La situación del Escalandrún
El tiburón que habita el Mar Argentino y que puede medir hasta cinco metros y pesar casi 100 kilos, está en peligro crítico de extinción, según un informe global.
Los tiburones son fundamentales para el correcto funcionamiento de los ecosistemas marinos y, al mismo tiempo, uno de los grupos de vertebrados con mayor peligro de extinción en el planeta. La Fundación Vida Silvestre difundió el informe bienal del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), en el que muestran la velocidad y la escala del impacto negativo que las actividades humanas tienen en la naturaleza a nivel global. Allí, describen que 18 de las 31 especies de tiburones y rayas oceánicas se han reducido un 71% en los últimos cincuenta años.
Y, a nivel local, en el Mar Argentino existen unas 12 especies de grandes tiburones –presentes tanto en las costas, en mar abierto, como en las profundidades– cuya supervivencia está amenazada. Entre ellos, el que mayor riesgo de extinción corre es el escalandrún (Carcharias taurus), un animal que puede medir hasta cinco metros y pesar casi 100 kilos.
Este tipo de tiburón suele moverse de manera solitaria o en pequeños grupos y ocupa los fondos arenosos de la plataforma continental. Además, el escalandrún está presente en el Mar Mediterráneo, el Mar Adriático, el Golfo de México y las costas africanas, entre otras zonas que cumplen con las condiciones para la proliferación de la especie.
Específicamente en el Mar Argentino, habitan tiburones de diferentes tamaños, formas y hábitos. Desde la Fundación Vida Silvestre indican que en la Argentina existen regulaciones puntuales para protegerlos. Estas normas buscan evitar la pesca de arrastre con cualquier especie en aquellas zonas del mar que fueron definidas como “primordiales para el ciclo de vida de los tiburones”, así como establecer medidas y buenas prácticas para los casos de la pesca deportiva. Sin embargo, la falta de controles llevó a varias poblaciones al borde de la extinción.
El escalandrún, conocido como mangona en Brasil y sarda en Uruguay, es una de las especies de tiburones más populares del Mar Argentino, aunque en los últimos 40 años –advierte el informe difundido– su población se redujo un 90%. Entre los principales factores que fomentan su lenta desaparición, están la pesca deportiva y comercial, aunque por supuesto la destrucción del ecosistema en general también contribuye a su extinción.
Mirta García, profesora de la Universidad de La Plata e investigadora del Conicet, explica que los tiburones tienen una fisiología parecida a los mamíferos porque tardan al menos ocho años en alcanzar la madurez sexual y luego su período de gestación es de dos años. Eso genera que no tengan gran capacidad para regenerarse. Además, en el caso del escalandrún, no suelen dar a luz a más de dos crías.
“Se alimentan de peces, aunque puede eventualmente depredar otra especie. Los tiburones en general son depredadores tope, esto quiere decir que cuando faltan, se genera un efecto cascada hacia abajo porque empiezan a florecer otras especies, que a su vez demandan más alimento y así se genera progresivamente un descalabro en todo el ecosistema. Si bien el escalandrún habita otras regiones, la parte sudoccidental del Atlántico es la más crítica en cuanto a la supervivencia de la especie”, detalla García.
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