Drea León se cansó de las exigencias del mundo fashion y dejó todo para recorrer el mundo en carpas de lujo
Es influencer glampinera: comparte sus experiencias sobre esta nueva tendencia que propone acampar en medio de la naturaleza sin resignar lujo y comodidad.
Mayo 2023. Empezó escribiendo un blog de moda y compartiendo sus looks en Instagram hasta que, un día, su buen gusto y su contenido de calidad la llevaron a convertirse en embajadora de las marcas internacionales más importantes. Viajar a la Semana de la moda de Nueva York o a los festivales de música más cool -como el Coachella o el Revolve Festival- se transformaron en parte de su rutina.
“Siempre me gustó la moda. Me gustaba darle un toque romántico a mis fotografías de looks y cuidaba mucho la estética y la paleta de colores de mi feed; algo que en ese momento no era tan común. Al ver esto, la marca TRESemmé me contactó y me ofreció viajar a New York para cubrir el backstage del NY Fashion Week. A partir de ahí, no paré”, cuenta Drea León (34) que, de un día para otro, pasó de trabajar en una agencia de comunicación a vincularse con los influencers más tops del planeta.
Sin embargo, con el correr de los años, las pasarelas, el glamour y las excentricidades del mundo fashion fueron perdiendo su encanto y esta licenciada en marketing tomó una drástica decisión: adoptar una vida más ligada a la naturaleza.
“Después de dos años trabajando en la industria de la moda y estando en mi mejor momento (recuerdo que justo estaba grabando un reality para Telefe desde New York), me di cuenta que eso no era para mí. El frenético ritmo de vida, los eventos y la competencia constante de ese ambiente me generaba mucha ansiedad”, cuenta.
Para esta licenciada en Marketing, su carrera profesional cambió radicalmente después de la pandemia. Analizó a qué se quería dedicar y volvió a empezar. Estaba decidida a unir lo que más le gusta: viajar y estar en contacto con la naturaleza
Mudada en la pandemia a Paraguay por el trabajo de su esposo, vio “Africa mía”, la película con Robert Redford y Meryl Streep que ganó el Oscar en 1986. Y supo qué quería hacer: “El filme muestra los primeros glampers estilo safari y una mujer aventurera, pero al mismo tiempo bien lookeada. Al verlo me dije ‘Yo quiero eso’, y empecé a sacarme fotos en una tienda que armé con cuatro palos de madera y una tela”, dice entre risas la uruguaya que se siente argentina y lleva tatuado al país que la vio crecer en su carrera profesional y así nació Glampinera”, cuenta esta experta en la materia que tiene su propio sitio web, donde comparte data, experiencias y consejos súper útiles.
Con más de 30 viajes a sus espaldas, esta joven de 34 años cuenta qué es lo que más la atrapa de este tipo de modalidad que permite disfrutar de una estadía en carpa pero sin perder las comodidades de un hotel cinco estrellas. “Lo que más me gusta es la posibilidad de estar en contacto con la naturaleza y dormir en una tienda de campaña o en un domo en lugares impensables como el Gran Cañón, el desierto o en la inmensidad de la cordillera de Los Andes. Es realmente mágico”, afirma mientras enumera sus mejores trips.
“Es difícil elegir, pero amo el sur de Argentina. El glamping Patagonia Inspira es de mis favoritos porque tiene vistas increíbles a la cordillera y despertar con el lago Nahuel Huapi de frente es algo único. Aunque el año pasado visité Pristine Camp en las salinas grandes de Jujuy y hasta ahora nada supera esa experiencia”, señala indecisa a la hora de quedarse con un solo lugar.
Ya recorrió 10 países de América como influencer de glamping. Viaja sola durante 20 días y después vuelve un mes a su hogar, aunque después de su viaje a inaugurar una tiny house (mini casa) en Bariloche se quedará tres meses en Paraguay “para recuperar la rutina”. “Quiero parar un tiempo así cuando vuelva en la segunda parte del año lo haga con toda la pasión porque todo repercute después en las métricas”, sostiene León, que en su cuenta de Instagram tiene más de 300.000 seguidores y más de 170.000 en TikTok.
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Ahora bien, no todo siempre es color de rosas y Drea lo sabe. “Muchas veces este tipo de lugares están aislados y no siempre hay un host para recibirte. Me pasó de dormir sola en el desierto de Joshua Tree, a donde no sólo tuve que llegar por mi cuenta siguiendo las coordenadas del lugar sino que tampoco hubo nunca nadie para asistirme. Básicamente estaba sola en medio del desierto a cinco kilómetros de la ruta más cercana. Fue una experiencia increíble, pero a veces la soledad en lugares tan remotos da un poco de miedo”, reflexiona esta viajera que, a lo largo de estos meses, ha recolectado un sinfín de anécdotas.
Los factores climáticos impredecibles también le suman adrenalina a esta experiencia; algo que esta joven ha logrado superar exitosamente en más de una oportunidad. “Cuando estás durmiendo en una tienda de campaña o en un domo en medio de la naturaleza te puede pasar de tener que lidiar con una tormenta, con nieve o con mucho calor, dependiendo del lugar en el que estés. Cuando dormí en el Gran Cañón en una bell tent, estuve varias horas encerrada porque había una tormenta muy fuerte y mi carpa se inundó”, recuerda.
Cómo trabaja una influencer de viajes
Pero no todo es color de rosa como influencer de glamping. Por un lado, Drea explica que la “economía es cíclica” y por el otro, el clima y la soledad de este tipo de trabajo la reta en cada viaje.
“Hay muy buenos meses en que podés cobrar 4.000 euros, pero en los proximos no cerras con ninguna marca”, dice sobre los vaivenes salariales. Ante eso, explica que muchos influencers invierten en microemprendimientos tipo cápsulas y colaboraciones, para diversificar el trabajo.
Antes de meterse de lleno con su proyecto analizó el mercado. Vio quienes eran influencers de glamping, las marcas con las que colaboraban, estudió el target y el público objetivo, y armó un plan de marketing. Después buscó su propio diferencial y tercero hizo algo que le apasiona: “Ese es el motor que te permite crear”.
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Elige qué lugares recorrer y les envía una propuesta laboral con sus servicios a las marcas. Incluyó la cocina “porque las marcas de alimentos son las que más pagan”. Aunque reconoce que hace “viajes rentables y otros que van a pérdida”. Sin embargo, siempre ve que hay ganancia en las redes, por ejemplo al crecer en seguidores, pese a que no sea crecimiento económico.
También habla del lado B, la parte difícil, dice, de su trabajo: el clima. “Un glamping no tiene las comodidades de un hotel. Se tiene frío a menos 10 grados en Ushuaia en un domo, pero también es complejo estar con 40 grados armando una tienda”, reconoce. La clave para ella es adaptarse. Si hace calor ir a algún río cercano y si hace frío ponerse alarma para echar leña al fuego cada dos horas.
Aunque no piensa en los peligros, su entorno se lo hace saber. Días atrás estuvo en una casa flotante en un río en la selva brasileña en compañía de una radio que solo le hablaba en portugués. Gente cercana le ha llegado a decir que podían pasar piratas por el lugar y así los miedos ajenos se vuelven propios.
Seguí todos sus viajes y consejos en @bydrealeon y en glampinera.com
Con información de Clarin y SomosOhlala
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