Una movida por los peces nativos y contra el avance de la carpa voraz
Se intenta aumentar la poblaciones de peces nativos y naturalizados frente a la invasión de la carpa asiática que se volvió plaga. También producirán alimento balanceado de manera sostenible.
El río Negro cuenta a lo largo de sus 635 kilómetros de extensión con un total de 16 especies de peces distintas, entre nativas e introducidas. Desde el último cuarto del siglo XX, el crecimiento desmesurado de las poblaciones del pez carpa por sobre el resto, encendió las alarmas dentro de los organismos estatales y la comunidad científica.
Se trata de una especie exótica y originaria de Asia. Es considerada una gran depredadora por su apetito voraz y su impacto negativo en la cadena biológica de los ecosistemas. Es decir, pone en jaque a la biodiversidad local.
Ahora, organismos estatales y universidades se lanzan a la tarea de aumentar las poblaciones de peces nativos en la cuenca a través de estaciones de acuicultura. También se empezará a desarrollar la producción de alimentos balanceados. El producto a obtener pretende mejorar la producción de pejerrey y trucha de manera sustentable.
Desde la Dirección de Acuicultura de la Provincia de Río Negro, dependiente del Ministerio de Producción y Agroindustria, ya llevan más de 15 años trabajando en el desove, fecundación y siembra de la trucha arcoíris y el pez perca, ambas con una tradición de más de 100 años en los cursos de agua patagónicos.
Aunque recientemente también se llevaron adelante esfuerzos por incrementar los cardúmenes de Pejerrey Patagónico, una especie autóctona del sur del país. “Desde la Piscicultura pretendemos mantener la población del río con especies de truchas, para poder contrarrestar el efecto de la carpa como especie invasora. Si no hubiese existido siembra a lo largo de estos años prácticamente no tendríamos otra especie en el río que no sea la carpa”, comentó a RÍO NEGRO Julio Deflorian, coordinador de Pesca Continental Comercial de la Provincia de Río Negro y uno de los pioneros de la Estación de Piscicultura de Villa Regina.
El objetivo del proyecto es propiciar el repoblamiento de especímenes autóctonos y/o naturalizados. “En Regina se hizo una estación de Piscicultura para incubar los primeros desoves que provienen del río Ñireco de Bariloche. Aquí se incuban huevos de trucha de arcoíris y la trucha marrón”, comentó a RÍO NEGRO Juan Martín Llorens, empresario y actual director de Acuicultura de la Provincia de Río Negro.
La fecundación para que sea exitosa se realiza en grandes tanques. Una vez alcanzado el estadío óptimo se realiza la siembra sobre el río. El lugar escogido es la región del Alto Valle, en el extremo norte de la provincia, debido a la temperatura del agua que resulta propicia para el correcto desarrollo de los alevines. Se realizan cuatro campañas de liberación de forma anual, en las que se convoca a la comunidad y las escuelas, porque el fin del proyecto es educativo.
En un comienzo, el éxito de esta práctica se medía a través del boca a boca de los pescadores, durante la temporada habilitada para la práctica deportiva. Aunque recientemente comenzaron a realizar estudios particulares del estadío de las poblaciones.
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De hecho, en los últimos días se firmó un convenio de monitoreo con la Universidad Nacional del Comahue para llevar adelante controles. El Departamento de Acuicultura del Centro Regional Universitario de Bariloche emprenderá una serie de análisis para conocer a fondo a las especies en interés y ayudar a determinar acciones de pesca.
“La Universidad del Comahue es una institución líder que nos permitirá saber el estado de salud, el lugar ideal para sembrar y los resultados de las liberaciones”, comentó Llorens.
Alimentos
Investigadores de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) y de la Universidad Nacional del Comahue (UNComa) accedieron recientemente a una línea de financiamiento de 15 millones de pesos por parte del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología. Iniciarán una investigación para lograr desarrollar alimento balanceado para peces de la acuicultura con productos locales.
La idea central es producir un alimento para el pejerrey patagónico y la trucha y eso permitiría reducir la importación. “No se puede depender de insumos de afuera, por lo que hay mucho interés del Gobierno en desarrollar este tipo de proyectos”, comentó a RÍO NEGRO Patricio Solimano, coordinador de la investigación y director de la carrera de Ciencias del Ambiente de la UNRN.
Se beneficiarán productores locales de harina de pescado de San Antonio Oeste; los de harinas vegetales de alto valor proteico y harina de huevo y de desechos industriales.
Impacto de las exóticas
El científico de la Universidad Nacional de Río Negro, Patricio Solimano, advirtió que la principal amenaza del río Negro son las especies exóticas. Aunque resulta difícil de determinar cuáles son las especies introducidas y cuáles las autóctonas debido a la falta de investigaciones en el pasado.
El investigador usó de ejemplo al bagre aterciopelado, que es considerado un bioindicador. Según reportes preliminares, este pez nativo se encuentra amenazado y ya resulta difícil de encontrar en el río Negro. Los datos provienen de un primer relevamiento integral del estado ambiental de la cuenca que realizó en 2019.
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