133 países acordaron proteger y restaurar todos los hábitats de especies migratorias para 2032
- Con el objetivo de hacer frente a la crisis de biodiversidad, los países han acordado durante la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (COP14) una hoja de ruta con seis objetivos y 23 metas para la próxima década.
20 de febrero de 2024. Durante seis días, en Samarcanda (Uzbekistán) se ha celebrado un evento que ha pasado desapercibido. Se trata de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), conocida como COP14 que concluyó este sábado con un plan estratégico para la conservación de la biodiversidad de aquí a 2032.
Con el lema La naturaleza no conoce fronteras, la reunión ha permitido que los 133 países participantes hayan llegado a un acuerdo para abordar algunas de las amenazas a las especies migratorias que hasta ahora no se contemplaban en el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, adoptado en 2022. Amenazas como la minería submarina, los plásticos, la contaminación lumínica y el ruido marino producido por prácticas militares.
De la discusión entre las Partes, ha surgido una hoja de ruta con seis objetivos y 23 metas, entre las que destaca que, para 2032, todos los hábitats de las especies migratorias estén protegidos, conservados, gestionados y restaurados. Esta decisión se ha tomado en línea con el exhaustivo informe que la CMS publicó el día de inicio de la cumbre, en el que señalaba que las dos mayores amenazas son la sobreexplotación y la pérdida de hábitat debido a la actividad humana. El informe apuntó a que tres de cada cuatro especies incluidas en las listas se ven afectadas por la pérdida, degradación y fragmentación del hábitat, y siete de cada diez, por la sobreexplotación, incluidas las capturas intencionadas y accidentales.
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A pesar de ello, cerca de la mitad (51%) de la zonas identificadas como importantes para las especies migratorias “no tienen un estado de protección“, y el 58% de los sitios monitoreados experimentan “niveles insostenibles de presión causada por el ser humano”, señaló el informe de apertura.
El escalandrún
Quienes luchan por la conservación global de las especies consideran que se ha obtenido un importante logro: el tiburón escalandrún, una especie emblemática de los mares de Sudamérica y en grave peligro de extinción, fue reconocido como especie migratoria en la 14ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre Especies Migratorias de Animales Silvestres (COP14 de la CMS, por sus siglas en inglés), marcando un hito significativo para la protección de estos depredadores marinos.
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Los tiburones, al igual que los grandes predadores terrestres, desempeñan un papel crucial en la salud de los ecosistemas marinos al mantener su estabilidad, regular las poblaciones de presas y preservar la biodiversidad. Sin embargo, a pesar de su importancia, estos magníficos depredadores se encuentran entre los grupos de vertebrados más amenazados del planeta.
En el vasto territorio del Mar Argentino, aproximadamente unas 12 especies de grandes tiburones prosperan en una variedad de hábitats, desde las costas hasta las profundidades del mar abierto. Estos viajeros incansables recorren grandes distancias e incluso migran a aguas internacionales. Todas ellas comparten una característica preocupante: su baja tasa reproductiva. Por lo tanto, un aumento en su mortalidad puede tener consecuencias devastadoras para sus poblaciones. En este contexto, el estado de conservación del escalandrún es crítico.
Pero el problema no es solamente de esta región del mundo, ya que la población global del tiburón escalandrún (Carcharias taurus) enfrenta una situación alarmante, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), clasificada como en peligro crítico de extinción. Esta especie migratoria sufre una presión pesquera intensa en su área de distribución, ya que es capturada tanto de manera selectiva como incidental en pesquerías artesanales, recreativas e industriales. Se estima que en los últimos 74 años su población ha disminuido en un preocupante 80%. Además, su hábitat costero también está en riesgo debido a la pérdida y degradación de estos ambientes.
Países como Estados Unidos, Sudáfrica, Argentina, Brasil y Australia cuentan con protecciones específicas para esta especie, pero más allá de los países mencionados, su protección es limitada. Por lo tanto, su incorporación como especie migratoria es esencial para ayudar a garantizar que los esfuerzos de conservación permitan la recuperación en toda su área de distribución.
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