Un paraíso natural por descubrir.
Por Sylvina Beleniski para AIRE LIBRE 9 – Marzo de 2013.
A tres horas del aeropuerto de San Martín de los Andes, el camino sinuoso que acompaña el recorrido del deshielo que forma el Lago Aluminé, preanuncia el oasis en el que finalizará el recorrido. Es que esta joven ciudad tiene menos de un cuarto de siglo, y mucho menos aún de destino turístico, hecho que se refleja en su naturaleza milenaria casi inexplorada. Está claro, hemos llegado a Villa Pehuenia.
El Pehuén o Araucaria es el árbol que simboliza la provincia de Neuquén e incluso forma parte del escudo provincial. Era de vital importancia en la cultura mapuche que lo veneraba y se alimentaba de sus frutos, los piñones. En esta Villa cuyo nombre celebra esta especie arbórea que convivió hasta con dinosaurios, se encuentran los únicos bosques puros del mundo.
Su población estable es de aproximadamente 1800 personas, número que puede llegar a triplicarse en fechas relevantes como la Fiesta del Lago, que se celebra durante una semana, cada año el mes de enero, rememorando el aniversario de la Villa. Y el gran protagonista de la temporada estival es el Lago Aluminé, “pozo reluciente” en lengua de los mapuches, que se alimenta del deshielo y nace en esa localidad. Situado al pie del Volcán Batea Mahuida posee una superficie aproximada de 54 km2. La práctica de deportes náuticos, rafting y paseos en kayac, velero o bote y la pesca deportiva encuentran allí un escenario ideal para hacerlo.
A 15 km de la frontera con Chile, este nuevo centro turístico cuenta con una singular propuesta para el invierno ya que, gracias a un proyecto que nació en el año 2000, presenta el Parque de nieve y esquí Batea Mahuida, único en el mundo manejado por una comunidad mapuche. El cartel en la entrada con la leyenda Cumei Tamun Acun (es bueno que ustedes vengan) recibe a los visitantes con el espíritu de los anfitriones del lugar.
Desde la cima del Volcán que tiene una laguna en su cráter, pueden apreciarse con claridad el lago Aluminé junto al lago Moquehue, unido por el río Angustura, y la cadena de diez volcanes argentinos y chilenos.
Asimismo la propuesta hotelera deslumbra con posadas y hosterías como La Escondida y La Balconada que, construidos sobre el acantilado frente al lago Aluminé, ofrecen imponentes vistas de la costa y playas, la Cordillera de los Andes y las araucarias que inundan el paisaje con sus ramas curvas y piñones. Sin dejar de lado el espíritu de aldea de montaña, proveen la última tecnología en una localidad que tiene wi-fi en absolutamente todos los lugares que uno pueda imaginar.
Pehuenia, la localidad de mayor crecimiento en Neuquén en los últimos años y una de las más nuevas del país cuenta con hoteles, hosterías, complejos de cabañas y campings que reciben a familias de todo el país que buscan un cambio de vida.
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Al respecto, Walter Rodegher, quien hace más de 10 años está al frente de la hostería “Al Paraíso” y fue uno de los pioneros titulares de la Cámara de Comercio, comentó a AIRE LIBRE: “Estamos en entorno natural único, en pocos kilómetros están todos los paisajes de la Patagonia, la Selva Valdiviana, el desierto de altura, el bosque de transición, y es un ejemplo de trabajo conjunto del estado y los emprendimientos privados”. Y por último reveló, casi en secreto que el Lago Auminé es el único en el que se puede volar y acuatizar porque no está dentro de un Parque Nacional de la Patagonia.
“Dicen que si las araucarias tienen muchos piñones, habrá mucha nieve”, cuenta el Intendente Sandro Badilla, quien confía que en 2013 se consolidará el proyecto de expandir y difundir el destino gracias a las constantes inversiones en servicios para el turismo, como piletas y spas, existentes en la villa. Recuerda que en el año 1997 no había luz en la Villa y que gracias a las obras para ampliar la captación eléctrica, si se quedaran sin energía, podrían abastecer a toda la población aún en temporada alta.
Destaca a su vez, la buena relación con la comunidad Mapuche, que no sólo ocupa puestos en la intendencia sino que con el asesoramiento técnico y económico del gobierno provincial, comenzaron a ofrecer servicios turísticos de alojamiento en cabañas, experiencias de trekking y cabalgatas. Y agrega que es notable ver cómo se han recuperado los vínculos ya que la gente mayor, las mujeres tejedoras, enseñan su técnica a las nuevas generaciones para confeccionar productos que luego se ofrecerán a los turistas.
Un capítulo aparte debe destinarse a la propuesta gastronómica ya que en otoño se llevará a cabo el Festival del Chef Patagónico. Se reunirán cocineros argentinos y chilenos para difundir y revalorizar la gastronomía local y regional a través de la elaboración y degustación de platos elaborados y productos regionales. Un lugar destacado ocupan los productos manufacturados con piñones, que para convertirse en la harina con la que se hacen los alfajores típicos de la villa, se hierven durante un par de horas, se pelan, se tuestan y se muelen; también dan origen a licor, café, aderezos, puré, jalea, y pueden mezclarse en otros platos calientes.
Sin dudas un paraíso para descubrir las cuatro estaciones.
• En Avión: Para llegar vía aérea a Villa Pehuenia, se puede volar al aeropuerto de San Martín de los Andes y tomar un transfer a Villa Pehuenia. También hay vuelos que llegan a los aeropuertos de Zapala, o Neuquén Capital. Allí se pueden tomar ómnibus de la Empresa Albus. www.albus.com.ar
• En automóvil: Desde Buenos Aires: Rutas nacionales Nº 5, 35, 153, 143, provincial Nº 20 (La Pampa), Nacionales Nº 151, 22 y provincial Nº 13. Distancia del recorrido: 1506 Km.
Desde Neuquén Capital: Rutas nacionales Nº 22 y Ruta prov. Nº 13. Distancia del recorrido: 306 Km.
• En Micro: No hay empresas que realicen el trayecto Buenos Aires – Villa Pehuenia, por eso se puede viajar hasta Neuquén Capital y ahí tomar otro micro de la Empresa Albus a Villa Pehuenia.
Más información en el sitio oficial de Villa Pehuenia
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