Tramo 7 – En Colombia
Bernardo Gassmann nos cuenta su ingreso a Colombia en esta aventura en bicicleta que iniciara en tierras tucumanas.
Ingreso a Colombia por Ipiales, desde aquí la Cordillera de los Andes se ramifica en tres, la occidental pegada al Océano Pacífico, la oriental que llega hasta Venezuela y por la que me voy a mover yo, la Cadena Central.
Aunque los argentinos nos vanagloriemos de nuestra calidez y apertura social, debemos aceptar que tenemos el segundo puesto en este partido. Fue por lejos, el país en el que más cerca de la gente me sentí, donde me alojé en más casas de familia y, como por si fuera poco, al ciclismo lo tienen casi al mismo nivel que el fútbol. Esto genera que, en cualquier pueblo y por más chico que sea, haya una tienda de bicis con todo tipo de repuestos y grupos de ciclismo. Me cruzaba con pelotones casi a diario, de la misma manera que a mi me sorprendía la velocidad que llegaban a desarrollar, ellos no podían creer que mi bici pesara 45 kg frente a las maravillas de carbono de 9 kg. Siempre era motivo de risas y cargadas.
Los primeros días se sucedieron por montañas con un hermoso clima, entre frutales y cafetales, luego otros transitando por el valle del Cauca para finalmente llegar a la capital de la salsa, Cali, donde por supuesto tomé clases (en vano).
El tramo 1 – San Miguel de Tucumán a La Quiaca
El Tramo 2 – El cruce del Salar de Uyuni
El Tramo 3 – En el camino de la Muerte
De pronto y durante varios kilómetros, comienzo a cruzarme con una situación muy triste que parece intensificarse cada vez más. Se trata de los caminantes; cientos de venezolanos en grupos de amigos, familias, niños, bebés en coches caminando al lado de la ruta, llevando sólo lo puesto y durmiendo en plazas o a mitad de la nada. El objetivo es salir de su país, pero como Colombia ya está saturada, se hace cada vez más difícil conseguir algo para ganarse la vida, de modo que siguen bajando a Ecuador, Perú…
Desde hace unas semanas para ingresar a Ecuador les piden 25 dólares de “visado”, así que algunos iban y otros volvían de la frontera Colombia-Ecuador. Los que volvían sobre sus pasos era simplemente por no contar con ese dinero. Compartí charlas con muchos venezolanos: abogados, médicos, ingenieros, adolescentes, ancianos, todos emigrantes. Sobre cada situación se podría escribir innumerables páginas de resiliencia, quizás en otra oportunidad. Sólo me quedo con el sabor de una realidad que cuesta asimilar.
Siguiendo al norte desvío de la panamericana para entrar al eje cafetero, pequeños poblados rodeados de cafetales y casitas de colores. Me entretengo en senderos de montaña solitarios, metidos en una cerrada vegetación. Simplemente magnífico.
Sigo explorando caminos, a veces acertando, otras insultando. Por esos días se comentaba en todo el país que las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) habían vuelto a levantarse, lo que finalmente terminó confirmándose.
El Tramo 4 – Rumbo a Cusco
El Tramo 5 – Llegando a Ecuador por la Panamericana
El Tramo 6 – Ecuador km 4560 a 5845
Éstas suelen hacer un control en medio de algún camino secundario durante algunos minutos y generalmente de noche. Si estás en el lugar equivocado y el momento inoportuno podés terminar demorado o secuestrado, y como supe de algunos casos recientes, decidí no acampar libre y por supuesto evitar pedalear de noche.
Ya saliendo del eje cafetero llegué con las últimas luces a un camping abierto donde estaba de paso un escuadrón del ejército nacional, de modo que dormí entre cajas de municiones y soldados adolescentes que no tenían mayor conocimiento de la lucha que perseguían.
Estuve hasta altas horas de la noche contándoles a estos chicos historias de viajes, sobre Argentina, Messi y explicándoles por qué anteponemos el “che” al comenzar una oración. Como siempre, la curiosidad termina por derribar todas las barreras.
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