Alrededor de 650 mil personas practican tiro deportivo en nuestro país
Equivale nada menos que al 1,4% de nuestra población total. El dato surge de la primera encuesta nacional realizada por la Consultora Julio Aurelio (Aresco) y encargada por AICACYP, la Cámara de la Industria del Aire Libre.
6 de junio de 2023. Los Tiros Federales nacieron en Argentina a mediados del siglo XIX, inspirados por inmigrantes suizos, franceses e italianos, tradicionalmente amantes de las armas, la caza y el tiro deportivo. No obstante, existen indicios que ya en la época de la Colonia había certámenes de tiro entre la milicia. El primer polígono se fundó en Colonia San José, Entre Ríos, en 1859, bajo el nombre de “Tiro Suizo de la Colonia San José”. Se trata del club de tiro decano en Sudamérica y en cuya entrada puede leerse aún hoy: “Aquí se aprende a defender a la Patria”.
Cada Gobierno, le dio a la práctica de tiro su propia impronta, en cuanto al acceso a las armas por parte de la población civil. Con el tiempo, las restricciones se hicieron cada vez más duras. Y deportivamente, el tiro también dejó de ser amparado como en sus épocas de gloria. Sin embargo, no dejaron de formarse campeones. La Argentina participó en tiro deportivo en todos los Juegos Olímpicos.
Tiros Federales, Historia Argentina. Una nota del libro del 80° Aniversario de AICACYP
Esta disciplina que tiene una rica historia con destacados tiradores necesitaba ser dimensionada. Por ello en un esfuerzo que sin dudas será muy valorado por el sector, AICACYP decidió encarar un relevamiento destinado a medir la participación de la ciudadanía en esta actividad.
Así, se encargó a la prestigiosa consultora de opinión pública Julio F. Aurelio (Aresco SA), un estudio que evaluara seriamente y por primera vez, las actividades que realizan los argentinos al aire libre, entre ellas el tiro deportivo de la cual presentamos los resultados más significativos.
- El tiro deportivo aparece como una actividad que se realiza tradicionalmente y desde hace mucho tiempo: el 50% de los entrevistados lo practica desde hace más de 10 años. Por otro lado un 20,6% manifestó haberse iniciado en el último año, lo que sin lugar a dudas constituye un dato alentador para la actividad.
- En materia de disciplinas de tiro, la más practicada es la que se realiza con arma corta con el 42% de los entrevistados y probablemente con un porcentaje adicional a partir de los que manifestaron practicar todas las disciplinas.
- En cuanto a la frecuencia, es una actividad de práctica más que habitual. Solamente el 8,8% de los entrevistados manifestó realizarlo una sola vez al año.
- La encuesta marca una fuerte tendencia en materia de motivaciones para la práctica del tiro deportivo. La mayoría lo hace por esparcimiento, un 79,5% en forma exclusiva y un 8,9% alternándolo con competencias.
- Que solamente el 26,5% sea asociado a una entidad de tiro es un dato preocupante para la salud de las entidades, en general civiles y sin fines de lucro, que sin apoyo se les complica el funcionamiento. Hay margen para afiliar. Hagámoslo.
- Más allá de que el tiro es un deporte esencialmente individual, los entrevistados manifestaron realizarlo mayormente con amigos y familia en más del 75%.
- A pesar de que los entrevistados consideraron a esta actividad como “cara” o “muy cara” según se podrá observar más adelante el 44,1% de los encuestados adquirió estos productos en el último año. Un porcentaje equivalente a más de 300 mil personas que en un 88,5% de los casos adquirieron estos productos en comercios de proximidad.
Y aunque una significativa mayoría consideró que los precios de esos productos eran entre caros y muy caros, tal como se observa en el siguiente gráfico, decide seguir en la actividad. Sin dudas, un dato no menor.
Ficha técnica del estudio
- Encuesta cuantitativa: Sistema ARESCO online – www.aresco.com
- Ámbito geográfico: Total país
- Universo: Población mayor de 15 años residentes en el país
- Muestra: 4000 casos
- Error estadístico global: +/- 1.58% Nivel de confianza: 95.45%
- Instrumento de recolección de datos: Cuestionario estructurado autoadministrado
- Diseño muestral: Probabilístico con selección de la unidad final al azar simple
- Fecha de realización: Diciembre de 2022
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Impactos: 359
Mario A. Boglione
¡Lástima grande que no haya estadísticas de los años 50 y 60! En esos años, si bien había menos especialidades de tiro que ahora, ¡LOS POLÍGONOS EXPLOTABAN DE TIRADORES LOS FINES DE SEMANA!
