La columna de Andrés Verde

Claves del “back tension”

Nota publicada en Revista Aire Libre 46

Un gran golfista dijo alguna vez que si uno analiza el movimiento intuitivo de un principiante para pegarle a la pelota, y ejecuta todo lo contrario a él; probablemente haya armado un correcto swing de golf.

El concepto de tensión de espalda es uno de los pocos puntos de la técnica del tiro con arco que es común a todos los estilos y divisiones. Desde el histórico longbow hasta el más moderno compuesto necesitan, para brindarnos el máximo rendimiento, un apropiado trabajo de la parte posterior del hombro y  la espalda del arquero para el control de la tensada. A eso se refiere entonces, el concepto de “back tensión” o tensión de espalda.

La reacción instintiva de la mayoría de las personas que tensan un arco por primera vez, es hacerlo en base al esfuerzo de sus brazos, y no con sus hombros y espalda. Los seres humanos adultos generalmente estamos acostumbrados a realizar las tareas de coordinación y fuerza de miembro superior con nuestras manos y brazos. No con los hombros o la espalda, que es lo que el tiro eficiente y preciso demanda. Es por esta contradicción natural que en la línea de tiro vemos permanentemente errores técnicos generados por la lucha entre diferentes grupos musculares del miembro superior del arquero.

Básicamente, las razones de dicho conflicto coordinativo son:

1. a) El uso excesivo de la musculatura del brazo y del antebrazo por desconocimiento de la técnica apropiada.
2. b) La intención de hacer tensión de espalda, pero utilizando musculatura y posturas erróneas para lograrlo.

Para evitar estos errores tan comunes y para realizar un apropiado trabajo de espalda y hombro, necesitamos conocer algunas claves:

• Es fundamental saber qué músculos relajar, en lugar de aumentar el esfuerzo de otros. Es prácticamente imposible lograr un apropiado trabajo de espalda si los músculos del brazo están en contracción intensa. El tope muscular activo que generan en el codo, imposibilita el alineamiento que habilita al hombro y espalda a sostener el esfuerzo final de la tensada.
• Los ejes del brazo y antebrazo deben buscar un plano oblicuo en el final de la tensada. Como si el antebrazo se montara sobre el brazo, en lugar de ubicarse paralelos en un plano horizontal (ver fotos comparativas).
• Durante toda la apertura, el codo apenas elevado en relación al eje de la flecha, debe recorrer hacia atrás el mismo trecho que recorre la mano. Esta no puede tener un desplazamiento mayor, porque significaría que brazo y antebrazo están predominando en el esfuerzo, en lugar del hombro y la espalda.
•  Un buen pensamiento para activar la musculatura apropiada para la ejecución del tiro se puede lograr focalizando en la parte posterior del hombro de cuerda, tratando de pasarlo desde el plano del pecho hacia plano de la espalda; en el último tramo de la tensada.
• El suave movimiento de la mano del arco flotando sobre la diana, en el momento previo a la suelta, va a estar determinado por lo que ocurra en el hombro de la cuerda. Por ello debemos confiar en delegar el control a esa zona, aunque resulte contraintuitivo.

Quizás también en arquería podríamos decir, que si observamos la tensada de un principiante y hacemos todo lo contrario al momento de disparar una flecha, probablemente hayamos armado un correcto tiro con arco y flecha.

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