Les Stroud – “Es fácil perderse, pero es mucho más fácil evitarlo”
Este canadiense de 46 años, es el autor, guionista, productor, musicalizador, cameraman y presentador de la serie Survivorman. Experto en supervivencia, cineasta y músico, luego de una corta carrera en el mundo de la música y detrás del escenario, Stroud se convirtió en guía full-time de naturaleza silvestre, instructor de supervivencia y músico de sesión. Hoy vive en Huntsville, Ontario. Produce programas de TV para Outdoor Life Network, Discovery Channel, The Science Channel, and YTV. Sus consejos, impartidos a través de todos estos programas, han sido citados por mucha gente como la información valiosa que les permitió salir airosos en momentos difíciles. Hoy y gracias a la gentileza de la revista Outdoor Canadá, nos cuenta lo fácil que es no perderse en terreno desconocido.
Años atrás, mucho antes de que construyera el primer refugio de supervivencia, hiciera fuego con 2 palitos o supiera qué se puede comer del menú “naturaleza silvestre”, escuché estupefacto la dramática experiencia de mi primo quien se perdió en una caminata por el Glacier Country, en la región de Montana. “Caminé algunos pasos para poder hacer mis necesidades” me dijo. Tres días después, totalmente agotado y embarrado, mi primo abandonó el monte. Así es como perderse suele ocurrir, habitualmente no es producto de un suceso extraordinario sino de un descuido. Generalmente ocurre durante un hecho tan simple y mundano como ir a hacer pis.
Imaginemos la escena: te encontrás a gusto en el bosque, disfrutando del entorno y entre otras cosas pensás que cuando tengas ganas de ir al baño, elegirás el lugar y prestarás atención respecto de su ubicación pero…ahh, mirá que linda ardilla vino a visitarte. Opaa…excremento de alce y todavía humeante! Hummm, esas no son huellas de oso? Finalmente hiciste lo tuyo y es momento de volver.
A la vuelta, a pesar de tu intención de recordar el trayecto, no te acordás si tenías que trepar por sobre el tronco o pasar debajo del árbol con marcas de pájaro carpintero. Entonces, extrañamente a lo imaginado, la vuelta comienza a llevar más tiempo de lo esperado, aún así todavía no pensás que tuviste distracciones y que no le prestaste demasiada atención al trecho recorrido. Además, estás bastante seguro que reencontrarás el camino detrás de esa pequeña lomada. O quizás de la siguiente. Qué gracioso, no te podés acordar de la gran roca que ahora enfrentás. La tranquilidad comienza a abandonarte. Comenzás a acelerar el paso. Todavía no te atrapó el pánico. Te sentís confundido y un poco estúpido, sensaciones poco agradables que quisieras terminen lo antes posible.
En el momento en que el tiempo de esta situación pasa de 15 a 45 minutos, comenzás a sentir que el pánico se apresa de vos. ¿Qué hacer entonces? ¿Correr, poniendo más distancia entre dónde estás y donde deberías estar? Ese es el momento en el que sentimos como si un monstruo se encontrara detrás nuestro, acechándonos, persiguiéndonos a través del bosque. Sí, de alguna manera, pasada la hora, se produce un sentimiento abrumador y también la certeza de que estamos perdidos.
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La realidad es que casi todas las emergencias ocurridas en entornos naturales pueden ser evitadas con la preparación adecuada. Si uno pudiera rebobinar los hechos y revisar cada uno de los errores cometidos, veríamos con claridad lo que no debe volver a repetirse o, puesto de otra manera, notaríamos qué debemos corregir.
Por lo tanto, sugiero:
- Familiarizarse con el área, estudiando los mapas de la zona, antes de iniciar el viaje.
- Decirle a alguien adónde vas y cuánto imaginás demorar, aunque sólo sea para orinar.
- Llevar encima un mínimo kit de supervivencia…por las dudas.
- Mientras caminás, tratá de familiarizarte con el entorno para recordarlo a la vuelta y no cometer errores de orientación.
- Prestá mucha atención al sol y tratá de mantenerlo siempre sobre tu mismo perfil, caminando en línea recta.(1)
- Si podés, dejá huellas por donde pasás – haciendo el menor daño posible a la naturaleza –. Cruces en la tierra, un grupito de piedras, pueden ayudar a encontrar el camino de vuelta.(2)
- Cuando creas estar en problemas, disminuí el ritmo y mantené la calma, con el fin de volver a orientarte y encontrar la salida.
Las experiencias del autor de la nota, Carlos Nesci
(1) Cazando en el monte paraguayo, un día decidí no ir con el resto e intentar salir solo para abatir algunas charatas o pavas de monte, como suelen llamarlas. Al rato de avanzar vi en menos de 100 m, 2 terneros moribundos picados por yararás. El tema no me gustó nada y decidí emprender la retirada. De no reparar que tenía el sol sobre el hombro derecho – haber caminado en línea más o menos recta – y volver con el sol sobre el hombro izquierdo, no dudo que la adrenalina me habría complicado muchísimo la vuelta.
(2) Caía el sol en Santa Isabel, La Pampa. Íbamos 4 cazadores en una chata rumbo a los lejanos apostaderos. El enlace entre el camino por el que nos desplazábamos con el que nos llevaría a destino era precario y prácticamente invisible de noche. De pronto, Faveco, un empresario publicitario y periodista brasilero – con mucho campo! – que estaba en la caja de la pick-up, pegó un grito para que nos detuviéramos. Se bajó y levantó un envase de aceite, tirado al borde del camino. Todos pensamos que lo hacía para aliviar la polución sobre el planeta pero nos equivocamos. De no ser por el bidoncito de Helix, esa noche no hubiéramos encontrado el camino de regreso a casa.
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