Los científicos descubren una turbia red de venta por internet
Según un nuevo estudio, más de 1200 especies de arácnidos forman parte de un mercado mundial muy poco regulado.
Al principio, parece como cualquier otro video en el que se abren empaques en YouTube: un joven presenta al espectador una caja sellada, expresa su emoción por lo que podría haber dentro y despega la cinta de embalar.
Pero en vez de sacar un juguete coleccionable o unos zapatos deportivos de marca, saca con cuidado siete tarántulas vivas, acercándose lo suficiente como para mostrar las livianas cerdas de sus patas multiarticuladas.
Las tarántulas eran lo más destacado de una “caja misteriosa” de arañas de venta por correo, una bolsa biológica que se ha convertido en una oferta popular en la próspera economía de los arácnidos, gran parte de la cual existe ahora, convenientemente, en esa telaraña que es internet.
“Puedes comprarte un regalo misterioso de arañas misteriosas”, explica Alice Hughes, bióloga de la Universidad de Hong Kong. “Es como conseguir tu baraja de cartas de Pokémon: es posible que te toque una superrara, o que te toquen un montón de cosas aleatorias”.
En un nuevo artículo, publicado en Communications Biology el jueves, Hughes y sus colegas muestran el comercio, en gran medida no regulado, de criaturas que prefieren acechar en la oscuridad. Su análisis de los anuncios de ventas en línea reveló más de 1200 especies de arañas, escorpiones y otros arácnidos; solo el dos por ciento de ellos están sujetos a las regulaciones del comercio internacional, según informan los investigadores.
“Los arácnidos son objeto de un comercio masivo”, afirma Hughes. “Y parece que pasa completamente desapercibido”.
Muchos organismos del mercado de arácnidos parecen haber sido capturados en la naturaleza en lugar de ser criados en cautiverio, según el estudio, y el impacto ecológico de su recolección sigue siendo desconocido.
“Se extraen sin ton ni son y en grandes cantidades”, afirma Anne Danielson-Francois, aracnóloga y ecologista del comportamiento de la Universidad de Michigan-Dearborn, que no participó en la nueva investigación. Y añadió: “No son un recurso ilimitado”.
Aunque el comercio de especies silvestres es una gran amenaza para la fauna del planeta, la normativa y la atención del público tienden a centrarse principalmente en animales conocidos y carismáticos como los elefantes, los loros y las tortugas marinas.
Sin embargo, según los expertos, existe una gran y creciente demanda de invertebrados, y los arácnidos son mascotas muy populares. Son fáciles de transportar —“Un sobre con arañitas se puede enviar literalmente por correo”, dice Hughes— y muchas especies son relativamente fáciles de cuidar.
“No ladran, no necesitan salir a pasear: puedes instalar un arácnido en un tanque de cinco galones en tu estantería”, dijo Ernest Cooper, un experto independiente en comercio de fauna silvestre en Canadá. “Tienen comportamientos fascinantes. Algunos tienen colores brillantes”.
Para saber más sobre la magnitud del comercio mundial de arácnidos, los autores del nuevo trabajo utilizaron un puñado de términos de búsqueda —“araña”, “escorpión”, “arácnido”— en nueve idiomas para identificar los sitios web que podrían estar vendiendo estos animales.
Después de eliminar las tiendas que vendían excavadoras arañas o artículos de colección del Hombre Araña, extrajeron los datos de los sitios restantes para generar una lista de especies de arácnidos a la venta en línea. (También utilizaron la web Internet Archive para encontrar anuncios históricos de ventas que se remontan a 2002).
En estos sitios, el estudio encontró un total de 1248 especies de arácnidos a la venta actualmente o en el pasado. La lista incluía algunas especies llamativas, como el enorme escorpión del bosque asiático y la tarántula cebra de Costa Rica. Pero también había algunas sorpresas como la araña de patas largas, habitante habitual de los sótanos de Estados Unidos.
“Son literalmente bolas con patas, pequeñas bolas con patas”, explica Caroline Fukushima, investigadora posdoctoral del Museo de Historia Natural de Finlandia y autora del artículo. “No se puede impresionar a alguien con eso”.
