional. Yo tenía un recuerdo muy fuerte de chiquito, había estado a los 10 años e incluso me perdí en la selva misionera – que es bastante brava – y al volver con mis 42 años y encontrarme de nuevo allí, rodeado de la potente naturaleza de la selva virgen, me embargó una emoción muy fuerte. Se me puso la piel de gallina y me puse a llorar. Cuando toco también puedo llegar a llorar. Ambas cosas me estremecen y no concibo la música sin el aire libre.
Y allí dejamos, en su propio santuario, a un grande de la música nacional a alguien que, tal como leímos en uno de sus tantos reportajes, “ habla el lenguaje de su tierra y tiene mucho para contar”.“Temas escritos e inspirados al y por el aire libre”
AL: ¿ Hay alguna pieza musical que haya surgido de esta experiencia o de otras?
WG: En el último disco todos los temas están escritos e inspirados al y por el aire libre. Todo esto porque tuve la suerte de mudarme de la ciudad a un lugar donde me conectó mucho con la naturaleza. Con la tierra y el cielo, con los árboles, los pájaros y el agua. Estar componiendo y tocando allí bajo los árboles o en contacto con el sol, es para mi un privilegio. Un privilegio que he deseado toda mi vida y que ahora puedo disfrutar.
AL: Hablemos un poco de tu último disco: “TAMOCOMOQUEREMO”.
WG: “TAMOCOMOQUEREMO” nace de esta experiencia, de esta particular resonancia que te brinda el vivir en un lugar donde amanecés con el despertar de la naturaleza y no con el bocinazo callejero o el ronroneo del escape de una moto o el grito histérico de una persona enojada – como me pasaba cuando vivía en la ciudad –. Hay cosas que no tienen precio como el canto de los pájaros, el matear debajo de un árbol o los inmensos cielos estrellados que en la ciudad sólo se consiguen fraccionados. Todos los temas del disco tienen de una u otra forma ese ADN, esa impronta. Para mi este estilo de vida y de laburo es un privilegio que ojalá pueda prolongar en el tiempo. Te reitero a mi me resulta imprescindible el contacto con la naturaleza, creo que el hombre debe tomar conciencia de su necesidad de hacerlo y reforzar su acercamiento e integración con ella. Me parece y, creo no equivocarme, que en mi música está muy presente este concepto.¿QUERÉS SABER MÁS SOBRE WILLY?
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Escuchá su música: http://willygonzalez.bandcamp.com/
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