Pampa Linda – Pangue.
Una aventura de trekking por la cordillera en primera persona. Por Juan Manuel Picariello para Revista Aire Libre.
Hay una experiencia poco conocida, que permite conectarse a pleno con la naturaleza, a la vez de poner a prueba la capacidad física. Implica salir de la zona de confort para acampar libremente y realizar un trekking de seis días. No parece sencillo, aunque el “premio” será único: adentrarse en la Cordillera de los Andes, atravesar la selva Valdiviana, disfrutar de vistas increíbles, dormir en glaciares y contar con la compañía de animales silvestres que se sucederán a lo largo del recorrido. Una reseña en primera persona con tips para planificar el viaje o, por qué no, disfrutarlo leyendo estas líneas desde un cómodo sillón.
Comienza la aventura
Junto a mi esposa Romina, iniciamos nuestra caminata desde la localidad de Pampa Linda, un paraje ubicado en la base del Cerro Tronador, ubicada a 89 kilómetros de la ciudad de Bariloche. Un hermoso panorama inicial es el aperitivo de lo que se viene; rodeados de lagos, cruzamos algunos rápidos hasta llegar a nuestro punto de inicio.
Este punto es el último disponible para completar los efectos personales antes de iniciar la marcha. Siempre es necesario dar aviso al puesto guardaparque de la salida, a la vez que se deberá completar un formulario.
Es conveniente comenzar lo más temprano posible, ya que el ascenso es hasta el primer refugio de montaña el famoso “Otto Meiling” ubicado a 2.000 msnm y a escasos metros de la cumbre del Cerro Tronador, entre los glaciares “Los Alerces” y “Castaño Overa”. Se atraviesa un bellísimo bosque valdiviano, que se caracteriza por estar siempre verde y con múltiples estratos de vegetación. Por el mismo camino a través de un faldeo de montaña de aproximadamente seis kilómetros y 500 metros de desnivel, llegamos hasta la cima del morro, acompañados de diversos animales autóctonos como los pájaros carpinteros, huemules, pudúes y los monitos de monte, arribando al lugar denominado La Almohadilla.
A partir de ese punto, el trayecto continúa con menor pendiente en dirección oeste, y luego de caminar unos 2 kilómetros y 150 metros de desnivel, se llega al Descanso de los Caballos, ubicado justo en el límite de la vegetación tornándose una vista periférica inigualable en altura de todo nuestro recorrido. Desde este punto se emprende la parte final del ascenso, transitando unos 3 kilómetros y 350 metros de desnivel, a través de un filo ya sin vegetación y con marcas de pintura sobre las piedras que indican el recorrido hasta el refugio.
El Otto Meiling pertenece al Club Andino Bariloche y en sus inmediaciones se encuentra el refugio Glaciológico. El panorama desde allí, es uno de los más hermosos se puede observar: Pampa Linda, Valle Paso de las Nubes, cerros López, Bonete, Righi, Catedral y muchos otros. Tiene fácil acceso a la parte superior del glaciar Castaño Overa, lugar ideal para practicar esquí en el verano.
Experiencia personal
Este recorrido es recomendable realizarlo entre los meses de septiembre y febrero. En mi caso, lo inicié la primera semana de septiembre. En esa época las sendas se encuentran rodeadas de caña colihue, una vegetación arbustiva perenne, de la familia del bamboo. Estas cañas en épocas invernales suelen ser aplastadas por las fuertes nevadas, produciendo en algunos tramos que el itinerario se interrumpa o se corte la senda, como me sucedió. Perdí la referencia y las señales dispuestas por el Club Andino. En ese caso no hay que perder la calma, ya que de a poco se podrá volver a vislumbrar el camino. Es recomendable informarse de este aspecto en el puesto del Guarda Parques antes de iniciar la marcha.
A través de los glaciares
Luego de pasar la noche en las inmediaciones del refugio, nos abocamos a cruzar el Glaciar Los Alerces, para dirigirnos al refugio Agostino Rocca, comúnmente llamado El paso de las nubes, que lleva ese nombre porque en el lugar se puede ver como las nubes tocan las cimas de las montañas, arrastradas por los vientos de la zona. El cruce tiene unos 4 kilómetros y para realizarlo es necesario contar con un Guía de Montaña que puede contratarse tanto en el Club Andino Bariloche, como en el mismo refugio.
La marcha se inicia antes del amanecer. Un buen café caliente y algo de desayuno son necesarios antes de encarar profundas grietas de hielo. El guía nos da el equipamiento correspondiente, una charla y comienza el cruce propiamente dicho, junto a otros aventureros de distintos países.
Marchamos todos unidos por una cuerda, como medida de seguridad. Durante el trayecto, la emoción y la adrenalina se apoderan de uno, ya que en ocasiones bordeamos grietas de hasta 15 metros de profundidad que se pierden en la oscuridad. La marcha dura aproximadamente 2 horas, es lenta pero segura. Finalizado el tramo de hielo y nieve, dejamos equipamiento y continuamos el descenso al refugio Roca. El entorno nos recordó a la película Avatar, pues al refugio lo rodean múltiples cascadas, espesa vegetación verde y los espectaculares Cóndores.
