Hallaron muestras en los intestinos de pejerreyes y róbalos de la ría de San Antonio Oeste
Son dos especies que se pescan a nivel comercial y se consumen habitualmente. Un estudio realizado por una bióloga alertó sobre el tema.
1 de agosto de 2023. Un estudio realizado por una bióloga marina local descubrió que los róbalos y pejerreyes de la ría de San Antonio Oeste poseen microplásticos en su contenido estomacal. El hallazgo de esta contaminación es preocupante porque se trata de dos variedades de peces que se comercializan, y son consumidos de manera habitual por vecinos y turistas tras su captura costera.
Hasta ahora, sin embargo, no se determinó si estas especies también poseen plásticos en sus fibras, que es la parte que se come cuándo se los pesca, porque las vísceras (en las que hasta ahora se encontró el desecho) suelen eliminarse antes de ingerirlos.
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Analizar esos tejidos es el paso que resta para seguir indagando sobre esta afectación. Aunque que los peces posean plásticos en su organismo ya es un indicador muy grave. “Si está en el estómago, es muy probable que el plástico esté en la carne que consumimos” adelantó Shirley Mendoza, la licenciada en biología marina que realizó la investigación.
Pero… ¿Cómo podría afectar ese plástico a las personas, si llegara a determinarse que también está presente en los tejidos de estos peces?
“Hasta ahora, a nivel mundial, hay pocas investigaciones sobre el tema, porque esta contaminación se está estudiando recién hace 3 o 4 años -explicó la bióloga- Lo cierto es que las personas podemos inhalar o consumir los microplásticos, y por lo que se estudió provocan problemas gastrointestinales y reproductivos, cáncer y abortos en embarazadas. También se detectaron trastornos a nivel hormonal, y se presume que las mujeres se verían más perjudicadas que los varones” detalló.
Con respecto a los peces, el análisis de las consecuencias provocadas por esta contaminación es más preciso.
“Se determinó que los peces pueden experimentar una falsa saciedad, y ese impulso de alimentación disminuido puede ocasionar la muerte por inanición. O que no alcancen una talla comercial (el tamaño requerido para la venta). También puede afectar su función motora debido a lesiones internas, o pueden desarrollar tumores” dijo la experta.
El hallazgo demuestra además que la contaminación plástica es un problema instalado en ese brazo de mar sanantoniense. E incluso determina el alcance que tendría, porque los dos peces estudiados tienen comportamientos diferentes. Uno de ellos, el pejerrey, tiene hábitos alimenticios costeros, mientras que el róbalo come en el fondo marino.
Contaminando el paraíso con nuestros cepillos de dientes.
“Eso significa que los plásticos están contaminando tanto la costa como las profundidades de la ría, y también nos habla de los distintos tipos que están disponibles. En la orilla están los de menor densidad, que flotan, y en el interior los más pesados, que se precipitan. Así que puede inferirse que no sólo es grande el alcance de la contaminación, sino que hay diferentes tipos de desechos afectando la ría” detalló Mendoza.
También falta averiguar qué pasa con esta polución en el resto del Golfo San Matías. Aunque el agua que ingresa a la ría sanantoniense proviene de allí.
Con respecto al tipo de plástico que se encontró en el estómago de los peces, un 88% está compuesto de hebras, y un 12% de fragmentos.
“Las hebras provienen de restos de redes de pesca, que terminan en el mar porque los barcos las pierden o las abandonan en la costa” explicó la mujer.
“En realidad, en las playas de San Antonio los desechos pesqueros son la principal fuente de contaminación plástica. Desde redes hasta cabos (trenzados de hilos plásticos), cajones enteros o restos, y botellas con cabos atados que se utilizan como boyas” enumeró.
Lamentablemente, remediar esa contaminación es imposible. Sólo resta establecer medidas para evitar que el fenómeno siga creciendo.
Por Vanesa Miyar – Diario RIO NEGRO
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