Tramo 8 – Medellín y el Caribe.
Bernardo Gassmann nos cuenta su llegada a Medellín y sus días en el Caribe, el punto más al norte de su aventura en bicicleta.
Dejé atrás al Ejército lo más pronto que pude y me metí por un camino que dos días después me conduciría a Medellín, no sin antes pasar la noche en un estadio que me fue abierto por orden del Alcalde del pueblo, con quien luego intercambiamos camisetas de las selecciones respectivas.
Ya estaba entrando a la tierra de los parceros. Me pasé unos días en la casa de un ciclista de Medellín haciendo algún ajuste a la bici, descansando y recorriendo la hermosa ciudad.
El tramo 1 – San Miguel de Tucumán a La Quiaca
El Tramo 2 – El cruce del Salar de Uyuni
El Tramo 3 – En el camino de la Muerte
El Tramo 4 – Rumbo a Cusco
A partir de aquí le apuntaría derecho al Mar Caribe. Tenía dos opciones pavimentadas o una tercera de ripio. La zona por la que pasa este tercer camino es el antiguo territorio de los muchachos de las FARC, al fin cuando me enteré de eso era demasiado tarde para cambiar. Al día de hoy agradezco que así haya sucedido, ya que fueron los paisajes más bonitos y autóctonos que vi, pero sobre todo, donde recibí la mayor hospitalidad.
Por nombrar algunos casos:
La familia en Yolombó que me invitó a su hogar y me llenó de bendiciones. El playero de la estación de servicio en Zaragoza, que junto a la banda de amigos de su pequeño hijo salimos a pedalear por la ciudad y terminé haciendo un service a cada una de sus bicicletas. El hombre que no me permitió armar la carpa en una plaza, pero llamó al pueblo siguiente y allí me estaba esperando el director de la escuela para darme el aula de 4° grado.
O la tienda de bicicletas en Planeta Rica, a la que llegué a las 15hs para comprar un inflador y me fui a las 23hs después de compartir varias cervezas y con la sorpresa de que me tenían reservada la noche en un hotel.
Si cualquiera de estas actitudes no es la fidedigna prueba que las personas son buenas por naturaleza y que hay que confiar más en ellas, no sé qué será. Al fin de cuentas yo no era más que alguien pedaleando sobre una bicicleta cargada. Llevando la bandera de un sueño, viajando para conocer y conocerme.
El Tramo 5 – Llegando a Ecuador por la Panamericana
El Tramo 6 – Ecuador km 4560 a 5845
El Tramo 7 – En Colombia
Creo que eso genera una empatía casi automática y ven que ayudando están siendo parte de mi sueño. Por mi parte, intentaba devolver esos gestos, invitando una comida, haciéndoles reparaciones en sus hogares, hablándole de lo que hay por estos lados. Lo cierto es que haga lo que haga nunca voy a poder siquiera nivelar la balanza.
¿Cómo se paga una botella de agua en el desierto o un “dale que ya lo tenés parcerito”, en plena subida?
Dejando atrás varios días de barro, cruzando ríos y luchando con los mosquitos llegaba al extremo norte de Sudamérica, concretamente metiendo los pies en el agua cálida y transparente del Mar Caribe. Ahora seguiría con el mar a mi izquierda, acampando en hermosas playas pasando por Coveñas, Barú, Cartagena, Barranquillas y Santa Mrta. Aquí dejaría descansar la bici por un tiempo mientras voluntariaba en un hostel y un velero, pero mayormente yendo de la hamaca a la playa.
Esto sería lo más al norte que iba a llegar, ahora emprendería la vuelta a Bogotá. Unos 1000 kilómetros por la ruta del sol, y doy fe que tiene bien ganado su nombre.
Resulta que tenía que llegar a Bogotá en cierta fecha porque me recibirían unos ciclistas, y además tenía el vuelo. De modo que le metí pata, pero al ser tan fuerte el sol, de 11 a 14 hs buscaba una sombra y me echaba a dormir esperando que “amaine”. Todo fantástico hasta que en un día decidí que no pararía. Ese mismo día fue el que me agarró un golpe de calor que me tiró 2 días en una cama volando de fiebre y tomando suero.
Después, bastante débil para darle al pedal, me subí a un bus que acercó los 200 kilómetros que quedaban hasta la Capital. Después de disfrutarla me subí a un avión que me dejó bastante más al sur, en Asunción del Paraguay.
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