En comparación con los masivos anuncios en línea, una base de datos de comercio del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. incluía únicamente 267 especies de arácnidos, según descubrieron los científicos. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por su sigla en inglés) que regula el comercio internacional de diversas especies de plantas y animales, solo tenía 30 especies en su base de datos sobre comercio.
(Cada país puede tener su propia normativa, y las autoridades estadounidenses a veces interceptan arácnidos que llegan sin la documentación adecuada. En una ocasión, Danielson-Francois recibió una caja llena de escorpiones emperador incautados de la cual los funcionarios querían librarse).
El mercado en línea se mueve con rapidez, y las nuevas especies de arácnidos aparecen en las tiendas poco después de ser descritas por primera vez por los científicos. Los investigadores descubrieron que casi 200 de las especies descubiertas desde el año 2000 ya se comercializan y que docenas de ellas están disponibles uno o dos años después de ser descritas por primera vez.
“Esto sugiere que la gente sale al campo, encuentra algo nuevo, recoge un montón y lo pone a la venta en internet”, dijo Danielson-Francois.
También es posible que los coleccionistas compren especies que aún no son conocidas por la ciencia. Hughes y sus colegas identificaron unos 100 tipos de arácnidos que, de manera sistemática, se comercializan como variantes de especies conocidas, como la “tarántula azul de Vietnam”. (“No apto para principiantes”, advierte el sitio Reptile Rapture. “Muy defensivo”). Pero en muchos casos, estas “variantes” en realidad pueden ser nuevas especies distintas, dijeron los científicos.
En otro análisis de los registros de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, los investigadores descubrieron que alrededor de dos tercios de los arácnidos individuales habían sido capturados en la naturaleza. Muchos fueron enviados desde países de los que no se sabe si son nativos, lo que sugiere que pueden haber sido contrabandeados a través de las fronteras nacionales, dijo Hughes.
El estudio tiene limitaciones. No se trata de un inventario exhaustivo de todas las especies de arácnidos disponibles para la compra, y es posible que no todos los anuncios en línea se traduzcan en ventas reales, advirtieron los expertos externos.
Y los efectos ecológicos de este comercio son difíciles de determinar, en parte porque se sabe muy poco sobre los arácnidos. “A menudo no entendemos del todo la distribución de muchas de estas especies, y mucho menos dónde se encuentran, qué necesitan para sobrevivir”, dijo Sarina Jepsen, que dirige el programa de especies en peligro de la Sociedad Xerces para la Conservación de Invertebrados, una organización internacional sin fines de lucro.
Pero muchas especies de arácnidos parecen estar confinadas a pequeñas regiones geográficas; algunas, como las tarántulas, maduran lentamente y tienen una vida larga. “Se puede pensar en ellas como el rinoceronte o el panda del mundo de los arácnidos”, dijo Danielson-Francois. “Es posible que las poblaciones locales se extingan cuando son objeto de la caza furtiva”.
En otro estudio reciente, investigadores de la Universidad de Cornell descubrieron que varias especies de tarántulas en peligro de extinción se vendían por internet.
Proteger a los arácnidos requerirá más de todo, según los expertos: más regulación, más investigación sobre la ecología de los arácnidos y más datos sobre la precisión de las especies que se importan y exportan de países concretos, y en qué cantidades.
“¿Hay especies que deban preocuparnos especialmente?”, se preguntó Cooper. “¿Hay especies que son subastadas en grandes cantidades cada año? Todas las especies no son equivalentes”.
Mientras tanto, los expertos les hacen un llamado a los aficionados de los arácnidos para que, antes de adquirir nuevos ejemplares, de aseguren de saber de dónde proceden los animales y si fueron criados en cautiverio o capturados en la naturaleza.
“Tenemos que pensar, como consumidores finales, cuál es nuestro papel para ayudar a la conservación de estos animales que tanto nos gustan”, dijo Fukushima.
Fuente: The New York Times
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