Una cuestión de responsabilidad con el medio ambiente
Ante la baja de los caudales, desde el Centro de Ecología Aplicada de Neuquén, advierten sobre la poca disponibilidad de oxígeno disuelto en el agua para los organismos acuáticos y la importancia de evitar el agotamiento excesivo del pez durante la pesca, para lograr luego una rápida recuperación al momento de su devolución, luego de su captura.
Tras la declaración de Emergencia Hídrica, Social y Productiva que atraviesa la provincia de Neuquén como consecuencia de la escasez de agua que presentan las cuencas hidrográficas y la creación del Comité Alerta Hídrico Ambiental para identificar, evaluar y aportar soluciones a las amenazas sobre el patrimonio hídrico provincial, el próximo comienzo de la temporada de pesca continental patagónica, resulta importante conocer las recomendaciones del Centro de Ecología Aplicada de Neuquén (CEAN), un organismo técnico provincial dependiente de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente, dedicado a realizar estudios e investigaciones aplicados para el aprovechamiento sostenido, la conservación, el control y manejo de la fauna silvestre y su hábitat.
En declaraciones al portal Neuquén al Instante el Jefe del Departamento de Ecología Acuática de la Dirección Ecosistemas Acuáticos del CEAN, el técnico Jorge Kuroda, quien se especializa en el manejo de pesquerías y ecosistemas acuáticos señaló que “al disminuir el caudal de los ríos y aumentar la temperatura ambiental, se incrementa la temperatura del agua, lo que provoca que el oxígeno disuelto en el agua esté menos disponible para los organismos acuáticos”.
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Ante este desolador panorama del ecosistema patagónico, Kuroda advirtió que los pescadores podrían lograr mayor éxito de capturas, ya que al disminuir el caudal es más fácil acceder a ciertos sectores del ambiente y los cardúmenes de peces se concentran en pozones profundos. Pero también que ante la disminución del oxígeno y las altas temperaturas en el agua (mayores a 25°C) los peces generalmente están menos dispuestos a alimentarse y muchas veces no se nota “buen pique”. “Esos peces están más débiles o sensibles por el estrés que están sufriendo y disminuye su capacidad de resistencia a la manipulación por pesca”, explicó Kuroda.
A su vez, durante las jornadas de búsqueda de las presas, los pescadores observarán cambios en el fondo de los ríos por la proliferación de algas y plantas acuáticas y notarán dificultades en la actividad.
“Los peces intentarán buscar refugios y temperaturas de agua adecuadas para continuar su desarrollo y crecimiento. Estarán inactivos para alimentarse y más sensibles a la manipulación por pesca”, señaló el especialista. Y recomendó evitar la pesca durante las últimas horas de la tarde, ya que la temperatura máxima en un cuerpo de agua se da en esas horas y, es en ese momento, cuando el oxígeno disponible disminuye considerablemente.
Asimismo, Kuroda hizó hincapié en la importancia de evitar el agotamiento del pez durante su captura para lograr una rápida recuperación en su devolución. Por otro lado, en aquellos ríos de mediana envergadura donde se permite la práctica de la pesca embarcada, afirmó que ésta puede verse limitada más tempranamente en la temporada por la escasa profundidad y la disminución de la velocidad del agua.
Por otra parte, Kuroda explicó que estas condiciones pueden generar estrés en los organismos acuáticos y si persisten o se agudizan a causa de condiciones de sequía, pueden llegar a producirse mortandades masivas de peces por falta de oxígeno. Incluso destacó, que existen antecedentes en algunos ambientes con aguas cerradas, como los embalses Los Barreales, Mari Menuco y Lagunas de Epulauquen, los cuales no alcanzaron a sustentar la fauna de peces ante temperaturas tórridas de verano y las bajantes extremas.
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Este experto incluso alertó que los pequeños ríos del Norte Neuquino son vulnerables ante estas condiciones. Y recordó, cuando ríos como el Curi Leuvu, llegaron a secarse por completo en la última gran sequía registrada en el año 2017, dejando a la ciudad de Chos Malal sin agua.
Con respecto, al sur y oeste de la provincia, Kuroda explicó que los ambientes cordilleranos como los grandes lagos Aluminé, Huechulafquen, Curruhue, Lolog, Lácar y Nahuel Huapi son ambientes de cabecera de origen glaciario, y que por su gran dimensión y profundidad brindan estabilidad a los ríos que alimentan. Sin embargo, sus efluentes, como los ríos Chimehuín, Malleo, Collon Cura, Caleufu, Limay y otros, suelen verse muy afectados ante estas condiciones. Ocurre que las proliferaciones algales aumentan considerablemente a partir del mes de diciembre, modificando significativamente el lecho de los ríos.
A su vez, a medida que los caudales bajan en el transcurso del verano, estas condiciones se acentúan y acceder a ciertos sectores se hace complicado y riesgoso. Al respecto, el especialista afirmó que “afortunadamente hasta la fecha no hemos recibido noticias de mortandad de peces en estos ambientes”.
Recomendaciones para pescadores:
- Evitar el agotamiento excesivo del pez para lograr una rápida recuperación en su devolución durante su captura.
- Evitar pescar en horas del atardecer en cuerpos de agua que presenten bajo caudal.
- Evitar navegar por cuerpos de agua que presenten bajo caudal.
- Ante eventos de mortandad de peces en cualquier época del año, dar aviso inmediato al Cuerpo de Guardafaunas más cercano o al CEAN.
Contacto: Centro de Ecología Aplicada del Neuquén / RP 61 km 3 – Junín de los Andes – Neuquén / Tel. 02972-41-3956. / cean.acuicultura@gmail.com
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