No hablo de los años anteriores porque no los conocí en esos años, pero en los 50 y en los 60 era así.
Había que hacer cola para poder tirar con Mauser, era muy barato y era un DEPORTE POPULAR .Incluso se publicaban los resultados de los campeonatos en los distintos Diarios de la época.
Después, en los 70 la cosa cambió. La Guerrilla empezó a asaltar las armería de los Polígonos para hacerse de armas, las FFAA dejaron de facilitar personal para atender las lineas de tiro y retiraron los Mauser a la seguridad de los Cuarteles, y la Actividad decayó.
Recién en los 80, con la apertura de las importaciones de armas se volvió a ver actividad, ESPECIALMENTE POR LA ENTRADA DE ARMAS CORTAS Y LARGAS EN CALIBRES DE CAZA MAYOR, Y se empezaron a practicar OTRAS ESPECIALIDADES, como el F.B.I. (Tiro defensivo). Pero nunca se volvió a ver 20 o 30 líneas de Fusil Mauser con gente haciendo cola para poder tirar. Ni volvieron los soldados a ayudar en los polígonos.
O a las Escuelas llevando a sus alumnos para Rendir las Condiciones de Tiro . . .
MANUEL ORUE
¡Sí, señor! lo que ud. detalla es totalmente veraz. Aún permanece en mi memoria (cercano a cumplir mis 74) con mucho cariño cuando los entonces menores de edad (menos de 21 años) íbamos al tiro federal más próximo a disfrutar de las prácticas de tiro con el inefable máuser. Cómo los mal llamados “viejos” nos cuidaban atentos para asistirnos en el conocimiento, uso y mantenimiento del armas, o cuando nos mandábamos alguna “macanita” o enseñarnos tal o cual manera de mejorar la precisión. Además de la emoción cuando en las líneas de 150 metros y 300 metros aparecía después de la marca la bandera argentina. Viví en Punta Alta hasta los cincuenta y recuerdo que luego de cumplir los 18 me hice socio del Tiro y como ya trabajaba por las mañanas en la BNPB (maestro de conscriptos de I.M.) iba al polígono en bicicleta sábados y domingos. Con unas monedas tiraba unos 80 tiros a lo largo de varias horas cumpliendo con las indicaciones de rigor (por la seguridad mía, del arma y de los demás). El predio estaba en ese entonces (creo sigue estando aunque ya no funciona como tal) lejos de la ciudad, a unos 6 km. por la ruta que va a Bahía Blanca muy cerquita del cruce a la Villa del Mar y enfrente del cementerio militar. Eran unas 25 hectáreas delimitadas con los alambrados de unas chacras vecinas, la mina de arena de los Sandrini y totalmente cercado por tamariscos con varias canchas de rugby, fútbol, el sector de tiro al plato y la zona de caballerizas. Allí jugué varios partidos de rugby en el equipo de 4ta. de Puerto Belgrano, aprendí a andar a caballo y hasta manejar un viejo jeep IKA del ejército. Por lógica consecuencia, también me hice socio del Club de Cazadores Diana, en el cual practiqué con mis dos primeras armas adquiridas, una escopetita Centauro del 36 (rifle 12 mm.) y una carabina Diana .22. Aún conservo ambas. En él los “grandes” me enseñaron cosas fundamentales de la caza. A respetar las fechas de las temporadas, ir siempre con el permiso del dueño del campo y el carnet de socio adjuntando el permiso de casa federado, la seguridad y dos cosas fundamentales al menos para mí. Estar siempre en regla con las normas legales y particulares de la modalidad y que todo cazador ante todo es conservacionista de la naturaleza. Guardo todavía (ya medio viejitas) ejemplares de las revistas “Armas y tiro” – “Diana” – “orbea” – la colección de “Aire y Sol” encuadernada – las españolas Armas y por supuesto “Magnum” hasta hace unos años que por mi edad y la situación económica dejé. Me entristece mucho y lamento profundamente la concepción actual de la sociedad respecto a la posesión de armas, y me alarma que la misma esté abonada e incentivada por personas que se desempeñan en la función pública. Se olvidan de una premisa fundamental, que las armas tal como se fabrican sólo son elementos inanimados que se transforman en herramientas cuando están en manos de un ser humano, quien dispone la intención de su uso y a quién va dirigido. Por lo tanto, como cualquier objeto cuya utilización depende de quién lo posee, éste debe ser educado e instruido perfecta y claramente en todas las alternativas que de su manejo apropiado o inapropiado resulten, específicamente en las consecuencias que ello acarree, partiendo como condición fundamental del respeto y el honor ¿verdad?