20 años como Patrimonio Natural de la Humanidad.
El 4 de diciembre de 1999 el Área Natural Protegida provincial recibió el galardón de la UNESCO por contar con “hábitats naturales significativos para la conservación de especies amenazadas, de valor universal excepcional”.
Creada en 1983 como reserva provincial, el ANP Península Valdés cubre un total de 887 mil hectáreas marinas y terrestres. La mayor parte de ellas son propiedades privadas y el ingreso del público está restringido a las unidades operativas: Centro de Visitantes Istmo Carlos Ameghino, Isla de los Pájaros, Punta Norte, Caleta Valdés, Punta Delgada y Punta Pirámide.
Entre los atributos que justificaron su inscripción como Patrimonio Mundial se destacan su característica de “isla continental” con una diversidad biológica “sobresaliente a nivel regional” y una prioridad de conservación de máximo nivel. “ Es uno de los principales sitios de la costa patagónica en relación a diversidad y abundancia de fauna marina, con una gran variedad de ambientes costeros adecuados para la reproducción y alimentación de numerosas especies de mamíferos y aves marinas y costeras”, explica la justificación.
El texto de la UNESCO destaca la condición de “vulnerable” de la Ballena Franca Austral, el desarrollo de la técnica de varamiento intencional de las orcas para alimentarse como algo singular en el mundo y la presencia de la única colonia reproductora de Elefantes Marinos del Sur de la región, así como una población de Lobos Marinos de un Pelo que entonces mostraba un incremento sostenido en el tiempo y ya era una importante atracción turística. Sus ambientes costeros y sus humedales de concentración de especies migratorias también lo definían como un espacio singular, así como la presencia de especies endémicas de la Argentina, como la mara y el pato vapor cabeza blanca.
“Los ecosistemas de la Península Valdés contienen importantes y representativos hábitats naturales donde sobreviven especies animales que poseen una valor universal desde el punto de vista científico y de conservación. Por las particulares características naturales de esta porción de tierra y costa patagónica le otorgan un comportamiento similar al de una isla”, se explica. Asimismo se destacan los ambientes costeros con formaciones singulares, que conforman un espacio generador de “una demanda turística nacional e internacional en continuo crecimiento”.
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