Pesca Deportiva en el exterior en el relato del Ex-Puma Juan Dumas
Muchas y cuidadosas averiguaciones tuvieron lugar hasta decidirnos por nuestro destino en Islandia donde iríamos a pescar salmón del atlántico, quizás el pescado más elegante de agua dulce.
El río Vividalsá fue el elegido, en el norte de ese país, por varios motivos. Un río de tamaño mediano al que se le agregaba un pequeño tributario que permitía la pesca a pez visto. Algo inusual en la pesca de esta especie.
El grupo de ocho fue confluyendo en Reykjavik por distintas vías y con poca originalidad asaltamos la mejor casa de pesca con mosca de la ciudad sin piedad alguna.
A todos nos interesaba, más allá de la pesca, conocer lo que pudiésemos de este país del cual sabíamos poco. De modo que hubo un agregado de turismo que resultó una parte importante del viaje.
Reykjavik es una ciudad extremadamente prolija, con construcciones bajas y coloridas que recuerdan a Ushuaia antes que se transformase en lo que es hoy. Es verdad que encontramos todo en su mejor momento ya que los inviernos son largos y oscuros. Ahora, por el contrario, nunca oscurecía, la temperatura era amable y predominaba lo verde en los diversos paisajes que recorrimos.
Islandia tiene una población total de 300,000 habitantes (algo así como San Isidro) y ostenta un nivel de vida envidiable. Un país que tuvo su seria crisis económica pero de la cual ha salido en buenas condiciones.
Tras visitar Reykjavik emprendimos un tour en un vehículo sorprendente!!. Tal era su tamaño y potencia (al que se le agregaba un tráiler con nuestro equipaje) que requería de más de un escalón para subirse al mismo. Para dar una idea de la inusual de nuestro super-jeep, fuimos fotografiados infinidad de veces por turistas sorprendidos.
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Así fue que recorrimos primero parte del sur de Islandia para, al día siguiente, dirigirnos hacia el lodge en el norte pasando por la parte céntrica del país. El centro de Islandia, más elevado, tiene un paisaje más rocoso poblado de volcanes y glaciares.
Una característica que llama la atención de Islandia es la intensa actividad subterránea que se manifiesta de distintas maneras: grandes cataratas que salen de la tierra, aguas calientes (100º) que emergen de manera constante y son aprovechadas en los centros urbanos como fuente de calor y energía, doscientos volcanes en actividad, geysers que eyectan agua hirviendo a 20 o 30 mts de altura con una periodicidad de pocos minutos.
La producción ganadera se limita fundamentalmente a la producción de caballos muy particulares. Son pequeños y tienen un andar especial por lo que son muy demandados y son una fuente de exportación importante.
Y llegamos al lodge donde fuimos recibidos por nuestros guías que habrían de soportarnos durante una semana. Acomodamos rápidamente las cosas y salimos a hacer nuestras primeras armas.
El régimen era militar, pero más divertido. Despertador a las 7 am y salida a pescar a las 8 am. Vuelta a almorzar a la 1 pm y nueva salida a las 4 pm para volver a las 10 pm. Es decir, once horas de pesca por día. “Al que le guste el durazno……….”.
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La pesca resultó muy interesante ya que el salmón es propenso a tomar la mosca en la superficie lo cual era bien entretenido. Tomamos contacto con la “hitch flies” que son unas muy pequeñas moscas de tubo diseñadas de tal manera que vienen arrastradas de costado por el leader lo cual hace que se desplacen en la superficie. Esto, nadie sabe bien porqué, genera cierta irritación en el salmón, pero la cosa es que sube a tomarla con satisfactorio entusiasmo.
Había salmones grandes – 8 kgs – que fueron los menos no obstante lo cual algunos fueron a parar a la red de los guías. La mayoría rondaban los 3 kgs. Eran sumamente peleadores dado que estábamos muy cerca del mar y estaban recién entrados.
Los días se sucedieron con una mejora continua en la calidad de la pesca ya que cuando llegamos el río estaba alto lo cual conspiraba contra el pique. Pero un par de días sin lluvia hicieron que el río volviese a su cauce normal y la pesca mejoró sustancialmente.
Todos sacamos. Algunos más y otros menos como siempre ocurre. Todos la pasamos maravillosamente. Renglón aparte para la calidad de la comida. Un refinamiento inesperado en relación a donde nos encontrábamos.
Como en todo viaje de pesca, hemos vuelto sabiendo más. Habiendo aprendido técnicas y particularidades del salmón del atlántico. También fue interesante comprobar que al salmón también le interesan las moscas de steelhead y de tarpón.
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También, en este desprolijo relato, renglón aparte para el idioma. Cien por ciento incomprensible. Sus palabras llenas de consonantes tenían una cantidad inacabable de letras. Nos enteramos que era porque juntan varias palabras en una.
Llegó el último día y dejamos el lodge. Pero ahí no terminó nuestro viaje ya que retomamos el turismo y conocimos la costa oeste de Islandia que nos ofreció paisajes realmente inusuales de gran belleza. Las fotos que acompañan este relato dan, pobremente, una idea de lo que pudimos apreciar.
Es difícil saber si volveremos a Islandia, pero todos, sin excepción nos sentimos privilegiados de haber vivido esta experiencia.
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