Llegamos al Roca, extenuados, aliviados de despojarnos de nuestras mochilas. Romina se dispuso a armar la carpa, como pudo, pues los tábanos nos sorprendieron nuevamente; y yo me dirigí al refugio a cocinar un guiso, para reparar energías. En el lugar, hay un pequeño predio para el armado de carpas y posee servicios de cocina, duchas y habitaciones, para aquellos que prefieren hospedarse en el lugar. Se da un clima muy ameno, que se parece al de una cabaña, con hogar a leña que se vuelve mágico por las noches. Hay muchos extranjeros ya que el trekking es un gran atractivo turístico.
Cruzando lagos
Muy temprano, desayunamos y armamos nuestras mochilas. Nos hubiésemos quedado unos días más, pero aún nos faltaba mucho por recorrer. Desde el Roca comienza un pequeño pedrero en bajada y a la altura del Km 4 llegamos al Río Frías que desagua desde el glaciar con una vista impresionante. Sus aguas cristalinas nos hidrataron y luego cruzamos el río por un puente de madera. A partir de este punto gracias al aire húmedo proveniente del Océano Pacífico (Chile ya está cerca), comienza a transformarse en una selva valdiviana llena de flores, enredaderas que cubren los árboles y, si se presta atención, se distinguen algunos alerces muy grandes y antiguos.
Por momentos se siente que alguien te sigue en la selva, por medio de saltos y vuelos cortos entre el follaje; son los curiosos “Chucao”, unos pequeños pajaritos que están acostumbrados a la presencia de los caminantes y buscan algo de comida. La creencia popular dice que su grito anuncia la suerte de quien lo escuche. Más adelante, en el kilómetro 9, cruzamos un colgante para pasar a la otra margen del río Frías y, desde allí, tres kilómetros más, hasta llegar a Puerto Frías.
Arribamos completamente empapados, hambrientos y con frío. Pedimos permiso a personal de Gendarmería para acampar en inmediaciones a su grupo, nos pusimos ropa seca y cenamos. Antes de dormir planificamos nuestro último tramo: el cruce a Chile. Ante el cansancio que veníamos arrastrando decidimos ir por el camino que lleva al paso internacional, entonces debíamos tener nuestros documentos a mano siete kilómetros para cumplir con nuestra meta, cruzar a Chile caminando.
Pangue, allá vamos
Bien temprano como siempre, desayunamos y partimos hacia Pangue. El camino es muy liviano y si en los días anteriores los piés se han mantenido sanos, el recorrido no resulta problemático.
Nuestro camino se pierde entre bosques de pangues (nalca) y colas de zorro, dentro del bosque no es posible encontrar cursos de agua, por lo que es imprescindible abastecerse en Frías, antes de realizar este tramo. Como tampoco hay lugares despejados para armar una carpa, debimos apurar el paso para llegar con tiempo suficiente a Pangue y allí sí, poder descansar.
Dos días de buena comida típica en Casa Pangue, un complejo con pocos turistas y mucho silencio, montañas, lagos y cascadas que lo hacen mágico. Y aunque no queríamos partir, aún debíamos volver a Bariloche desde Puerto Frías, donde tomamos un catamarán y atravesamos dos hermosísimos lagos argentinos, el Frias y el Nahuel Huapi. Tres horas de navegación a puro relax con aire patagónico, un sueño hecho realidad y un merecido descanso.
Planificación
Todas las etapas de la aventura son igualmente entretenidas y asombrosas, pero siempre manteniendo una adecuada preparación previa. Habrá que definir el itinerario, las sendas y picadas, señalizaciones, obstáculos naturales, los lugares de descanso, aseo y los eventuales refugios de montaña disponibles. Los demás elementos variarán según la cantidad de días que se decida emprender el trekking.
Indumentaria: Primera Piel remera manga larga y corta, pantalón de secado rápido (uno liviano y otro de abrigo), campera o buzo micro polar, campera rompe viento, gorro de abrigo y gorra para el sol, botas de trekking cortas, zapatillas livianas Water Proof o tipo Crock.
Equipamiento: Mochila de trekking 40 a 60 litros, bolsa de dormir línea hasta -5º, quemador y cartuchos de gas, kit de marmita y elementos de rancho, comida deshidratada y dulces, contenedor para agua o camelback, linterna de mano pequeña y/o de vincha, un aislante, una carpa, pilas de repuesto, un mapa del lugar y elementos de escritura, teléfono celular.
Alimentación: este punto es muy importante, ya que se deberá reponer la energía gastada. Es recomendable armar como mínimo 4 comidas diarias; para ello y a los fines de evitar el exceso de peso, se pueden comprar alimentos liofilizados o deshidratados como, verduras, carnes en escama, legumbres, panificado, cereales y refinados con contenidos de azúcares. Frutas como las manzanas, dátiles y naranjas son muy recomendables tanto por su duración como por la hidratación que ofrecen.
Botiquín de primeros auxilios: no hay que olvidar que a medida que uno se aleja de la ciudad, queda expuesto a imprevistos y no tendrá asistencia sanitaria en kilómetros. Por eso, un buen botiquín de primero auxilios (y un poquito más), es fundamental para una travesía de estas características.
Y sobre todo, no excederse con la carga de la mochila llevando efectos innecesarios. Un peso excesivo repercutirá directamente sobre el rendimiento y la trayectoria.
Recomendaciones
Coordinar los horarios de partida de los catamaranes en Puerto Frías o Refugio Roca.
Llevar dinero en efectivo para pagar algunos insumos, no existe el débito en estos lugares.
Impermeabilizar todos los efectos con bolsas, las lluvias pueden jugar una mala pasada.
Mi contacto por más datos: jmpicariello@gmail.com
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