El verano de “No hay plata“
En los auto campings de Pinamar y Necochea, este año la mayoría de los acampantes son nuevos. Son los que antes llegaban a alquilar el departamentito”, cuentan en uno de ellos.
Por Guillermo Villarreal y Malena Nazareth Martos – Clarin
22/01/2024. Rafael observa el predio de las parcelas destinadas a las carpas, raleado, cuenta los espacios que este año no ocuparon los motorhome, y deduce: “Hoy es 20 de febrero”. Pero es enero, y esa comparación con los días de final de temporada, resulta la mejor manera de contar la baja de veraneantes este año en el camping, que además es testigo de un fenómeno de los días de la economía de shock: “7 de cada 10 turistas que recibí nunca antes habían acampado“.
Lo hicieron este 2024 obligados por la economía. Primero, como en otros años, pidieron valores de departamentos “y como nos pedían cualquier cosa pensamos en un buscar camping”, coinciden en su relato los nuevos acampantes, quienes nomás al llegar se topan con las primeras dificultades: orientar en el terreno la carpa recién comprada, armarla, estirar bien el sobre techo y cavar una zanja para canalizar el agua en caso de lluvia, y otros tips que enseguida van incorporando.
“Ni idea, no sabemos ni cómo armar una carpa, pero ahí está”, celebra el puntano Juan Castro señalando su flamante iglú para 6 personas. Con su esposa Malvina Díaz y sus hijos Alejo y Luciana, llegaron desde Concarán, San Luis, por 5 noches.
¿Sabías que el 10,1% de los argentinos se va de camping?
Los acompañan sus amigos Mauro y Rosario, padres de Luciana y Belén, de Villa Mercedes, quienes también estrenan carpa. “La verdad que no lo teníamos pensado, pero es más barato. Preguntamos por departamentos, pero este año estaba carísimo”, cuenta mientras alimenta la heladerita para ir a la playa, del otro lado del médano en el camping Miguel Lillo de Necochea.
Rafael Mugica Lázaro, concesionario del camping que es un verdadero club de playa, como lo define, atraviesa una de las temporadas más difíciles que recuerde en dos décadas. “Ni siquiera la de la pandemia fue así, aún con los protocolos y todo lo que se obligaba a hacer en esos días, tuvimos más gente. Nunca tuvimos el camping en estas condiciones”. Dice que el año pasado el 80% de los clientes llegaron en casilla rodante, el 20% restante con carpas: “Este año es al revés”.
Da otros ejemplos: de 15 motorhome que recibe cada fin de año, esta vez llegaron 2; todos los eneros, para ingresar al camping se forman colas en el acceso. “Al tiempo que van desocupándose las parcelas, van generándose los ingresos. Hoy no pasa nada de eso, de hecho, estamos un 40% abajo“, relata.
Otro dato que al concesionario lo sorprendió: “Una de las razones de la baja es el aumento del precio de los combustibles. Sólo para mover un motorhome se necesitan unos 200 mil pesos, creí que la gente entonces apostaría por quedarse más días, emprender el viaje, y quedarse más tiempo. Pero no. Todo lo contrario: pasamos de un promedio de 7,8 días a uno de 2,5 días, muy bajo y estable”.
Esta vez Eduardo Nieto y su esposa Eliana, con sus hijos Facundo y Lourdes, vinieron a pasar unos días de vacaciones con sus amigos José Ansín y Marta Guido. Llegaron desde Las Heras, Santa Cruz, por 9 días, y ya saben que no gastarán para regresar con la misma suma de combustible. La decisión de acampar la tomaron cuando calcularon cuánto les saldría alojarse en una casa o departamento.
“Se nos iba mucho y él -por Ansín- averiguó por el camping y no lo dudamos. Es mucho más barato y lo mejor es que nos encantó. Nunca habíamos acampado y ya sabemos que vamos a volver“, explica Eduardo. En promedio, les pedían 50 mil pesos por un departamento; en el camping pagan por día 4.500 pesos cada uno.
Para Gastón Yedro y su esposa Aurora Morel, de Capital Federal, “las vacaciones no se negocian”, y junto a sus hijas Agustina y Francesca, y Ruso, su mimado bulldog francés, este año llegaron con su casilla rodante a Necochea. Tienen gran experiencia en campings, incluso conocen los de Santa Catarina, Brasil, periplo que quedó para unas próximas vacaciones.
En otras localidades de la Costa Atlántica, el panorama no es muy diferente. Diego Sifón vacaciona en el camping Saint Tropez de Pinamar con su familia: son cinco en total, viajan en un auto con casa rodante, son de San Justo. “Como nos dijo nuestro presidente, no hay plata“, sintetiza.
“No podemos hacer los viajes que estamos acostumbrados a hacer nosotros, que son largos, a lo mejor de 5 mil kilómetros. Y los costos se nos escapan. Entonces decidimos hacer algo más estable acá, nos quedaremos 5 ó 6 días. Luego pensamos hacer 5 ó 6 días en Miramar y ya pegar la vuelta. Todos los veranos nos vamos por todos lados, pero este van a ser dos destinos“.
Mirá también: El Camping, entre la audacia y el confort. Una nota publicada en el libro del 80 aniversario de AICACYP
El propietario del Saint Tropez, Jorge Carpintero, camping ubicado a diez calles del centro comercial y a una de la playa, cuenta que entre semana trabajan a un 50%, y que el número crece los fines de semana. La temporada pasada el promedio era del 80% de ocupación y los fines de semana el camping se llenaba: esto no ocurre hoy. Aquí también se redujo la demanda, de 4 ó 5 días, “no llega a 7”, dice.
“Pago 12.000 pesos por día. Me parece razonable, porque aparte yo solo no puedo ir a un departamento porque es imposible. Vengo desde hace cinco años a este camping. A comparación de otras veces, veo poca gente. Esto normalmente está lleno, está bien que estamos a mitad de semana. Pero en la playa misma se nota que hay menos gente. La crisis ha pegado y se complicó todo de un momento a otro. Además la nafta… ahora yo vine con un precio y me voy con otro precio. Pero bueno, eso estaba más o menos previsto”, relata.
El auto camping Ostende, con 160 parcelas, tiene 30% de ocupación. Sólo un 10% de esos son clientes “habituales”, el resto son nuevos.
“La ocupación ahora está en un 30% cuando debería estar ya en el 60% o 70% como para llegar a la segunda quincena y estar completos. No creo que sea una mala temporada, pero tampoco creo que sea una temporada que vos digas guau. Tengo mucha cantidad de clientes nuevos y se deben a la situación económica, son los que llegaban a alquilar el departamentito, pero no este año”, contaron desde la administración.
CLARIN
Impactos: 74